Óscar Ramírez, técnico de la Selección Nacional, defendió el planteamiento que utilizó este domingo en el debut mundialista ante Serbia, cuando perdió 1-0. Al técnico se le acusó de jugar al pelotazo y mostrar poco trabajo en ofensiva.
Los serbios manejaron el partido, apretaron cuando quisieron y controlaron el esférico sin mayor inconveniente, fueron los que presentaron mayores jugadas en el área rival.
"Eso fue por su presión adelantada. Preferimos eso a que nos robaran un balón a cinco o diez metros de nuestra área", mencionó Ramírez en rueda de prensa.
Al estratega se le señaló por mantener inquebrantable su línea de cinco en el fondo. "La nuestra es una defensa flexible, por momentos de cinco que pasa a ser un 3-4-3 o un 4-4-2, dependiendo de las circunstancias del juego en cada momento", apuntó.
Al mismo tiempo explicó que era lo que pretendían para dicho compromiso.
"Teníamos un plan táctico y queríamos castigar la espalda de (Branislav) Ivanovic para desgastarlo y así buscar, en la segunda parte, más desequilibrio con Joel (Campbell) o (Daniel) Colindres, pero lograron el gol, a balón parado, y eso les ayudó", expresó.
Recalcó que las posibilidades de avanzar a la siguiente ronda se han reducido, pero se mantienen latentes. “Por lo hablado en el camerino esto no está acabado", acotó.