Problema de nunca acabar

EDITORIAL

Históricamente el sector agrícola se ha caracterizado por ser uno de los que mayor producción y dinamismo le dan a la actividad económica de Costa Rica, sin embargo, en los últimos años, su voz la han ido callando y su interés se ha ido perdiendo por parte de las autoridades.

De hecho, durante estos últimos meses han clamado por una cita con el Presidente de la República y no tienen una respuesta afirmativa a pesar de ser uno de los grupos más golpeados.

Ellos requieren no solo a alguien que los escuche sino que les hable con la verdad de la ayuda que les pueden dar, pues aseguran que las cabezas de los ministerios lo único que hacen es darles largas y les patean la bola sin procurarles alternativas.

Los problemas con las tierras se convirtieron en el padrenuestro de cada día y no puede seguir así. Un sector con problemas de titulación y con deudas que van creciendo considerablemente no será sostenible y seguirá abandonado.

Lo peor es que muchos tuvieron que hipotecar sus tierras, vender hasta lo que andan puesto y aun así no ven la luz, algunos que lograron acceder a créditos en los bancos también perdieron sus fincas porque no han juntado para las cuotas, pues ya sea por factores naturales o no sus cosechas se han visto perjudicadas.

Ante la inacción de las autoridades del gobierno o incluso de los diputados, la Defensoría de los Habitantes busca convertirse en el mediador de la problemática para llegar a una solución definitiva.

En esta ocasión se conformarán tres comisiones con el fin de estudiar y evaluar las problemáticas citadas. ¿Otra comisión? ¿Empezar de cero otra vez?

Los agricultores no necesitan más comisiones y mesas de diálogo, ellos están cansados de realizar largos desplazamientos y que al final de cuentas todo termine siendo un saludo a la bandera.

El problema es que nadie piensa en que para venir a pedir ayuda hasta la capital muchos salen de madrugada de sus hogares con nada en el estómago y se devuelven exactamente igual.Además se van con el sinsabor de verse vacilados por las autoridades que desde la comodidad de sus oficinas desconocen las penurias que se viven en el campo y en esos hogares, donde no hay cómo llevar el sustento.

Sabemos que la intención de la Defensoría de los Habitantes es buena y se ve que su jerarca Catalina Crespo quiere ayudar a que se solucione el problema con la mayor viabilidad posible, pero las mesas de diálogo resultan siempre tan desgastantes y normalmente alguien termina enojado y las negociaciones se caen.

Ojalá que este no sea el caso para que se llegue al acuerdo.

Es triste escuchar que en un inicio el Institución de Desarrollo Agrario (IDA hoy Inder) les haya indicado a los agricultores que las parcelas no había que pagarlas porque correspondían a donaciones y tiempo después se dieran cuenta de que sí tenían un costo y no pueden asumirlo por falta de recursos.

Los programas de Banca para el Desarrollo y Capital Semilla deberían resultar indispensables para impulsar los emprendimientos agrícolas.

Lamentablemente en muchas de las ocasiones estos productores deben enfrentarse a trabas por exceso de trámites o porque “no cumplen con los requisitos”. Al final su funcionalidad no se da con el objetivo originalmente planteado.

Es interesante ver a gobiernos haciendo campaña y promesas para atraer votos, pero cuando llegan al trono se olvidan de aquellos a quienes les pidieron respaldo. Esa política tradicional sucia parece nunca terminar.

Es momento de que el Instituto Nacional de Desarrollo Rural (Inder), los ministerios de Agricultura y Ganadería (MAG), de la Presidencia y de Ambiente y Energía (Minae) se pongan las pilas para dar soluciones reales y concretas, no necesariamente proyectos con soluciones chayote.

En todo caso, los congresistas saben que si pueden aprobar una ley que los beneficie para encontrar una salida satisfactoria a la problemática, es momento de que legislen como corresponde.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 24 Mayo, 2019

HORA: 12:00 AM