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Vida

Aprendiendo sobre el colesterol

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Es bueno tener claridad sobre los términos médicos usuales en estos días para entender mejor qué sucede con nuestro organismo y por qué padecemos ciertas situaciones. Por ejemplo, ¿usted sabe que los lípidos contienen esteroles y uno de ellos es el colesterol, que sintetizado por el hígado y trasportado por el torrente sanguíneo desempeña un papel importantísimo en muchos procesos metabólicos? Entonces resulta que tener colesterol no es malo, por el contrario, es imprescindible.

Sin embargo por una parte lo fabrica el organismo (endógeno) y por otra lo recibe de los alimentos (exógeno). Pero en nivel elevado de LDL puede obstruir las arterias, creando placas o coágulos. 

El nivel de colesterol se mide en miligramos por decilitro de sangre, considerándose normal entre 200 y 239. Su valor máximo no debe exceder de 250 y el beneficioso o HDL debe ser superior a 45, mientras que el LDL o malo debe ser inferior a 130. El médico debe valorarlos en función de cada paciente, pues son términos muy relativos.

El bueno o HDL: hay grasas que son trabajadoras cualificadas que realizan tareas de alta precisión, como el HDL o colesterol bueno, que mantiene las arterias en buen estado. Además de ser imprescindible para que funcionen algunas moléculas vitales, como las vitaminas liposolubles, que solo se disuelven en grasa.

El malo o LDL: son grasas que el cuerpo necesita en pequeñas cantidades pero que si tiene más de las que debe pueden resultar muy perjudiciales para la salud, en especial para las enfermedades cardiovasculares, ya que obstruyen las arterias, creando placas o coágulos.

 

LAS GRASAS EXISTEN Y CÓMO IDENTIFICARLAS

 

Para saber cuáles grasas son mejores y peores hay un sencillo truco: las que son líquidas a temperatura ambiente son preferibles a las sólidas. Normalmente las líquidas a temperatura ambiente son vegetales y las sólidas tienen un origen animal. La excepción son las grasas “trans”, que proceden del mundo vegetal pero se hidrogenan (se utilizan en bollería y margarinas). Estas son igualmente perjudiciales, ya que elevan el colesterol malo, reducen el bueno, aumentan los triglicéridos, etc.

Las grasas se dividen en:

-Saturadas, que elevan los niveles de colesterol malo y suelen ser de origen animal.

-Insaturadas, que bajan los niveles de colesterol malo y son de las siguientes clases:

a) Monoinsaturadas: reducen el colesterol malo y aumentan el bueno. Las contiene el aceite de oliva extravirgen y se recomienda que la mitad de las grasas que consumimos cada día sean de este tipo. También se encuentran en los aguacates, las almendras, avellanas y algunos alimentos de origen animal como el pato o el bacalao.

b) Poliinsaturadas:

Omega 3: pescado azul y aceite de pescado, mejoran el nivel del colesterol igual que el aceite de oliva, pero también reducen la tendencia de la sangre a formar coágulos, ayudan a controlar la tensión arterial y previenen las arritmias. Tienen omega 3 pescados azules como el salmón, la anchoa o la sardina y los blancos como la merluza o el rape. El pescado blanco suele tener menos porque es menos graso.

Omega 6: aceites vegetales como el girasol, que se encuentra a mitad de camino, a nivel de beneficio para la salud, entre el aceite de oliva y las grasas del pescado.

Es importante saber que ningún producto tiene solo un tipo de grasa: el aceite de oliva extravirgen tiene un 74% de grasa monoinsaturada (la buena) y un 13% de grasa saturada (la menos buena), pero un filete de ternera también tiene un 29% de grasas monoinsaturadas (beneficiosas) y curiosamente el pollo magro, el pato y el cerdo ibérico tienen más grasas monoinsaturadas que saturadas.

 

ALIMENTOS QUE DEBEMOS INCLUIR EN LA DIETA 

 

La siguiente es una relación aproximada que pretende ser una guía para que el lector tenga una idea más clara. Por ejemplo, en el apartado frutas y verduras todas son estupendas, pero no vamos a incluir su totalidad:

Aceite de oliva extravirgen, pan integral, pescados azules y blancos

Carnes poco grasas como el pavo, pollo, conejo…

Frutos secos, en especial las nueces, avellanas y almendras, así como semillas de girasol, entre otras.

Frutas y verduras: naranjas, peras, manzanas, aguacates, alcachofas. También los que contienen pectina: zanahoria, manzana, repollo, brócoli…

Legumbres y cereales como los garbanzos, lentejas, judías y arroz son aconsejables.

Un vaso de vino tinto de calidad en las comidas.

 

ALIMENTOS CUYO CONSUMO DEBEMOS REDUCIR 

 

Los ricos en grasas saturadas: mantequilla y margarina, leche entera, embutidos (excepto el jamón ibérico), paté…

Los que tienen grasas trans: bollería industrial, precocinados. Incluso cuando en la etiqueta solo indica “grasas vegetales”.

Carnes y grasas como el cerdo (no ibérico), la ternera, el cordero, las vísceras y otras deben limitarse a dos veces por semana.

Las grasas son necesarias para el metabolismo por del 30% al 35% de las calorías de la dieta debe proceder de ellas.

Ante cualquier duda consultar con el médico.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Martes 06 Diciembre, 2016

HORA: 12:00 AM

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