CONSULTA: Estimado Profesor Corazón, espero que se encuentre bien. Soy Mau, tengo 42 años, trabajo en el campo de las artes visuales, fui fumador de marihuana (antes le decíamos mota, monte o grifa) y para nada recomiendo su consumo porque lo que empieza como un deseo de probar y experimentar nuevas sensaciones termina por convertirse en un vicio que lleva a otras adicciones más fuertes y difíciles de dejar.
Como dice Miguel Mateos, crecí contra la miseria de alguna que otra pena en la década de los 80, cuando la moda era usar jeans tubo, jacket de mezclilla, tenis blancas y arrollarse las mangas de la camiseta, pues uno imitaba todo lo que veía que hacían artistas como Michael Jackson, Kevin Bacon y otros. Recuerdo cuando nos pegábamos la fiesta con un par de puros de marihuana en la casa de algún compa mientras escuchábamos rock en inglés y en español.
Eran dos puros como para diez maes, en otras palabras, solo teníamos derecho a pegar un par de jalonazos cada uno y se acabó. Aunque parezca mentira en aquellos tiempos todo era más sano, no es que no hubiera drogas de laboratorio, claro que sí las había, solo que no se comercializaban tan fácilmente como en la actualidad, uno solo escuchaba hablar de LSD y no se conocían otros alucinógenos, como ahora, que la oferta es variada y alta la demanda.
Si uno quería alucinar -aclaro que esa no era mi nota- tenía que ir a buscar hongos a los cerros de Escazú o Coronado. Nos tocó vivir una época dura porque el mundo estaba cambiando a pasos de gigante y se rompían muchos paradigmas sociales, el dólar se disparó y había escasez de alimentos. Supongo que usted también lo recuerda, Profesor, uno tenía que hacer fila en las panaderías porque no vendían más que un baguette por persona y así era en otros comercios.
Recuerdo que mi mamá tenía que ir a comprar arroz a Heredia porque aquí en San José no se conseguía. Esa época fue quedando atrás y en su lugar llegaron nuevos tiempos, más convulsos en términos generales, porque antes uno solo se pijeaba y ahora los jóvenes combinan marihuana con alcohol, lo que en el mundo de las drogas se conoce como “cruzarse”.
Esto es tan común que la juventud hoy en día aprovecha cualquier celebración para cruzarse, yo lo digo porque lo veo en el barrio. Por ejemplo, mi sobrino de 17 años, que estudia en un colegio de Hatillo, donde la droga abunda, fumó marihuana por primera vez el año pasado. Se sinceró conmigo y me dijo que lo hizo en una fiesta por la misma razón que lo hacen otros jóvenes de su edad, por curiosidad.
Cuando le pregunté por qué la probó me dijo: “Porque todos la fuman y por estar a la moda”. Uno de sus compañeros de aula se la ofreció y él aceptó. La segunda vez que fumó fue porque estaba deprimido, ya que había terminado con la novia. Me dijo que la dejó porque no le gustó el sabor amargo que le dejaba en la boca, además está poniéndole ganas porque quiere graduarse para estudiar en la UNA. Por experiencia propia le dije que esa fue la mejor decisión que pudo tomar. Es todo lo que quería comentarle, Profesor, y si quiere me lo publica en su columna, que es tan leída. Se despide su fiel lector, Mau.
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Vida
“Fui fumador de marihuana”
Sentimientos en Conflicto
Imagen con fines ilustrativos.
