Y siguen sin pensar en los usuarios
Editorial
Una y otra vez, los usuarios terminan pagando por las ideas que se les ocurren a los empresarios y al Gobierno, con esto vamos al invento del pago electrónico de los autobuses, pues ahora resulta que subirán las tarifas para sacar adelante el famoso proyecto.
Entonces, nuevamente quienes requieren del servicio tendrán que sacar más dinero de su bolsa por algo que ni siquiera están pidiendo y, lo peor de todo, en muchos casos se usarán las mismas unidades viejas que a menudo se quedan varadas, a las que las ventanas no les bajan y que tienen unos asientos como para una montaña rusa, porque en cualquier momento queda uno “patas arriba”.
Aun así, los usuarios deben hacer de tripas chorizo y pagar los pasajes, aunque ya ni les alcance, ¿o los dueños de las empresas no piensan que muchos se quedan sin comer por cancelarles el costo de los viajes? Y ellos siguen inventando.
Si los empresarios quieren poner el sistema de cobro, debería de salir del bolsillo de cada uno de ellos, pues qué pasa si al final no funciona. ¿Será que van a devolver la plata invertida a los pasajeros por una idea fallida? O, si no sirve, ¿alguno pedirá que le rebajen la tarifa? Seamos realistas, eso no va a pasar.
Ante este panorama, nos cuestionamos: ¿Preguntaron a los usuarios si a ellos les interesaba pagar de forma electrónica? ¿Les molesta andar menudo para los pasajes? ¿Todos los usuarios del tren y del servicio de buses tienen tarjeta de crédito o débito? ¿Qué sucederá con quien no posea una y ocupe el servicio de transporte?
Aparte, en muchas zonas del país aún no están preparados para este tipo de cambios, pues la gente no utiliza tarjetas ni de crédito ni de débito, ni cuenta con un internet óptimo para estar recargando y que el sistema funcione a la perfección.
En realidad, respecto al tema del transporte, también hay un cuestionamiento fundamental: la calidad de las unidades. Parece muy ilógico que cobren con tarjeta en un bus que literalmente es un tarro viejo que apenas se mueve.
Con lo anterior, esperemos que la carrera por dejar todo aprobado al menos no sea para beneficiar a alguien en particular, pues parece muy extraño que el tema llevara enterrado varios meses y de un pronto a otro le hayan dado choques eléctricos para revivirlo.
Según se dice, no han escogido a nadie para que ofrezca el servicio, sin embargo, esperamos que dentro de todo esto no haya compadre hablado, como se había querido dar a entender, cuando se fue, un viceministro del área de Transportes.
Después de todo lo que ha pasado con el cemento, por lo que hay más de uno embarrado, no nos extrañaría que otros temas de importancia para el país se estén manejando con la misma ligereza, solo por beneficiar a unos cuantos y salir favorecidos.
Esperemos que, antes de poner esta iniciativa en marcha y decidir de cuánto será el aumento, las autoridades se tomen la molestia de analizar la verdadera viabilidad del proyecto, para que no sea uno más de la lista de errores que se han cometido y de los cuales los usuarios terminan pagando los platos rotos.
Como dirían las abuelas, “las cosas se hacen bien hechas o mejor no se hacen” y, si ya se ha esperado tanto tiempo, no vemos por qué ahora, a meses de que se termine este Gobierno, están corriendo para dejar todo este asunto montado.
