No estamos en contra de las protestas
Lic. Roy Levell Brown
El movimiento sindical, o también llamado sindicalismo, es el movimiento obrero que se organiza mediante sindicatos, esta organización se encarga de reunir a los trabajadores a partir de la actividad que desempeñan con el fin de defender sus intereses comunes ante los empleadores y los gobiernos. Sindicato y gremio, su propósito es para representar colectivamente los intereses de la clase obrera. Se caracteriza por el aspecto colectivo de su actuación. En los conflictos laborales, los movimientos sindicales casi siempre recurren a la huelga como mecanismo de presión y, a la vez, utilizan la negociación y el diálogo social.
En estas últimas Administraciones, no sé si es una simple percepción, pero parece que nuestros gobernantes, como referencia, el último Gobierno de don Óscar Arias hasta los dos gobiernos del Partido Acción Ciudadana (PAC), no están conduciendo el país por los caminos del crecimiento, no hay ni un ciudadano de la calle que no se queje de lo mal que está el país. En estas últimas contiendas electorales, la gente se apartó de las banderas políticas tradicionales, los votantes confiaron el futuro a un nuevo color político; dos veces el mismo PAC, y las cosas no han mejorado, pues bien, todavía se puede cambiar el rumbo de esta nave.
Como dicen las malas lenguas: en río revuelto, ganancia de pescadores, a como van los acontecimientos, algunos sectores están tratando de sacarle provecho a este gobierno sin temple de Carlos Alvarado, precisamente el movimiento sindical es el que más ruido está haciendo, con sus posturas se nos puede embarrialar la cancha, y como buenos ticos que somos queremos meterle el hombro al gobierno, pero hay dirigentes sindicales que están tomando las cosas contra el gobierno de Alvarado como algo personal y, ellos todo lo saben.
En todas las Administraciones siempre han aparecido ciertos tintes de corrupción, como colocar familiares o un amigo en algún puesto político, en un ministerio, una embajada, etc., también hay políticos ineptos, diputados puro humo, pues, esto es parte de la receta de cada cuatro años. Pero una receta que ya se está volviendo una práctica habitual y frecuente por parte de las agrupaciones sindicales son las huelgas, las manifestaciones y los bloqueos; cosas de nuestro diario vivir, creo que estamos llevando el país al borde del caos.
A todo esto, hay dos cuestiones interesantes que llaman a la reflexión: el primero se refiere a quiénes o cuáles leyes protegen a los ciudadanos de a pie, que por los bloqueos a más de un trabajador se le mancha su expediente por llegadas tardías y otros que pierden sus citas médicas en la Caja Costarricense de Seguro Social, y si logran llegar a tiempo el personal médico está en huelga, citas médicas que quizás llevan años esperando, creo que estos actos y esta falta de consideración están violando nuestros derechos constitucionales y la libertad de tránsito. Las huelgas y bloqueos de calles por los empleados públicos no solo incomodan a la ciudadanía, también afectan al sector industrial. El segundo caso, un medio digital nacional afirma: “El sector empresarial costarricense no puede seguir sufriendo los embates de la irresponsabilidad de unos cuantos, pues la imagen de nuestro país se daña cada día más y eso es irrecuperable, pues no genera confianza y por el contrario generará más desempleo”, dijo Gonzalo Delgado, presidente de Uccaep, y un mensaje de Enrique Egloff, que preside la Cámara de Industrias, dirigido a un líder sindical: “Si usted realmente quiere que se reactive la economía, que todos ganemos más, que el Gobierno reciba más impuestos para invertir en obra pública y brindar servicios de calidad a la ciudadanía, por favor, deponga ya su dictadura sobre el grupo que usted comanda”. Un detalle, el diálogo y la concertación en una democracia son claves para conservar la paz social. A decir verdad, no estamos en contra de las protestas o manifestaciones, están en su derecho, pero, por favor, los manifestantes deben respetar los derechos de los demás.
