Guía y educación: obligaciones de los progenitores

Editorial

A veces los padres pecan de confiados o quieren darles responsabilidades a los hijos que en muchas ocasiones no saben manejar, por ejemplo, el hecho de decidir si toman licor en una fiesta donde no hay un solo adulto que los vigile.

Y ahora, conforme pasan los meses y ya muchos han entrado en confianza con sus compañeros, están planeando esas actividades clandestinas en que llevan alcohol y drogas para consumir de manera indiscriminada.

En los últimos tiempos esta práctica resulta más común de lo que parece, pues muchos papás deciden otorgar la responsabilidad de educar a los jóvenes a los maestros y profesores en los centros educativos.

Así, cuando algo sale mal con sus muchachos, aducen que es culpa del sistema y no de ellos, que los dejaron por la libre. Y también están los casos de padres que permiten a sus retoños hacer lo que les da la gana, pues creen que son dioses o reyes inalcanzables, sin saber que hasta al mejor mono se le cae el zapote… y nadie puede hacer las cosas si no sabe cómo.

Peor aún, luego andan llorando porque les pasó algo en caso de que tengan un accidente o si las hijas quedan embarazadas, porque se complicaron mucho la vida. Pero estas son las consecuencias de permitir jugar de adultos a seres humanos que ni tan siquiera tienen el poder de decisión para saber qué les conviene comer.

Los padres tienen la responsabilidad de saber dónde y con quién están sus hijos, eso no es estar pasado de moda ni “out”, como dicen muchos adolescentes; sino actuar como personas responsables, porque los hijos son prestados, para que tratemos de llevarlos por el mejor camino y convertirlos en ciudadanos de bien.

La información errónea, fuera de lugar y hasta enredada que les llega a los adolescentes entra por muchos canales, sin embargo, las redes sociales están llevándolos a tratar de vivir y ser alguien que no son.

Ahora resulta que las redes, además de prestarse para el chisme, la intriga y reencontrarse con gente del pasado, también sirven como herramienta para tratar de atraer jovencitos deseosos de desenfreno, licor y drogas lejos de la vista de sus padres.

Sin embargo, es bueno saber que las autoridades ya les están cayendo a los organizadores de esos eventos que claramente se aprovechan de la inocencia y la rebeldía de algunos que quieren vivir por adelantado algo que aún no les toca.

Esto sin lugar a dudas debería ser penado, los organizadores de esas barras libres deberían pagar con cárcel el pervertir jóvenes, brindarles bebidas y estupefacientes que no pueden ser consumidos por colegiales.

Definitivamente acá deben pagar todos los involucrados, desde los que se prestan para manejar el bus y transportarlos, hasta la gente que los recibe y los deja consumir sustancias que no son aptas para su edad. Sabemos que el tema de conseguir trabajo está difícil, pero es increíble que muchos se valgan de eso para prestarse a situaciones anómalas.

Hay algunos que también deberían pagar y son los padres, que en muchas ocasiones se prestan para que sus hijos vayan a ese tipo de actividades, les dan dinero a sabiendas de que van a consumir licor y otros hasta los llevan a esos sitios.

Nos preguntamos dónde queda el sentido de responsabilidad, de velar por que sus retoños no caigan en vicios de los que luego se vuelve tan difícil salir, lo peor de todo es que esas fiestas se prestan para que muchos se inicien en el alcoholismo y la drogadicción.

No se puede ver estas fiestas como algo inocente, dichas actividades también se prestan para que los adolescentes pasados de copas mantengan relaciones sin protección, provocando en muchas ocasiones embarazos no deseados y el contagio de enfermedades venéreas.

En especial por la moda de los juegos sexuales que se realizan en esas fiestas y de las cuales Costa Rica no está exento, donde todos tienen relaciones entre sí, sin siquiera saber si la otra persona está sana y al final, si las muchachas quedan encinta, ni saben quién es el papá de la criatura.

A todos los padres les corresponde estar atentos porque esa modalidad no solo es propia de la capital, no hay lugar en el país que se salve de gente aprovechada que busca cómo sacarles el dinero a los inocentes que no distinguen entre el bien y el mal.

No dejemos la educación, la seguridad ni el bienestar de los hijos en manos de nadie, porque esa es nuestra responsabilidad, tenemos que criarlos lo mejor que podamos para luego no andar lamentándonos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Lunes 13 Mayo, 2019

HORA: 12:00 AM