Era la mañana del 17 de setiembre de 1965 cuando en una esquina muy cercana a la estatua de León Cortés Castro, frente a lo que hoy es el Parque Metropolitano La Sabana, un hombre tuvo la genial idea de abrir una soda. Siempre se había dedicado a las comidas y bebidas, sabía lo que hacía y quería salir adelante, era padre de tres hijos además de una hija por nacer, su esposa contaba con siete meses de embarazo.
Frente a un pichel de café y unos bollos de pan, Roberto Bruno Tapia y su esposa Alice empezaron a construir su sueño, La Soda Tapia. La respuesta fue inmediata y positiva. Testigo de ese primer día fue don Ernesto Torres, hermano de doña Alice. “Ese primer día estaban arreglando el piso y poniendo unas cosas cuando a las 9 de la mañana vino una gente, era el año 1965. Hicieron café y unos sánguches y ya a las 2 de la tarde Roberto estaba feliz porque había vendido ¢9.000. En esa época eran mil dólares. Tuvieron que parar a las 2 de la tarde porque ya no quedaba ni un sánguche ni una taza de café y además venían los muebles. Así comenzó esta historia. De aquí ha salido gente con buenas pensiones y con negocios”, recordó.
CON 130 EMPLEADOS
Abrieron con 8 mesas y quizá un par de empleados, pero ahora los colaboradores son 130 y hay 40 mesas. Roberto Bruno Jiménez, gerente general de Soda Tapia, nieto del fundador, señaló a DIARIO EXTRA que se enfocan en seguir por el mismo camino de éxito.
“Queremos tener la casita bien ordenada y hacer lo que sabemos. Tenemos muchísima competencia pero nos gusta concentrarnos en hacer lo que sabemos y no quedarnos viendo a los demás. La ubicación estratégica junto a la tradición de los platilllos nos han ayudado”, explicó.
Tanto el local de La Sabana como el de Lindora y el de Alajuela son administrados por familiares y el deseo es crecer más. En los proyectos a mediano plazo está remodelar el local de La Sabana.
El sandwich Lorenzo, la ensalada de frutas con helados, los arreglados, los tamales y el desayuno Tapia son los productos más solicitados por los clientes. En los primeros menúes que se conservan aparecía el café a ¢1.75 y a ¢3 la tajada de queque seco. El sánguche de carne con frijoles y las hamburguesas estaban a ¢10. Los huevos con jamón costaban ¢15 y el tradicional sánguche Lorenzo valía ¢18.
PERIODISTA: Alejandro Fonseca
CRÉDITOS: Fotos y reproducciones: Francisco Herrera
EMAIL: [email protected]
Sábado 19 Septiembre, 2015
HORA: 12:00 AM