Riesgo de VIH en adultos de oro

EDITORIAL

Cuando se cumple cierta edad, bien podría decirse que sobrepasando los 50 años, hay quienes consideran que la vida sexual comienza en un descenso inevitable, algo así como si se tratara de una montaña rusa.

Ya es un lugar común la idea de que conforme avanzan los años, el deseo sexual se apaga, pero esto no es del todo cierto, hay estudios médicos y sociológicos que destacan que lo que disminuye es la frecuencia.

Por otra parte, en lo que muchos llaman el renacer de la vida sexual, hay quienes olvidan un factor sumamente importante y es la protección en cada relación.

Las cifras revelan que en las poblaciones adultas mayores aumentó la incidencia de SIDA.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), dentro de unos 30 años habrá más de mil millones de mujeres en el mundo con 50 o más edad, el triple de las que había en el año 1990, un gran número de estas mujeres tendrían una larga vida por delante, pero podrían verse afectadas por las enfermedades oportunistas asociadas a al síndrome.

En nuestro país, registros del Ministerio de Salud documentan más casos de SIDA (VIH) en mujeres entre los 45 y 49 años, 77 casos en mujeres entre los 50 y 54 años, 50 o más casos entre los 55 y 59 años, 44 casos entre los 60 y 64 años, 29 casos entre los 65 y 69 años, 4 casos entre los 70 y 74 años y 5 casos en mujeres mayores a los 75 años; para un total de 310 casos entre los años 2002 -2015.

Las últimas revelaciones del Ministerio de Salud sobre las poblaciones adultas mayores infectadas de VIH-SIDA no pueden pasarse por alto. Sin ser alarmistas estamos de frente a una situación que urge de control inmediato y refleja la realidad sobre el mal manejo de la sexualidad que por años ha caracterizado a nuestra sociedad.

Sobre este tema hay poca información, pues como se mencionó, nos cuesta creer que los adultos mayores son activos sexualmente.

Las entidades rectoras en materia de salud deben generar estrategias efectivas de comunicación e información entorno a un tema tan sensible, pero además tan ignorado.

El VIH-SIDA no es un padecimiento nuevo o ajeno, data de casi cuatro décadas. En nuestro país se desconoce la cantidad exacta de infectados, pues no existe un registro minucioso de los pacientes a menos que reciban control médico del seguro social, debido a que muchos prefieren mantener la información reservada para no exponerse al escrutinio público de seres queridos, compañeros de trabajo y la sociedad general.

Este elemento dificulta la labor de los encargados de dar control, no obstante, es justo y necesario agregar que la información, comunicación y capacitación en el mentado tema son casi nulos en el sistema de salud y apenas retocados en los salones de clases. En los hogares ni qué decir.

No es solamente decirles a los adultos mayores que usen condón, se trata de generar mejores relaciones de comunicación y control médico para advertirles de los riesgos y a la vez poder también mejorar el tratamiento que debe darse aunado a otros padecimientos que por su condición y edad son normales como la diabetes, presión alta, cardiopatías y cambio hormonal.

Controlar las relaciones sexuales en adultos mayores de edades avanzadas no es una posibilidad, entonces se hace necesario intensificar las charlas acerca de la sexualidad, las enfermedades venéreas y las consecuencias de una mala decisión en un momento cúspide en la vida.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Sábado 13 Julio, 2019

HORA: 12:00 AM