Viernes 29, Marzo 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Mi papá

José Calvo

Mi papá era un gran tipo. Cuando era un muchacho trabajó como vendedor en la tienda de Robert, pero no servía para vendedor. Le pagaban con “una cubierta” los pesos necesarios para mantener los huesos pegados al pellejo. Y entonces pescó una enfermedad. Eran unas manchas en la piel como picadas de pulga, pero no había pulgas en su cama.

Contaba cómo pagó una consulta al médico más famoso de San José, que se encontró en la calle cuando iba en su volanta para el congreso, porque los médicos de San José eran también los políticos, algunos muy buenos, como Calderón Guardia, al que le debemos La Caja, que los neoliberales no han podido destruir a pesar de sus muchos esfuerzos.

 

El hecho es que el famoso doctor llevó a mi papá a su consultorio y allí buscó su mal en un libro con ilustraciones: el mal se llamaba lycus plantae y era una enfermedad venérea muy mala: en mi papá, que era casto por principios y por necesidad.

De regreso de la visita al facultativo, dos pesos más pobre, vio a dos mujeres en la calle: una con un niño a quien, según su madre, “se estaban hartando los talepates”. Mi papá se devolvió y examinó al niño, que tenía en la piel unas manchas muy parecidas a las suyas. Y llegó a la conclusión de que acabbaan de estafarlo de los dos pesos que le pagó al médico. Su curación consistió en cambiar de dormitorio.

 

Mi papá tampoco fue un buen agricultor; solo al capitán Nemo se le podría haber ocurrido la idea de meterse allí donde se metió, pues ni Ciro Smith podría haber hecho producir esos suelos tan pobres. Pero él no se metió allí, se metieron más bien los abuelos, porque era un valle risueño, a pesar de su pobreza.

También a mi me tocó el valle risueño. Y también yo fracasé porque no tenía el MacGiver para hacer que produjeran aquellos suelos tan pobres. Aunque yo tuve la carga adicional de un socio completamente ineficiente, que llevé en el regazo todo el tiempo que duró el experimento, y que casi me arruina.

Eso como que está en la familia, porque mi papá también tuvo que llevar cargado a un hermano casi toda su vida. Y no estoy diciendo aquí que a los incapaces no hay que cargarlos, pero para eso está el UBI, la renta mínima garantizada.

PERIODISTA:

EMAIL:

Martes 20 Marzo, 2018

HORA: 12:00 AM

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA