Los acuerdos políticos suscritos y las adhesiones que se han propagado hacia los dos candidatos a la Presidencia de la República, de cara a la segunda ronda electoral, aún se quedan cortos en la ruta de conformar un gobierno de unidad nacional.
Así lo señala el experto en política, Sergio Araya, quien sostiene que el próximo mandatario tendrá el desafío de traducir el respaldo en esta contienda, en apoyo de los partidos que conformarán la nueva Asamblea Legislativa.
Araya recalca que, si bien es un intento válido, tanto de Fabricio Alvarado, aspirante de Restauración Nacional, como Carlos Alvarado, del Partido Acción Ciudadana, lo que se estila a nivel internacional es que la unidad para gobernar se suscriba, una vez que ya haya un presidente definido o al arrancar el proceso electoral.
“En muchos países es natural, Alemania acaba de llegar a una nueva coalición entre socialcristianos y socialdemócrata. Pero el tema de los acuerdos de unidad nacional se da cuando un presidente ya está electo. Si el primero de abril pierde Carlos Alvarado el acuerdo que firmó con Rodolfo Piza es papel que se lo lleva el viento; igual si el 1 de abril pierde Fabricio Alvarado, toda la postura, todos los planteamientos que le aportó Liberación y la misma Unidad, también se los va a llevar el viento”, sostuvo.
Para el politólogo, ambos postulantes se precipitaron a conformar estas coaliciones, en medio de una coyuntura que exigía evidenciar cómo armarían sus eventuales gabinetes. Asegura que de momento estas alianzas, lo único que garantizan es que la posibilidad de ganar más votos, ante la simpatía que se logre con los electores, con estas adhesiones.
“El 2 de abril, ¿qué van a hacer las dirigencias tanto de Liberación y la Unidad que se pasaron a apoyar por ahora a Fabricio y a Carlos? ¿Regresan a las fuerzas políticas de las que emanaron?
¿Se va a cicatrizar tan rápidamente, van a regresar todos como mansas palomas a sus partidos de origen, va a ser tan sencilla la reconsideración, la operación de matrimonio? Lo único tangible en este momento es el acarreo de votos”, indicó.
Araya citó como ejemplo, de lo complicado que podría tornarse el escenario, con la próxima bancada socialcristiana, en la que el excandidato Rodolfo Piza, dio el respaldo al candidato del PAC, y diputados electos, al aspirante de Restauración, por lo cual habrá que esperar cómo se unificaría la bancada, una vez que pasen las votaciones.
Para el experto el desafío es mayor, ya que los comités ejecutivos se han mantenido al margen de este proceso.
“Las formas (en la que se dan los acuerdos) juegan un rol importante, lo que hay es un esfuerzo por ir integrando una propuesta que cuenta con el aval del electorado”, indicó.
Los intentos por establecer un gobierno de unidad han venido caminando en el país, sin éxito, el último fue impulsado por el diputado Ottón Solís, quien lanzó un llamado a todos los partidos con representación actual en la Asamblea Legislativa a comprometerse con una agenda de proyectos, e incluso negociar la conformación del próximo gabinete, pero esta propuesta solo fue avalada en la línea de las propuestas de ley, y no se ha logrado mayor fruto.
El politólogo asegura que se requerirá de una alta madurez política para que el país pueda avanzar en los proyectos pendientes.
