Con el objetivo de conversar sobre el conflicto palestino-israelí, que en las últimas semanas ha vuelto a encabezar los titulares de los medios de comunicación alrededor del mundo, así como de los esfuerzos que realiza este país para salir adelante, DIARIO EXTRA recibió a Amir Ofek, embajador de Israel en Costa Rica.
El diplomático conversó con Iary Gómez, gerente general del Grupo Extra; y Paola Hernández, directora de DIARIO EXTRA; entre otros temas, sobre los proyectos de la misión en nuestro país.
Enseguida un extracto de la conversación.
Tomando en consideración que los altercados por el conflicto han renacido en las últimas semanas, y que incluso aquí en Costa Rica se difundió la noticia sobre el asesinato de Ziv Hagbi… ¿Cómo se puede entender lo que está sucediendo?
-Lo que se debe analizar en esta tragedia, desde el punto de vista del conflicto, es que la distancia muchas veces es relativa. En algunas ocasiones se analiza la situación del conflicto mismo y las razones de este con mapas, pero se olvida que hasta que no haya una solución, los pueblos siguen viviendo ahí, hay gente, hay pueblos. Hay árabes, judíos, palestinos e israelíes que viven, y que no pueden esperar hasta que un político solucione y firme un acuerdo de paz. El respeto a la vida es lo mas importante de todo. Por eso a lo largo del tiempo ninguna de las dos partes ha tenido el interés en odiar al otro o matar al otro, ni siquiera en mantener un conflicto. Por años miles de palestinos han estado trabajando en Israel y conocen a las familias israelíes. Las relaciones se vuelven cercanas, porque ante todo somos personas. Al punto que, durante los conflictos más fuertes, mucha gente se mantuvo en contacto y muchos dueños donde trabajaban los palestinos que no podían llegar por la situación, les enviaban sus suelos o productos que necesitaban, incluso medicinas a sus amigos palestinos. Lo que trato de decir es que las relaciones entre humanos son más fuertes que cualquier ideología o perspectiva del conflicto, eso que pasó en esta zona industrial es muy lamentable. Mientras muchos solo piensan en los territorios, hay gente que vive en ahí, en pequeños paraísos donde trabajan ambos pueblos y en las zonas industriales es muy dado. Cada día la gente llega a trabajar para sus familias, para el futuro de sus niños y una parte son palestinos y la otra israelí. El conflicto no existe dentro de esa fábrica hasta que llega un fanático que para él la existencia del otro es la amenaza y provoca esta situación.
¿Cómo operan estos fanáticos?
-La comunidad internacional se ha quedado en el conflicto, pero hay que ver más allá de eso. Para responderle hay un movimiento que está tratando de boicotear productos israelíes y también productos de estas fábricas. En lugar de hacer una campaña para apoyar este esfuerzo de los israelíes y los palestinos que le dan una esperanza a la región de que pueden vivir juntos, que puedan trabajar y que también producen, lo que hacen es boicotear. Estos fanáticos no se dan cuenta que al final el daño es para la propia gente. Quieren dejar a los palestinos sin trabajo, porque muchos de ellos llegan ahí para ganar mucho más y recibir las mismas condiciones que los israelís. Ahora, por una idea de alguien que dice proteger los derechos de los palestinos, pero vive afuera y nunca va a pagar el precio de sus acciones, está encabezando una campaña desde Londres para no comprar productos de esas fábricas. ¿Quienes pagan el precio? Los israelíes y palestinos que viven ahí, pero estas personas se sienten muy orgullosas de su ideología supuestamente basada en derechos humanos cuando no es así. Es por su propia necesidad de sentirse importantes.
¿Los pueblos deben de conocerse más?
-Claro, solo la gente que está en el contexto sabe como son las cosas. Para lograr la paz verdadera se necesitan más oportunidades para conocer el uno del otro. El ambiente lamentablemente y la educación está lleno de odio. Además, la Autoridad Palestina paga sueldos a las familias de estos terroristas con el objetivo de propiciar crímenes de odio, solo porque en este caso era judío, no vamos a llegar a ningún mejor lugar.
¿Se necesita más educación por el respeto y valores?
-Sí. En Gaza la situación es peor, la gente que controla Gaza, su política oficial es destruir Israel y eso es lo que educan, entonces imagínense un joven que creció en ese ambiente. Los valores que se reciben van formando a la gente y las ideologías, como en estos casos tan lamentables que provocan. Estos episodios no son solo en contra de Israel, sino de toda una región. Ese es el precio del liderazgo palestino, que no solo lo está pagando Israel, sino su propia gente.
¿Es la religión un amplificador en este conflicto, no solo en los territorios sino más allá de Israel y Palestina?
-El conflicto no es entre Israel y Palestina. La gente sana, honesta quiere vivir en paz y está en contra de los extremistas. Efectivamente va más allá de esos dos pueblos. Está Egipto, Líbano, Arabia Saudita, Jordania, todos con el mismo problema. El mundo debe de volcarse ahí y condenar a esta gente. Debemos dejar ese ese concepto de que solo se trata de Israel y Palestina.
¿Cómo están las relaciones entre Palestina e Israel?
-No hemos vuelto a tener relaciones desde hace mucho. Las negociaciones ahora son entre Fatah-Hamás dentro de la Autoridad Palestina. Los palestinos todavía no están de acuerdo sobre quién representa, quien controla. De hecho, Egipto es el mediador entre ambos. Mientras no se pongan de acuerdo, el tiempo pasa y el pueblo palestino es el que paga el precio. Cuando Israel debe de comunicarse con alguien no sabemos a dónde dirigirnos y tras de eso ambas autoridades apoyan al terrorismo por odio, con quién podemos hablar ahora y de nuevo quién paga el precio: el pueblo palestino. Matar una mujer con un bebé no mejora la vida de ningún palestino, por ejemplo.
Entonces mientras siga el apoyo a esos grupos extremistas y no haya una voz común en el pueblo palestino, ¿la solución es lejana?
-La esperanza en estos momentos es muy baja. Cuando nació Hamas hace 30 años, este le agregó un elemento muy peligroso al conflicto. Antes era un conflicto político o por territorio, ahora es un conflicto es religioso, entonces el objetivo es matar judíos. Hay muy poco margen para negociar, tras de eso son muchos movimientos extremistas, y con el extremismo religioso hay muy poco espacio para negociar.
Sobre otros temas, ¿cómo pese al conflicto, Israel ha salido tanto adelante desde el punto de vista económico?
-Si necesito nombrar un factor que es la razón principal del éxito en Israel es la educación. Israel es una nación muy educada, la tercera en el mundo después de Canadá y Japón, la mitad de la población tiene títulos universitarios. El otro tema también tiene que ver mucho con el esfuerzo, con las ganas de avanzar. Conocemos en la historia muchas naciones muy educadas, pero sin ese último ingrediente. No es solo educación, son ganas y creatividad y sobretodo no podemos quedarnos de manos cruzadas solo en porque hay conflicto y hay amenazas. Hay que trabajar todos los días, eso es lo que hace Israel para marcar la diferencia. Luchamos para generar un ejército fuerte para defender este pequeño paraíso. Somos la única democracia en el Medio Oriente y esa es la prueba de que se pueden hacer grandes cosas.
También han fortalecido mucho el ejército…
-Algo importante es que nuestro ejército solo actúa si hay una amenaza, no tenemos ninguna otra intención más que protegernos. Cuando las fronteras están tranquilas, el ejército también. Es un poder potencial para proteger la vida normal en Israel.
¿Qué opina del papel de la comunidad internacional respecto al conflicto?
-La comunidad internacional no puede solucionar conflictos, sin que ambas partes tengan el deseo de hacerlo. Todo lo que se logró en la historia del conflicto de Medio Oriente, solo se logró en negociaciones directas de ambos lados. En el momento que llega un líder de ambos lados con las ganas de lograr paz todo el resto es técnico. Así se firmaron los acuerdos con Egipto y con Jordania. No necesitamos de la ONU, ni de la comunidad internacional. Obviamente muchas veces estas plataformas sirven como un instrumento para encontrar puntos en común y ayudan mucho.
¿Qué opina de la decisión de Costa Rica de no trasladar su embajada a Jerusalén?
-Es un error. Cualquier embajada debe estar en la capital, si solucionamos o no el conflicto con los palestinos eso no cambia los hechos. No debe de haber dudas, Jerusalén fue, es y seguirá siendo la capital de Israel.
¿Ha planeado conversar con la canciller Epsy Campbell para ver la posibilidad de cambiar esa decisión?
-Nuestra posición es clara. Por ahora no hay cambios en la política hacia Costa Rica. Esperamos que en el futuro vayan a cambiar esa postura. La posición de Israel es conocida y la política de Costa Rica también.
¿Han conversado sobre ese tema?
-La posición de ambos es conocida.
¿Cómo eligen el representante de la Autoridad Palestina?
-Eso está en discusión. Como mencionaba, hay dos representantes que están peleando el poder. Los palestinos deben solucionar un mecanismo político para que podamos negociar. Para nosotros actualmente no hay un representante claro, ni tampoco que representa al pueblo palestino. Entonces es necesario eso. Todavía no hay representante. Además, los líderes potenciales para ese rol muestran una mala actitud hacia Israel, lo que hacen es pagar sueldos a personas para que maten a judíos y otros para atacar a Israel.
¿Cómo están las relaciones con Costa Rica?
-Muy bien. Actualmente tenemos muchos proyectos en tecnología y agricultura. Además, hay en promedio 40 becarios costarricenses cada año. Compartimos el conocimiento, por ejemplo, en innovación, eso es lo que nos representa. Somos la nación de los Startups.
¿Qué proyectos tienen específicamente?
-Estamos trabajando para que Israel pueda importar piña de Costa Rica. La embajada de Israel, aunque no es su rol tradicional, está haciendo todo lo posible para alcanzar esa meta. Estamos hablando con los representantes de Costa Rica para que podamos avanzar en esa ruta que ayuda a dinamizar la economía.
Sobre las becas, ¿en qué sectores?
-En educación, tecnología, agua, seguridad
¿Cuántas empresas se abren en Israel al año?
-Entre 700 y 1.000 empresas por año
¿Cómo hacen con los trámites?, en Costa Rica hay mucha burocracia…
-Es parte de la política del gobierno, parte del ambiente. Son empresas que desarrollan tecnologías y soluciones, no tanto productos. Israel es un país pequeño, nuestro valor agregado no van a ser productos en cantidad porque no podemos producir como el gigante asiático, pero un país pequeño debe concentrar en productos que son servicios, que es lo que también está haciendo Costa Rica. Cambiar de productos tradicionales a exportar servicios.
Sobre el turismo, ¿tienen algún proyecto de vuelos entre ambos países?
-Por ahora no. En nivel de vuelos directos no creo que la cantidad de turistas lo justifique, pero hay más turismo israelí, hay empresas israelís de turismo, hay muchos israelí dueños de negocios en el campo de turismo en Santa Teresa y Jacó. También tenemos la idea de combinar la tecnología y el turismo. Queremos potencializar el turismo tecnológico.
En cuanto a las becas, ¿tienen planes de aumentarlas?
-Tenemos las becas del gobierno, estamos tratando de llegar a más círculos y sectores que no conocemos, pero creo que conocemos bastante a las organizaciones. Estamos trabajando con la Cancillería costarricense, que se encarga de publicar las oportunidades en su sitio web.
¿Cómo va el proyecto de Agua para Guanacaste? Recordamos que ustedes querían dar capacitaciones…
-Esperamos que en diciembre lleguen unos expertos. Ya hemos tenido conversaciones con el AyA, la idea es buscar una solución para la agricultura de esa zona.
¿Ustedes apoyarían temas como el tren rápido de pasajeros que está planeando el gobierno?
-No creo que tengamos valor agregado en ese campo. Las empresas que se encargaron de eso en nuestro país no son nacionales.
PERIODISTA: Marco Antonio González
CRÉDITOS: Foto: Jonanfred Bonilla
EMAIL: [email protected]
Lunes 19 Noviembre, 2018
HORA: 12:00 AM
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