El 23 de setiembre de 1992 nuestro país vivió uno de los episodios mediáticos que más impactaron a la sociedad en ese momento, como fue el secuestro del exministro de Seguridad Luis Fishman bajo la administración de Rafael Ángel Calderón Fournier.
El exguerrillero Orlando Ordoñez Betancourt, de 33 años, secuestró y tomó como rehenes al obispo de la Diócesis de Santa Rosa en Copán, Honduras, Luis Alfonso Santos; al jefe de la Dirección Nacional de la Policía Secreta de ese país, coronel Manuel de Jesús Luna; la embajadora de México en Costa Rica, Carmen Moreno; y el entonces ministro de Seguridad tico, Luis Fishman.
Ordoñez Betancourt, quien fue miembro del Batallón de Inteligencia del Ejército de Honduras, conocido como 3-16, acusado en nuestro territorio de violación y otros delitos, accedió a la liberación de los rehenes luego de ser trasladado hasta el Aeropuerto Juan Santamaría, donde abordó un avión junto al exministro Fishman.
El extitular permaneció retenido durante 20 horas y lo liberaron luego del pago de $100 mil que coordinó la familia con el secuestrador, quien exigió ser trasladado a México, nación que no contaba con acuerdos de extradición con Honduras.
RECUERDOS
Tras la publicación de un libro donde se narran los hechos vividos por la sociedad costarricense a principios de los 90, una nueva versión apunta a que el verdadero objetivo de este exguerrillero era ubicar y tener acceso al entonces director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Rafael Guillén Elizondo.
“En mis últimos tiempos como director del OIJ tuve la suerte de coordinar acciones y estrechar amistad con Luis Fishman Zonzinski. En estos ires y venires, fui conociendo su hombría de bien y su temple de persona íntegra, valiente y leal. Viví el episodio de su secuestro. Un facineroso, a punta de pistola, lo montó en un avión que lo trasladó, contra su voluntad, a Honduras”, compartió Guillén con DIARIO EXTRA.
OBJETIVO
El propio Fishman compartió con su inseparable aliado que el exguerrillero solicitó la presencia de Guillén, al parecer el verdadero objetivo.
“Durante el trance, el secuestrador le pidió a la víctima que llamara a Guillén del OIJ porque él sabía que, si me lo pedía, yo estaría pronto a su lado como siempre ocurría y que su objetivo era yo, no él.
Es que la confianza recíproca que habíamos cultivado consistía en que, si él me llamaba yo acudía presto, y viceversa, sin explicaciones previas. El señor ministro, con una pistola apuntando contra su cabeza, se negó rotundamente a llamarme diciéndole: ‘Eso yo no lo hago’. El delincuente, como dije, me quería a mí, no al ministro”, aseguró Guillén.
ASESINATO
Aunque el secuestrador nunca reveló las intenciones que tenía con el entonces director del OIJ, Guillén afirma que el objetivo real del caco era acabar con su vida.
“Él sabía que a través del funcionario de seguridad me podía atrapar para terminar con mi vida. Considero que la contextura moral de Fishman, su valentía y su lealtad son invaluables”.
El 24 se setiembre de 1992 el Gobierno azteca anunció el arresto del exmilitar hondureño, miembro en ese entonces del Movimiento Popular de Liberación, en prisión solicitó el perdón de Costa Rica y México por los delitos.
Años después se perdió el rastro de este hombre y con él las intenciones de asesinar al exdirector del OIJ se desvanecieron.
PERIODISTA: Gustavo Retana
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Martes 11 Julio, 2017
HORA: 12:00 AM