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Vida

El peligroso efecto “nagging” en la pareja

Las desavenencias en el hogar cuando ella procura todo en orden y él ignora u olvida sus obligaciones suelen convertirse en círculo vicioso. Ella ordena, él no coopera; ella se enfada, él le grita ofendido. Discusión, reconciliación y dos días después, otra vez lo mismo.

Aunque el rol de los sexos puede invertirse, los expertos afirman que lo más común es este reparto en que la mujer adopta el papel de la figura responsable y sensible a cualquier posible problema mientras que el hombre tiende a despreocuparse de las obligaciones diarias, una situación que suele derivar en constantes reproches y una de las que tienen más probabilidades de terminar mal.

De hecho, los problemas en la comunicación son una de las principales razones que conducen al fracaso de un matrimonio, por encima incluso de la infidelidad. La mayor parte de parejas a punto de divorciarse suelen sentir que no son capaces de hacerse entender, aunque esta no sea la razón principal de su separación: un 86% de los matrimonios infelices considera que su pareja no entiende sus motivos de enfado. Igualmente, según otro estudio, las parejas que sufren mayores problemas en su matrimonio utilizan un 20% más de comunicación negativa y un 12% menos de interacción positiva que en el momento en que se casaron: el proceso de deterioro es paulatino y casi imperceptible.

ORDENAR Y OBEDECER

El término nagging, que se podría traducir aproximadamente como una mezcla de "regañar", "fastidiar", "insistir" y "gruñir", siempre con un matiz negativo, se ha utilizado ampliamente para nombrar este tipo específico de problemas de comunicación en que un miembro de la relación pide, y el otro, hace caso omiso. La palabra proviene del escandinavo "nagga", que significa "roer", puesto que el efecto psicológico que se produce en la pareja al repetir una y otra vez las mismas ideas ("haz la cama", "llama a tu hermana", "acuérdate de recoger luego a tu hijo") es semejante al que un ratón lleva a cabo con su comida: lenta pero inexorablemente, la insistencia termina devorando la cordialidad de la relación. Los naggers no dialogan, sino que ordenan; a veces con aires de superioridad, otras veces como consecuencia de ver que sus palabras caen continuamente en saco roto.

 

PROBLEMAS QUE SE PRODUCEN POR ESTA ACTITUD 

Por un lado, se debilita la confianza entre la pareja puesto que su comunicación se enturbia. En segundo lugar, el conflicto puede surgir en cualquier momento, ya que alude a actividades comunes en la vida en común, como limpieza, organización o reparto de tareas. Y finalmente, crea un círculo vicioso de difícil salida en el que ambos miembros de la relación piensan que tienen razón. Y en parte así es: cuanto más se queja uno, más probable es que su pareja no le haga caso, lo que suele derivar en un enfado del primero y en la victimización del segundo. Otro problema aflora en estos casos: la sensación que tiene el que es regañado de que lo hace todo mal, y de que su pareja se comporta como lo había hecho su padre. Es decir, uno manda, el otro obedece. Culpar al otro y hacerle sentir estúpido o inferior son actitudes que dañan la relación.

En su lugar, se propone reducir la longitud de nuestras quejas para que no suenen a regañinas y hacer que estas se ciñan al acontecimiento en cuestión, no plantear ningún ultimátum y reconocer de forma explícita cuándo el otro lo ha hecho bien, de forma que se sienta premiado.

Decía Aristóteles que "no es difícil enfadarse con alguien, cualquiera puede hacerlo. Lo complicado es enfadarse con la persona adecuada, en el momento adecuado, y por la razón correcta. Es el arte más complicado". Así pues, una conversación seria a tiempo que clarifique las reglas a seguir por la pareja puede ser preferible a un largo proceso de deterioro de la comunicación. Situarse en el lugar del otro y aprender a controlarse (ya sea siguiendo ese pacto implícito establecido en la relación, ya sea atajando los accesos de ira) es uno de los grandes retos que se plantean a las parejas que empiezan, ya que de establecer una comunicación basada en la confianza y no en el reproche desde un primer momento dependerá el éxito de su matrimonio en el futuro”.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Viernes 01 Julio, 2016

HORA: 12:00 AM

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