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Opinión

Una coincidencia histórica y numismática

Róger Bejarano**

En febrero de 1891 el general de la guerra de independencia de Cuba, Antonio Maceo Grajales, arribó a Costa Rica procedente de Jamaica. Previamente había sostenido profusa comunicación escrita con el entonces Presidente de esta nación centroamericana, Lic. José Joaquín Rodríguez Zeledón, y habían acordado que el gobierno costarricense entregaría a Maceo tierras para colonizar y producir caña tabaco, caña de azúcar, café y algodón entre otros cultivos. Permitiría la entrada al país de cien familias cubanas, a las que pagaría los pasajes y gastos de alimentación desde el extranjero a territorio tico. Pagaría entre 25 y 30 pesos por cada alojamiento que construyera utilizando para tal fin la madera y otros recursos de las propias tierras. Estas eran las principales condiciones del convenio aunque no las únicas y que incluían además limitaciones "raciales".

 

Originalmente las tierras serían ubicadas en la zona del Caribe pero el gobierno español, que conoció del proyecto, intercedió para evitarlo e impedir la cercanía de los "presuntos revoltosos cubanos" y la Isla. Entonces el presidente Rodríguez y Maceo analizaron otras variantes y acordaron desarrollarlo en la Península de Nicoya, casi en la costa del Pacífico Norte del país.

 

Maceo escribió a compañeros de lucha y amigos dispersos en países del área caribeña y Estados Unidos para que vinieran a trabajar en la colonia que bautizó como "La Mansión".

 

Desde su llegada a suelo tico Maceo contó con la simpatía y apoyo, no solo de las más altas autoridades gubernamentales, también de la prensa, de las altas clases sociales y del pueblo en general, incluso de algunos prominentes miembros de la colonia española. Obtuvo préstamos para comprar en Francia y EE.UU. la maquinaria necesaria para el ingenio azucarero que construyó. Por su iniciativa se edificó una escuela para educar a los niños y se instruía a los colonos sobre la situación política en Cuba. En sus frecuentes viajes a San José, Maceo aprovechaba para reunirse con otros independentistas de países latinoamericanos residían o pasaban por esta ciudad, intercambiando valiosas ideas sobre la lucha. Entre ellos cabe destacar al prócer ecuatoriano general Eloy Alfaro, que sería presidente de ese país de 1895 a 1901, y luego de 1906 a 1911. Maceo quedó tan impresionado de las ideas de este visionario político que en su primer encuentro con Martí las analizó ampliamente.

 

El 30 de junio de 1893 llegó a Costa Rica José Martí procedente de Santo Domingo, en donde se había reunido con el general Máximo Gómez para recabar su apoyo. En La Mansión, Martí y Maceo revisaron el panorama político de la Isla y delinearon el futuro de la lucha por la independencia. El general costarricense Rafael Yglesias Castro, entonces Ministro de Guerra , trasladó a ambos de La Mansión hasta San José para reunirse con el presidente Rodríguez, a quien Martí explicó detalladamente las razones de su viaje. Martí concluyó su visita a San José con un brillante discurso en la Escuela de Derecho de la Universidad Nacional. El 7 de julio partió desde Puerto Limón con destino a Nueva York. La Mansión quedó en la mente de Martí como un "Ejemplo de modelo de organización del trabajo". "Era como una pequeña República sin distinciones por el color de la piel o procedencia social.”

 

A finales de abril de 1894 Maceo crea en San José una Sociedad Anónima, a fin de viabilizar las actividades económicas, necesarias para la lucha de independencia de Cuba.

 

El 8 de mayo de ese año fue juramentado como nuevo presidente de Costa Rica el licenciado en Derecho Rafael Yglesias (quien al dejar de ser Ministro de Guerra perdía su grado de General). Yglesias nombró como Ministro de Guerra al “General” Juan Bautista Quirós, quien había establecido una gran amistad con Maceo.

 

El 5 de junio de ese año 94 José Martí regresó a Costa Rica para ultimar los detalles de la inminente guerra de independencia. Se nombró al general Flor Crombet, que era uno de los “colonos” de la Mansión, para organizar y dirigir la futura expedición a la Isla.

 

Las actividades de los independentistas cubanos en Costa Rica no pasaron desapercibidas para los fieles del gobierno español y sus simpatizantes, que le prepararon un atentado a Maceo, y el 11 de noviembre del 94, al salir de un teatro con varios amigos, le dispararon y resultó herido. El gobierno, la prensa y el pueblo tico rechazaron con indignación y energía el infame acto. Las autoridades tomaron medidas para proteger a Maceo.

 

El 13 de diciembre del 94 Maceo le escribe una carta al Presidente Iglesias para gestionar el traslado de otras 56 familias cubanas desde Santiago de Cuba a La Mansión. Es decir, que mientras ponía sus esfuerzos en seguir desarrollando su proyecto agro-productivo, no cesaba en los intensos preparativos de la guerra.

 

Por esos días dejó encargados de los aspectos gerenciales y organizativos de La Mansión a los colonos Enrique Loynaz Arteaga y a Eduardo Chamberlain, a fin de cumplir con los acuerdos comprometidos con el Estado costarricense, así como con los de los colonos llegados de la Isla y otros países.

 

El 25 de marzo de 1895 partió la fuerza expedicionaria desde Puerto Limón con los Generales Antonio Maceo, Flor Crombet, el entonces coronel José Maceo (hermano de Antonio) y otros 16 cubanos con menor o ningún grado militar. Los acompañaban dos colombianos, un mexicano y un puertorriqueño. El presidente Yglesias y algunos de sus cercanos colaboradores estuvieron allí para despedirlos…solidaridad tica.

 

Iban en el buque “Adironbak”, que los condujo hasta Bahamas, donde tomaron la goleta “Honor”, posiblemente con alijos para la batalla y hasta otros combatientes.

 

El 1 de abril desembarcaron en Duaba. Estaban en su amada tierra cubana, que algunos no pudieron ver liberada, pues cayeron en la lucha, pero pasaron a la inmortalidad. Han pasado 120 años.

 

A partir de los primeros años de la década de 1960 y hasta la fecha por Costa Rica han pasado decenas de miles de cubano, ya no hacia la Isla, sino desde ella. No creo que existan registros oficiales de cuántos. Algunos estuvieron aquí por poco tiempo, apenas si vieron las calles de San José. Otros tuvieron que trabajar para subsistir aquí algunos años. Pero la gran mayoría emigraron hacia EE.UU., principalmente a Florida, donde tienen o tenían familiares.

 

Son realmente muy pocos los que se asentaron aquí, algunos muy conocidos profesionales. Debido a la forma “irregular" en que muchísimos de los que han salido por aquí, no pudieron conservar de Costa Rica ni siquiera el más mínimo suvenir o recuerdo físico, pues en EE.UU. no podrían revelar su procedencia.

 

Lástima. Suena como la poesía de aquel cubano, Buesa creo, "Pasarás por mi vida sin saber que pasaste”. De todas maneras, al igual que antes lo hicieron con Maceo los presidentes Rodríguez Yglesias, otros mandatarios ticos de esta última etapa mencionada han abierto a los cubanos las puertas de este país con sentido de solidaridad humana. Del pueblo tico mejor que lo digan los cubanos que hoy viven en EE.UU.

 

¿Y qué tiene que ver la numismática? Pues veamos:

 

En 1934 se emitieron en la República de Cuba los primeros billetes certificados de Plata con la figura del Apóstol José Martí por valor de un peso. También de 20 pesos con la figura del Titán de Bronce Antonio Maceo. Cuarenta años después de que ambos se reunieron en Costa Rica, el de cinco pesos con la figura del generalísimo Máximo Gómez y del 10 pesos con la figura de Carlos Manuel de Céspedes. Por su baja denominación son los billetes cubanos que más han circulado y aún con los cambios políticos en la Isla, estas figuras se mantienen. Así son reconocidos por los numismáticos del mundo y fortalecen su historia de luchadores independentistas.

 

El presidente José Joaquín Rodríguez (1890 -1894) no era un político de carrera, sino un abogado que se había distinguido como magistrado de la Corte Suprema de Justicia. No es de mucha recordación en la historia de Costa Rica y entre sus logros están el haber iniciado la construcción del Teatro Nacional y el establecimiento del primer servicio telefónico en 1891. Promovió la inmigración europea para la colonización y desarrollo agrícola del país (quizá por esa misma razón vino Maceo).

 

El presidente Rafael Yglesias (1894 – 98 y reelecto para el periodo 1898 – 1902, igualmente abogado, tenía más aspiraciones y bagaje político, pues había sido electo diputado, aunque no ejerció al aceptar ser Ministro de Guerra del Presidente Rodríguez, y también como recargo la cartera de Hacienda y Comercio. Entre sus logros más importantes están el haber sustituido el peso por el colón como moneda nacional, con respaldo en oro en 1896 (aquí hay numismática). Concluyó la construcción del Teatro Nacional y lo inauguró en octubre de 1897. Esta es la obra arquitectónica más emblemática del país. Inició la construcción del Ferrocarril al Pacífico en 1897. Fundó la Escuela de Bellas Artes en 1897. Impulsó la atención médica en los municipios. Contrató el primer tranvía eléctrico para San José. Y otras obras y medidas más. Murió en San José en abril de 1924 (30 años después de haberse reunido con Martí y Maceo).

 

En 1968 el Banco Central de Costa Rica emitió un billete de cinco colones con la figura del Rafael Yglesias y la flor nacional - la orquídea guaria morada - y en el reverso la copia de una pintura ubicada en el plafón de la escalinata que lleva al foyé del Teatro Nacional, donde aparece un barco siendo cargado con sacos de café y racimos de banano, los dos productos agrícolas de exportación más importantes en la época en que se hizo la pintura (1897) por un artista italiano, y que, dicen, el propio presidente en varias ocasiones visitó mientras se realizaba.

 

En la fecha en que se emitió este billete era el de más baja denominación en el país y, por lo tanto, el más circulado. Así fue hasta 1995 en que ya no tenía poder de adquisición y fue retirado y entraron en circulación monedas. Hoy los miles de turistas extranjeros que visitan el Teatro tratan de adquirir este billete, aunque no sean numismáticos.

 

El 16 de noviembre de 1981 la Asamblea Legislativa declaró a Rafael Yglesias Benemérito de la Patria, la más alta condecoración que se otorga a un ciudadano.

 

Le toca a usted ahora encontrar paralelismos.

 

*Numismático costarricense.

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