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Nacionales

“La reforma fiscal es necesaria, pero esta no”

Diputado José María Villalta, Frente Amplio

El legislador José María Villalta del Frente Amplio conversó con la gerente general de Grupo Extra, Iary Gómez, y la directora de DIARIO EXTRA, Paola Hernández, sobre temas como la reforma fiscal y su

A sus 41 años, José María Villalta vive una segunda etapa como diputado y reconoce que errores de una parte de su fracción en la pasada legislatura llevaron a que quedara solo en este periodo. Desde joven, siempre tuvo una espina por la política y la lucha social. Dice ser una persona crítica y que no le gusta que lo encasillen dentro de una ideología o pensamiento. En cuanto a la lucha contra la reforma fiscal, insiste en que este proyecto no resulta equitativo y aboga por otras opciones. A continuación, un extracto de la conversación que concedió a DIARIO EXTRA:

¿Por qué no debería pasar el paquete fiscal y cuál es el principal razonamiento para su oposición?

- Yo creo que es necesaria una reforma tributaria en Costa Rica. Yo no me opongo a eso, cuestiono este paquete fiscal porque creo que es sumamente injusto, no he renunciado a la posibilidad de que se le pueda hacer cambios y corregir los errores que tiene. Es un paquete fiscal que golpea duro a la clase trabajadora, a la clase media, a las personas que consumen bienes y servicios, a las familias, pero le hace cariñitos y cosquillas a los grandes evasores, no es equitativo ni progresivo. El plan fiscal lo que hace es modernizar el impuesto de ventas para aplicarlo a la canasta básica, a las medicinas, a todos los servicios, lo que tendrá un impacto regresivo y proporcionalmente, de acuerdo a sus ingresos, más a los que menos tienen y, en el caso del impuesto de renta, lo que hace es poner parches. Es decir, una reforma en la parte tributaria desigual y en la parte del gasto se basa en la idea de que los culpables de la crisis fiscal no son Óscar Arias y su Plan Escudo, o los grandes evasores del 8% del PIB, sino los trabajadores públicos.

¿Cómo se puede explicar la efervescencia que hay en las calles por este proyecto?

- La indignación que hay en la calle es producto de esa percepción de injusticia y desigualdad. A nadie le gusta pagar impuestos, pero la gente con la que yo hablo me dice: “es que, si aquí realmente los sacrificios fueran para todos, como dice el presidente, proporcionales, estaría bien, yo pagaría un poco más”, pero esa indignación es porque golpean a los de abajo y hay algunos que siempre caen bien parados. Y esos grupos poderosos que siempre encuentran un hueco para poder evadir han tenido y tienen capacidad de lobby e influencia en la Asamblea Legislativa. Hay ejércitos de bufetes especializados en hacer lobby para encontrar cómo mantener portillos para los grandes evasores. En cambio, la gente de a pie, que sufrirá con este proyecto, no tiene cómo hacer presión sobre los diputados.

¿Por qué al Gobierno le urge aprobar la reforma si ha reconocido que es insuficiente por sí misma?

- La urgencia del Gobierno de aprobar esta reforma tiene que ver más con la necesidad del país de mantener su estabilidad y enviar señales claras a los mercados internacionales, de que hay capacidad de ponerse de acuerdo para una reforma fiscal, más que el monto de la recaudación, ese es el mensaje. Repito: es necesaria la reforma. Lo que pasa es que el Gobierno Piza-Alvarado escogió la vía más injusta y desigual posible. La urgencia es llegar al 3% del PIB para cubrir el déficit primario, pero cuando vemos que la elusión y la evasión fiscal superan, según el estudio de Hacienda, el 8% del PIB, donde la mayor parte de la evasión está en el impuesto sobre la renta y con medidas para controlar esto se podría en algunos años equilibrar las finanzas públicas, y esas son las señales que uno esperaría ver en el Gobierno.

¿Por qué cuesta tanto controlar la evasión?

- La evasión y la elusión se dan en parte por una insuficiencia de Hacienda y de Aduanas, pero también en portillos legales que premian estas acciones. La comisión de Papeles de Panamá señaló más de 40 medidas que habría que implementar para combatir la evasión, pero esta reforma no los incluye. Por ejemplo, el delito de defraudación tributaria, pero está redactado de tal forma que es casi imposible condenar a nadie por ello. Hay, repito, bufetes especializados, que les redactan mociones a los diputados, que de pronto son aprobadas y abren un portillo o vuelven inaplicable la ley.

¿Lo que ocurrió con la norma de subcapitalización es un ejemplo de eso que usted señala?

- Sí, esa reforma era urgente meterla para cerrar un gran portillo que hay de evasión del impuesto sobre la renta, donde las grandes empresas inflan supuestos gastos financieros, declaran que no tienen utilidades porque tuvieron que pagar muchos intereses, que ellos mismos inflaron, y esa norma de subcapitalización cerraba ese portillo, pero en la comisión fiscal, mientras le ponían impuestos a la canasta básica, torpedearon esa norma y le pusieron tantas excepciones que ya quedó como un colador.

Los gremios insisten en retirar el expediente 20.580 y eso sería arrancar de cero, ¿no resulta irresponsable si se toma en cuenta la crisis fiscal?

- Yo no creo que se pueda iniciar de cero, el país debe aprobar una reforma fiscal pronto, debería ser como una ley de contingencia fiscal, como la que se aprobó en el Gobierno de Abel Pacheco en el 2002, que al final terminó con superávit fiscal. Esa ley se concentraba en tributos progresivos o que gravaban bienes que no eran de primera necesidad, subir impuestos a licores, cigarrillos, vehículos de lujo, el impuesto a la renta para grandes empresas, medidas de contención del gasto, pero sin golpear a los trabajadores de menos ingresos. Incluso, nosotros no estamos en contra de modernizar el impuesto de ventas y que se convierta en el IVA, pero no poniéndole impuestos a la comida de la gente, a las medicinas. Deberíamos avanzar en reformas en materia de renta y que los que más riqueza tienen vayan a contribuir más. En la parte de empleo público, podemos cerrar abusos y salarios de lujo, pero el Gobierno no puede hacer esto sin tener un diálogo con los trabajadores afectados.

Hay unos 22 diputados que hoy no votarían el plan fiscal, pero aun así se tienen los votos para aprobarlo, ¿usted cree que pase algo diferente?

- Yo creo que el escenario es incierto, hay una gran cantidad de diputados que están indecisos o que podrían modificar su intención de voto dependiendo de lo que pase en la movilización social, en la discusión de mociones. Yo creo que el Gobierno irá hasta el final con el proyecto, porque considera que es peor el impacto económico de retirarlo que el impacto de la huelga y la protesta. Y que el movimiento sindical debe tener distintas alternativas, de manera que si no logra que se retire el plan fiscal puedan incidir en el debate legislativo para cambiar el proyecto en las muchas mociones que hay pendientes, al menos las más preocupantes. La historia no está escrita ni cocinada, no se puede decir que el Gobierno tiene los votos para aprobar el plan y dependerá mucho de las negociaciones de los próximos días y que el Gobierno tenga la sabiduría de escuchar.

¿Le resta credibilidad al FA, y a usted como diputado, la posición que tuvo doña Patricia Mora sobre la huelga y el seguir en el Gobierno? ¿No es una incongruencia?

- Ella hace un gran trabajo en la defensa de las mujeres de este país y eso es coherente con lo que el FA defiende, y lo es también la postura que ella ha defendido sobre el plan fiscal, porque ella siempre le dijo a Carlos Alvarado: “yo no apoyo esa agenda económica a la que usted se está pactando”. Creo que lo incoherente es si ella se hubiera quedado callada por estar en el gabinete, que era tal vez lo más fácil. Cuando yo vi lo que dijo, pensé que el grupo de Piza iba a pedir su cabeza, pero no pasó. El presidente aceptó su posición y eso legitima su trabajo como una voz disidente dentro del Gobierno, que no se calla, que no calculó para mantener el puesto.

¿Cómo vislumbra el futuro del movimiento tras dos semanas de huelga?

- Creo que ambas partes iniciaron con posturas extremas, de todo o nada, y en ese proceso lógico de desgaste, se debe llegar a un diálogo de negociación. Yo veo fuerte la huelga en las regiones, y es lógico que no pueda tener grandes movilizaciones todos los días, pero resulta claro que el Gobierno ha subestimado el movimiento y hubo un manejo muy torpe. También los huelguistas han cometido errores, hay grupos económicos que apoyan el plan fiscal, que buscan desacreditar el movimiento y dividir a los trabajadores, pero lo que debe imperar es un diálogo franco.

En otros temas, ¿por qué usted rechazó ser candidato en las pasadas elecciones? 

- Cuestiones personales y familiares pesaron, mis hijos muy pequeños, y en la familia llegamos al acuerdo de que no era el momento más adecuado. A pesar de que había apoyo en el partido, fue mi decisión. 

¿Por qué no pudieron calar en la pasada campaña?

- Tuvimos muchos errores de comunicación, no logramos posicionar nunca la candidatura de Edgardo (Araya) ni diferenciarlo, creo que no era mal candidato, pero la ciudadanía en la votación nos dijo lo contrario o no logramos convencer a la gente.

¿Cómo califica el trabajo del PAC en el poder?

- El PAC en el Gobierno ha sido muy decepcionante, porque no ha defendido en muchos casos las posturas que daba en su oferta de gobierno. En los últimos años, el problema se agravó con el tema del Cementazo y las incoherencias en las promesas éticas y de lucha contra la corrupción y lógicamente la política neoliberal en la parte económica, donde se dejaron absorber por el grupo de Piza, lo que demuestra es que se trata de un partido que ha tenido éxito porque se adapta a las circunstancias, un partido ómnibus donde cabe todo, pero donde no hay claridad de qué van a hacer en el gobierno.

Y el papel de Rodolfo Piza, ¿cómo lo analiza?

- Él encontró la forma de gobernar a pesar de haber perdido las elecciones. Para él, probablemente sea un buen negocio, logró su objetivo por otros medios, fue muy hábil en la negociación. Yo no concuerdo con muchas de sus políticas, pero le reconozco su habilidad para colonizar el Gobierno sin haber obtenido los votos. Y aprovechó el momento de debilidad del PAC en la campaña para enfrentar a Restauración, lo inexplicable es que le haya entregado todo, no solo la política económica, sino también el control de la iniciativa del gobierno.

EXTRADIRECTO

 

•Reforma fiscal: garrote a los trabajadores y cosquillas a los evasores

• Canasta básica: la comida de la gente

• Evasores: ladrones de impuestos

• PAC: incongruencia

• Carlos Alvarado: que se acuerde de sus promesas

• Rodolfo Piza: gobernante hábil

• Frente Amplio: proyecto político en el que creo

• Asamblea Legislativa: la casa de los sustos

• José María Villalta: perseverante

 

PERIODISTA: Bharley Quirós Navarro

CRÉDITOS: Foto: Cristian Cartín

EMAIL: [email protected]

Martes 25 Septiembre, 2018

HORA: 12:00 AM

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