Se dice que las personas honestas disfrutan de una mejor calidad de vida, son más felices y afrontan los problemas de un modo más íntegro y valiente; lo cual posiblemente se deba a una razón muy sencilla: este tipo de gente no es que sea más inteligente, ni la que sabe siempre la verdad sobre las cosas, sino que tiene perfiles con una firme coherencia entre lo que piensa y lo que hace. Sin embargo, por curioso que parezca, dicho principio psicológico no es nada fácil de poner en práctica, ya que la honestidad de mente y de actos requiere de un adecuado desarrollo personal para ser genuino, auténtico y sincero, con nosotros mismos y con los demás.
Las siguientes son algunas de las características que definen este rasgo tan valioso de personalidad.
Las personas honestas no temen decir la verdad, puesto que claramente la honestidad no sirve de nada si uno mismo no es capaz de tener el coraje de defender y exigir siempre la verdad en cada uno de los contextos que le rodean.
Quien tiene un corazón honesto no admite las injusticias, los chantajes, las medias verdades o las mentiras enteras, puesto que esa honestidad que se intenta mantener para sí mismo también se exige en los demás.
Pero se sabe que no es precisamente fácil defender y contagiar este tipo de integridad personal porque son muchos los escenarios en que reina la deshonestidad camuflada, esa hipocresía dañina de la cual hemos de defendernos de forma constante.
LIMITACIONES
La gente honesta es consciente de sus limitaciones, de sus defectos, porque de nada sirve exigir honestidad ajena si no somos capaces de practicarla en nuestra propia persona.
En nuestro día a día, no faltan quienes se vanaglorian de un sinfín de virtudes. Sin embargo, se quedan solo en las pancartas, porque en su rutina no aplican ni un solo principio de los que predican.
No es el caso de las personas honestas, con perfiles que han hecho un adecuado viaje interior para ser conscientes de sus limitaciones, de sus defectos y sus agujeros negros, por lo que conocen cuáles son los aspectos para mejorar en sí mismas esos puntos débiles y esas flaquezas que deben ir superando momento a momento y paso a paso.
Este autoconocimiento favorece a su vez una congruencia personal, de modo que actos y pensamientos se armonizan, no hay falsedades ni maniqueísmos: solo el equilibrio de un corazón humilde y respetuoso.
TRANSPARENCIA
Se trata de personas transparentes y que se muestran como son, aunque esto no significa que permitan que los demás vean sus intimidades, ni que sean vulnerables como una ventana de fino cristal.
La honestidad es sinónimo de transparencia porque cada cosa que uno hace, dice y demuestra está en armonía con la propia personalidad.
No hay sesgos ni disonancias. Aún más, ser honestos significa mantener siempre una misma conducta, un mismo trato y un mismo modo de relacionarnos con los demás.
Ser transparente siempre y en cada momento tampoco es sencillo, porque, si hay algo que suele caracterizar al ser humano, es su naturaleza voluble, cambiante.
Asimismo, es normal encontrarse con esa constante necesidad por “encajar” y ser aceptado por todos y en cualquier contexto.
La persona honesta no tiene este problema: si algo no le agrada o va en contra de sus principios, lo pone de manifiesto, sin ninguna dificultad.
SIN PELOS EN LA LENGUA
Suelen luchar por aquello en lo que creen, lo que posiblemente haga que, en ocasiones, sean las que más sienten la soledad o incluso el rechazo de muchos de quienes les rodean.
Esto es así por una razón muy sencilla: a veces la honestidad es combativa y no teme decir en voz alta lo que no le agrada, lo que para esa persona no es lícito ni respetuoso.
A casi nadie le gusta esa sinceridad, ni esa voz que no se esconde a la hora de dejar las cosas claras.
Todo ello hace que muchas veces la honestidad sea incómoda y se prefiera más a la persona hipócrita o la persona dócil, manejable.
INSPIRACIÓN Y EJEMPLO
La persona que vive desde la congruencia, desde ese equilibrio perfecto entre valores y actos, suele inspirar a quienes saben apreciarla de verdad.
Puede que se cree alguna enemistad por su franqueza, pero la mirada sabia, que sabe valorar los pilares de bondad y de integridad de estos perfiles, los aprecia enormemente.
De ahí que sean grandes amigos, familiares que apreciamos de forma intensa y compañeros de trabajo que día a día hacen nuestra vida más fácil, más hermosa.
Si en su vida tiene una o más personas caracterizadas por una honestidad infatigable, no dude en tenerlas siempre cerca, en aprender de ellas, en compartir tiempo y grandes momentos, ya que son regalos de nuestra sociedad, personas que nos inspiran a ser mejores.
PERIODISTA: Redacción Diario Extra
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Viernes 30 Junio, 2017
HORA: 12:00 AM
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