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Sucesos

Masacra amante, rival y 3 hijos tras borrachera

Dos niños sobreviven a puñaladas, Santa Cruz, Guanacaste

  • Después de casi 10 horas de trabajo en la escena del crimen, agentes del OIJ levantaron los cuerpos anoche

  • La inspección fue minuciosa

  • Hasta en el patio de la vivienda anduvieron en busca de elementos de prueba

La mayoría del pueblo lo temía, sin embargo ninguno lo vio como algo en lo que debían meterse. Tres niños de 12, 8 y 6 años fueron asesinados a puñaladas por un sujeto que, en apariencia, llegó de un bar ebrio para cobrar venganza contra su amante y el esposo de esta, padres de los pequeños, a quienes también mató a sangre fría con el mismo cuchillo que a los menores.

Las víctimas fueron identificadas como Dirk Bouchamp, estadounidense de 58 años, al parecer pensionado y quien hacía cinco años compró una propiedad de 150 metros cuadrados en el pequeño pueblo de Matapalo en Santa Cruz, Guanacaste.

Junto al extranjero murió su esposa Yeimy Jessica Durán Guerra, de 39 años y quien originariamente era vecina de Calle Fallas, en Desamparados, pero residente de esa localidad guanacasteca.

La macabra escena envolvió también a cinco angelitos, de los cuales tres partieron a mejor vida. Allison de 12 años, Jack de 8 y Shantal de 6 fallecieron a causa de heridas hechas con un cuchillo de cocina en el abdomen y los brazos.

Dos pequeños más -uno de ellos una niña de 4 años con una grave herida en el abdomen- fueron rescatados con vida de la vivienda, ubicada a cinco minutos del centro del pueblo santacruceño.

La policía logró identificar al único sospechoso en torno a esta masacre, un nicaragüense de nombre Adrián Salmerón Silva, quien escapó hacia su país natal.

 

MACABRO ESCENARIO

 

Eran las 9:30 a.m. de este martes cuando un funcionario de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) tocó a la puerta de esta casa, donde frecuentemente se veía a los cinco niños jugando en el patio, mientras que su padre regaba las plantas o descansaba en una silla.

“Yo ingresé a la propiedad, llamé al portón pero nadie salió, la casa estaba en silencio, atrás había un ganadero y yo sentí que debía preguntar. El señor me dijo que siempre se veían los chiquitos jugando en un play, en eso escuchamos un llanto de un bebé muy débil, entonces llamamos a la policía, que entró y se dio cuenta de que habían muerto”, comentó Cristhian Mora, empleado del Ministerio de Salud que llegó a vacunar a los niños en una labor de responsabilidad social.

Oficiales de la Fuerza Pública irrumpieron en la vivienda y hallaron a las víctimas en tres recintos diferentes. Dirk Bouchamp estaba en el pasadizo que lleva al patio de la casa, su esposa Yeimy Jessica yacía en la habitación principal junto a una de sus hijas, mientras que en un baño encontraron los otros dos cadáveres.

En medio de la sala vieron caminar con pocas fuerzas a la niña de 4 años, con un tajo sangrante en el abdomen y lágrimas de desesperación.

“Se nos despachó para atender un presunto caso de agresión doméstica, al llegar encontramos una lamentable escena en la cual hallamos a varias personas fallecidas. A partir de la confirmación de los cuerpos dejamos espacio libre para que sea el OIJ el encargado de trabajar en el sitio del suceso”, declaró Eduardo Rodríguez, oficial de la Fuerza Pública. 

En otra de las habitaciones estaba un bebé de 2 meses de nacido con una lesión en la cabeza, boca arriba y prácticamente agonizando. Tanto él como su hermanita fueron trasladados de emergencia al Hospital Nacional de Niños para una valoración y un tratamiento más especializados.

Cabe destacar que el bebé era hijo del nicaragüense Salmerón Silva.

 

“CRÓNICA DE UNA
MUERTE ANUNCIADA”

 

DIARIO EXTRA conversó con algunos vecinos de esa comunidad guanacasteca, quienes confesaron que muchos sabían del desorden que se vivía en esa casa desde hacía dos años.

Según relataron, Yeimy Jessica se fue de la casa, abandonando no solo a su pareja sentimental sino también a sus hijos, que en ese momento estaban muy pequeños.

No obstante, después de casi un año de ausencia decidió retornar con ellos, pero esta vez con un acompañante, a quien su esposo no pudo oponerse a recibir en la propiedad.

“Esa casa era un completo caos. La muchacha siempre salía a consumir licor y cuando se fue llegó con el muchacho nicaragüense, al señor gringo le tocaba mantenerlos a ambos porque tampoco trabajaban, rápido lo dejaron en la quiebra y comenzaron a agredirlo constantemente, siempre lo golpeaban.

Prácticamente ellos cuando se molestaban agredían al pobre señor, que para no hacer más problemas frente a los niños se quedaba callado. A la muchacha le gustaba andar tomada siempre, como quien dice vivir la vida loca”, manifestó Criss Medrano, vecina de las víctimas.

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Fotos: Isaac Villalta y Manuel Gutiérrez, corresponsal Ilustración: Germán Meza

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Miércoles 17 Febrero, 2016

HORA: 12:00 AM

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