Los embajadores colocados en el servicio exterior a dedo por el gobierno de Luis Guillermo Solís siguen dando problemas de conducta.
El embajador costarricense en El Salvador, Carlos Manuel Echeverría, fue despedido luego de que una investigación acerca del clima organizacional en esa sede diplomática así lo recomendara. Echeverría fue acusado semanas atrás por al menos cuatro funcionarios de esa entidad por acoso laboral.
El cese de funciones lo confirmó a DIARIO EXTRA el propio embajador Echeverría vía telefónica desde San Salvador. Echeverría estará en su cargo hasta el 25 de abril.
“La verdad tuvimos diferencia con el personal, pero lo mismo podría decir yo, que pudo haber habido acoso personal y laboral contra mí”, contó el funcionario, que añadió que al final de su gestión presentará un informe de sus labores.
El cese del embajador Echeverría se concretó en la sesión del Consejo de Gobierno, sin embargo, la noticia él la recibió por parte de la Cancillería antes del receso de Semana Santa.
SILENCIO: TÁCTICA EVASIVA DE LA CANCILLERÍA
Tal como ha sido la tónica de la Cancillería y de su jefe, el ministro Manuel González, cuando trasciende un caso de conductas impropias de funcionarios en el servicio exterior, recurre al silencio.
Mientras que el canciller González está de gira en Madrid, su reemplazo acá en San José momentáneamente, el vicecanciller Alejandro Solano, prefirió no referirse al tema. La oficina de prensa de la institución dijo que Solano no se iba a referir al asunto. Esa dependencia solo constató la fecha del cese del embajador.
De igual modo, la nueva directora de Servicio Exterior, Lina Ajoy, como dicen “se quitó el tiro”. Ajoy dijo que iba a consultar a sus superiores cómo proceder, pues expresó que apenas ayer asumía sus funciones.
En la embajada de El Salvador el cónsul general Manuel Núñez y el ministro consejero Percy Rodríguez prefirieron no referirse al tema. Fuentes internas de DIARIO EXTRA en la Cancillería apuntaron que desde el ministerio les prohibieron a los funcionarios dar declaraciones.
EMBAJADOR EN NICARAGUA SIGUE PROTEGIDO
En la Cancillería, como en cualquier otra organización, existen las argollas, esos pequeños grupos en los que hay personas y funcionarios que tienen un trato especial y diferenciado que el resto.
Mientras que al embajador Echeverría se le abrió un proceso por las quejas y acusaciones en su contra, al embajador en Nicaragua, Eduardo Trejos Lalli, no se le empezó ningún procedimiento, a pesar de tener dos acusaciones por malos tratos y acoso laboral por parte de dos subalternos.
Eduardo Trejos Lalli es amigo del presidente Luis Guillermo Solís, así como de su círculo más cercano.
El 5 de abril DIARIO EXTRA dio a conocer que Trejos fue acusado de malos tratos por la exconsejera Natalia Rojas. Ella incluso presentó su renuncia el pasado 14 de marzo, pues tuvo problemas de salud y cuadros de estrés por el mal trato que denunció por parte de Trejos.
“Es una persona que alza la voz, no gira instrucciones claras y suele molestarse cuando indica algo y se le consulta sobre ello. Suele pasar la mayor parte del tiempo de mal humor lo que genera estrés y tensión”, le expuso Rojas al Canciller en su carta de renuncia.
La exfuncionaria añadió que Trejos es una persona “inaccesible y cerrada”. “A como pueden pasar días que estalla y grita por todo, pueden pasar días que no dirige una sola palabra. El día de ayer (13 de marzo) el señor Carlos Bonilla, ministro consejero de esta sede, nos indica que es con él con quien debemos tener contacto y al que debemos dirigirnos para todo lo laboral”, manifestó.
Pero las acusaciones contra Trejos no paran ahí. Cuatro meses antes, el 16 de noviembre de 2016, el cónsul general en Nicaragua, Álvaro Herrera, había presentado su renuncia tras un fuerte altercado con él en la embajada, donde según fuentes cercanas a El Periódico del Pueblo poco faltó para que llegaran a los golpes.
A pesar de que son dos casos en cuatro meses, el Ministro se niega a abrir una investigación contra Trejos.
González alega que el caso debe ser abordado por la Dirección de Servicio Exterior, órgano que él mismo reconoce está bajo su mando y al cual puede ordenar el inicio de una investigación.
Los diputados de oposición le exigieron al Canciller abrir una investigación contra Trejos y le solicitaron al presidente Solís ordenárselo, en caso de que siga oponiéndose.
A ambos los congresistas les pidieron no seguir “protegiendo” a Trejos.
“Manuel González debe abrir una investigación, no puede dejar de hacerlo. Se trata de una embajada sumamente importante y sensible. Si no lo hace, el presidente Solís debe ordenárselo y demostrar que no protege a sus amigos”, sentenció el libertario Otto Guevara.
¿QUÉ DICE EL PRESIDENTE SOLÍS?
El Periódico de Más Venta en Costa Rica le preguntó al presidente Solís la razón por la cual al embajador Echeverría se le abrió un proceso -que condujo a su despido- tras las acusaciones en su contra, y por qué no se hizo lo mismo con su amigo, el diplomático Trejos Lalli.
También se le consultó sobre la típica actitud de la Cancillería de mantenerse callada sobre estos temas que la comprometen y sobre la petición de los legisladores para que él ordene la investigación contra Trejos, tras la renuencia del Canciller.
Solís contestó a medias, esta fue su respuesta: “Voy a hablar con el señor Canciller para que pueda ilustrarme. Sobre los temas administrativos de la Cancillería yo prefiero no opinar porque no tengo los detalles. Creo que hay procedimientos que deberían aplicarse de forma general, si ha habido diferencias, no sé, solicitaría que sea en Cancillería donde se evacúe su pregunta”.
PERIODISTA: Carlos Mora
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Miércoles 19 Abril, 2017
HORA: 12:00 AM
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