11 mil denuncias por negligencia es el colmo
Editorial
No nacemos con las aptitudes para ser padres o madres de familia, pero uno con el paso del tiempo va adquiriendo esa experiencia. Un bebé en brazos no es tener un juguete, sino que va más allá.
Una cuestión es que ocurra un accidente por un descuido de un segundo, pero el problema es cuando suceden porque a los padres no les importa lo que hacen sus hijos. Los dejan a merced de las eventualidades y ni siquiera se toman el tiempo de ver que estén bien.
Muchos pensamos que casos por negligencia de los progenitores se producen poco, pues se supone que ellos son los encargados de velar por que los pequeños estén bien.
Sin embargo, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) reveló datos que llaman a la reflexión en cuanto a si la labor como padres de familia la estamos cumpliendo a cabalidad.
Lo más preocupante es que, según las autoridades, esta es la segunda causa de denuncias ante el PANI luego de la violencia intrafamiliar, donde también se ven afectados los niños.
La institución estatal recibió más de 11.000 denuncias por concepto de negligencia en la salud de los menores; es decir, los papás no están llevando a sus hijos a las citas de control, medicamentos y descuidan el problema de la alimentación.
Si vemos estos datos con respecto a todo el 2017, hay un incremento considerable (el año pasado el PANI recibió 9.776 denuncias), y son cifras que realmente preocupan a la población. En especial porque aún no ha terminado el 2018, así que esta cifra claramente puede aumentar.
Sumado a ello, el 34% de los menores cuenta con sobrepeso u obesidad en Costa Rica, lo que refleja el deterioro en el estado de salud de este grupo.
Las autoridades deben estar alerta de esos datos, pero también como padres debemos hacer conciencia sobre la calidad de vida de nuestros hijos porque al final somos responsables de ellos.
Son los adultos quienes debemos generar orientación y dirección en los pequeños para el ejercicio de sus facultades hasta que alcancen su plena autonomía.
Podemos verificar que se está jugando con uno de los elementos más sagrados: con la salud de los chiquitos.
Una de las constantes dudas y quejas que se escuchan por parte de los padres de familia en torno a la labor del PANI es la falta de seguimiento a los casos denunciados.
Es comprensible que la institución cuente con poco personal y a veces los recursos puedan no ser los suficientes para la atención de efectivos programas sociales o de concientización; no obstante, hay que actuar.
Que las denuncias no se queden en papel, muchas veces no se ven graves las situaciones, mas el seguimiento debe ser permanente.
El PANI en conjunto con el Colegio de Profesionales en Nutrición de Costa Rica y la organización Territorio Psicológico lanzaron la campaña “Cuídame Nutritiva-mente”, iniciativa que busca generar esa conciencia por medio de consejos para el resguardo de los menores.
Nuestros hijos no son animalitos para premiarlos con alimentos. Tenemos el deber de enseñarles a hacer bien las cosas, a tratar de ser los mejores en lo que hagan pero sobre todo a que las buenas acciones tienen recompensas, las cuales no se ven reflejadas en comida chatarra o dulces.
Si bien es cierto es una buena iniciativa, las autoridades del Ministerio de Salud, el de Educación Pública (MEP) y el PANI requieren hacer más esfuerzos articulados para la generación de conciencia en cuanto a estos casos.
La calidad de vida de nuestros pequeños se encuentra en juego y los papás debemos velar por garantizársela.
Al final ellos son el futuro y merecen una vida plena.
