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Sucesos

Empresaria bota denuncias para encubrir abusador

Acusan a jefe de Recursos Humanos de Dequisa, Tibás

  • Buscamos respuestas por parte de Dequisa y el denunciado, pero no fue posible

  • Carta de Sharon sobre los abusos de Herrera, la envió a sus jefes pero la botaron. Al final la rescató

DIARIO EXTRA dio a conocer este jueves que el jefe de Recursos Humanos de la empresa Dequisa Limpiezas Profesionales ubicada en Tibás abusaba sexualmente de su personal, el cual decidió demandarlo.

Sharon, otra víctima de Herrera Calderón, quien fue despedida en diciembre del 2017, narró que el sospechoso la abordó de manera indecorosa. Añadió que la dueña de la empresa de apellido Abarca mandó a botar las cartas del personal, donde se señalaban los abusos sexuales. 

Según versa en la denuncia, Sharon ingresó en mayo del 2017, la entrevistó Herrera, quien no perdía su tiempo en acosar a sus víctimas y ella no fue la excepción.

“Yo fui, él (Herrera) me hizo la entrevista, me dijo que tenía un puesto vacante, preguntó cuál salario pretendía, en fin las preguntas normales, pero luego empezó a preguntarme si era casada o divorciada. Me extrañé porque son preguntas que no vienen al tema, pero al final le contesté que era casada, se devolvió y me dijo ‘es que usted es muy linda y a mí las morenas me vuelven loco’”, expresó.

La mujer no podía digerir cómo un jefe de Recursos Humanos hacía aquello sin conocerla, pero ante la necesidad de trabajo decidió quedarse y continuar con la entrevista.

A la semana la llamó para que firmara el contrato, poco tiempo después el depredador comenzó el acoso por teléfono.

“Cuando empiezo a laborar en la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Ministerio de Seguridad Pública donde me asignaron, él viene y empieza a llamarme, a hacer insinuaciones, que las morenas me vuelven loco, qué morenita más linda, que yo soy la fruta prohibida porque estoy casada y me consultó si quería portarme mal.

Pienso que las intenciones de él eran que porque me contrató le iba a abrir las piernas, por eso le pregunté qué era eso de portarse mal. Me respondió: ‘Sabe a lo que me refiero’”, sostuvo.

Sharon denuncia porque al igual que las otras dos ofendidas, está segura que hay más mujeres que no han hablado por miedo. 

 

LA DESPIDE

 

La denunciante por mes y medio ignoró a Herrera, cada vez que la llamaba a la oficina no iba, una vez le tocó asistir porque le dijo que debía firmar algo del contrato.

“Llegué, estaba cerca mío y me tocó el pecho, le dije que me respetara y respondió: ‘Lo que pasa aquí, aquí se queda’”.

La fémina apunta que el tema es que siempre llevaba a las entrevistadas a la sala de juntas solas. 

Sharon aguantó 7 meses el acoso y el abuso sexual, de hecho una supervisora le preguntó por qué el señor la llamaba tanto y ella contó todo.

La funcionaria le expresó que estuviera tranquila pues mientras ella estuviese ahí Herrera no iba a tocarla. 

Tiempo después Herrera la despidió y envió una carta a la UIP sin que Sharon supiera. Cuando se presentó al trabajo la encargada en la UIP se extrañó al verla y le hizo saber que no debía estar en el lugar porque la habían transferido.

Sharon decidió contarle sobre las obscenidades que Herrera le decía y la encargada la envió a Dequisa para que arreglara la situación. Le manifestó que si la despedían les rompería el contrato de limpieza.

Igualmente la encargada hizo llegar una carta a Dequisa aduciendo que ese tipo de movimientos no debían hacerse antojadizamente en un lugar policial, donde priva la confianza y el sigilo.

Sharon en Dequisa se topó con Leonardo Garita, segundo al mando, y tras contarle el panorama, decidió devolverle el puesto, le aseguró que todo se arreglaría y él le haría saber la situación a la dueña Bertha Abarca.

 

DESAPARECE PRUEBA

 

En diciembre 2017, cuando la iban a despedir, Sharon hizo una carta, la llevó a Dequisa señalando todos los abusos de los que fue objeto por parte de Herrera.

De hecho, el presunto abusador, Leonardo Garita y Bertha Abarca estaban en el lugar y la ofendida pensó “aquí está mi ángel”. 

Le expresó a la dueña: “Doña Bertha, lo único que quiero es que usted quite ese hombre de aquí porque muchas mujeres callan esto por necesidad”.

Sharon añadió que Abarca le dijo que estuviera tranquila, todo lo manejaba un abogado y despediría a Herrera sin responsabilidad patronal.

Sin embargo, nada de eso ocurrió y por el contrario el hombre fue ascendido a gerente, por lo cual la víctima decidió presentar la denuncia.

Incluso una mujer la contactó diciéndole que le creía porque a ella le dieron las cartas de denuncia de las trabajadoras contra Herrera, pero la dueña las mandó a desaparecer.

“Él me llamó a casa de mi mamá, pero no le hablé, más bien cuando logré hablar con doña Bertha y le dije que iba a denunciar que me tocó un pecho, me expresó que no pusiera eso porque los iba a perjudicar a todos, que ella lo iba a tratar a lo interno, que solo escribiera que nos acosaba. 

Omití en la carta lo del pecho y ellos me la firmaron, pero la original la mandaron a desaparecer, a botar, la rescaté por otra persona de la basura, ella no trabaja más en Dequisa y creo que doña Bertha la despidió porque decía que necesitaba quitar toda evidencia de Herrera”, explicó.

Bertha le ofreció a Sharon otro puesto para comprar su silencio, pero pese a que la mujer omitió poner que Herrera le tocó el pecho, la jefa nunca le dio el cargo ofrecido.

 

HASTA LAS ÚLTIMAS CONSECUENCIAS 

 

Para el Lic. Javier Vargas, del bufete Bonilla y Asociados, no puede haber tanta desidia y desinterés por parte de los encargados de Dequisa.

“Este caso tiene un 100% de enfrentar una denuncia penal condenatoria, máxime que les trabajan a varias empresas del gobierno y eso es muy peligroso.

Él se aprovecha de la necesidad de trabajo, de mujeres, madres solteras… me parece que los jefes guardan algunos principios morales, pues este señor don Leonardo trata de colaborarles a ellas y luego se quita, tal vez por algún temor de perder el trabajo”, adujo.

Vargas manifestó que en delitos de naturaleza sexual como mínimo son 4 años cárcel por víctima. En este caso son más de 3, por lo cual Herrera se expondría al menos a 12.

“Después lo que hizo su empresa, lo que hizo su dueña, los hace civil y solidariamente responsables de posible indemnización en una condena penal”, agregó.

El licenciado pretende llegar hasta las últimas consecuencias, quiere llevar el caso a juicio o que arreglen con sus clientas, pero eso no les va costar menos de ¢20 millones por todo el daño moral.

DIARIO EXTRA buscó respuestas en Dequisa Limpiezas Profesionales e intentamos conversar con Herrera, pero quedó de devolvernos la llamada y no lo hizo.

PERIODISTA: Alexander Méndez

CRÉDITOS: Fotos: Herbert Arley

EMAIL: [email protected]

Viernes 06 Septiembre, 2019

HORA: 12:00 AM

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