En esta ocasión vamos a conversar sobre una dermatosis que genera importantes complicaciones y limitaciones para la persona que lo padece, y es la elefantiasis que consiste en una enfermedad en la que las piernas u otras partes del cuerpo se vuelven anormalmente grandes como resultado de un bloqueo en el sistema linfático.
Voy a referirme rápidamente al sistema linfático el cual está conformado por los ganglios linfáticos los cuales son un sistema de defensa y drenaje contra infecciones y es este lugar donde se acumulan las células y bacterias que han sido captadas cuando existe una infección.
Ahora bien; en el caso de la elefantiasis la infección es causada por unos parásitos denominados como filarias los cuales que se transmiten a través de los mosquitos. La infección normalmente se contrae en la infancia causando daños asintomáticos en el sistema linfático. Las manifestaciones dolorosas y profundamente desfigurantes de la enfermedad aparecen más tardíamente y posteriormente nos van a ocasionar una discapacidad permanente. Esos pacientes no solo quedan físicamente discapacitados, sino que sufren perjuicios mentales, sociales y financieros que contribuyen a la estigmatización debido a las complicaciones físicas evidentes que la enfermedad ocasiona.
Distribución de la enfermedad
Estadísticamente en la actualidad La estimación inicial del número mundial de personas afectadas por la elefantiasis (filariasis linfática) fue de 25 millones de hombres con hidrocele (aumento del volumen a nivel de los testículos) y más de 15 millones de personas con linfedema (aumento del volumen de los ganglios linfáticos y por consiguiente aumento del volúmen desproporcionado las en extremidades). Sigue habiendo, como mínimo, 36 millones de personas con estas manifestaciones crónicas de la enfermedad.
Origen
La filariasis linfática es causada por la infección por nematodos de la familia Filarioidea, los cuáles son un tipo de gusanos filiformes siendo el más frecuente la Wuchereria bancrofti, que es la responsable del 90% de los casos de elefantiasis.
Los gusanos adultos se alojan en los vasos linfáticos y es aquí donde se produce la obstrucción y el estancamiento de la linfa o líquido linfático alterando el funcionamiento normal del sistema linfático. Estos gusanos pueden vivir en promedio de seis a ocho años y a lo largo de su vida producen millones de pequeñas larvas (microfilarias) que circulan a través de la sangre.
Los mosquitos que transmiten esta patología son principalmente el Aedes y el Anopheles; estos se infectan con microfilarias al ingerir sangre cuando pican a un portador infectado posteriormente maduran en el mosquito y se convierten en larvas infecciosas. Cuando los mosquitos infectados pican a las personas, las larvas maduras del parásito se depositan en la piel, desde donde pueden penetrar en el organismo. Las larvas pasan luego a los vasos linfáticos, donde se desarrollan y se vuelven gusanos adultos, que continúan entonces el ciclo de transmisión.
Cuadro Clínico
La mayoría de las infecciones no presentan sintomatología alguna pudiendo causar daños en el sistema linfático y los riñones así como deficiencias en el sistema inmune, sin que la persona muestre síntomas externos.
Cuando se desarrolla en condiciones crónicas, conduce a una hinchazón y engrosamiento de la piel y los tejidos subyacentes lo cual puede generar dolor local importante. La inflamación y cicatrización de las piernas o brazos es conocida con el nombre de elefantiasis.
En los hombres puede ocurrir esta enfermedad a nivel del escroto ocasionando la hinchazón del mismo lo que se conoce con el nombre de hidrocele. Estos síntomas son extremadamente discapacitantes y en algunas ocasiones el crecimiento puede ser sumamente desproporcionado.
Diagnóstico
Cuadro clínico que demuestre el aumento de volumen importante del escroto y extremidades nos puede hacer sospechar la patología, seguidamente el aumento en sangre de los eosinófilos nos puede guiar un poco más y por último el diagnóstico definitivo se realizará por medio de la demostración del parásito.
Tratamiento
El tratamiento de la elefantiasis tiende a centrarse en dos cosas principalmente:
El tratamiento de la infección con la ayuda de albendazol e ivermectina así como regímenes estrictos de higiene son la principal medida.
Mejorar el flujo de la linfa mediante reposo, ejercicio físico y masajes para estimular el drenaje son otra piedra angular en el tratamiento..
Existen medidas preventivas que han reducido la incidencia de aparición de la elefantiasis en las zonas donde es endémica y consiste en la prevención de la picadura del mosquito para controlar los brotes de la enfermedad.
