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Nacionales

$100 millones costará proyecto de gas natural

De gasolina a gas natural. Ese es el cambio al que apuesta el gobierno costarricense, calificándolo como el mejor rumbo para el país tanto a nivel ambiental como económico. Para el desarrollo del proyecto de distribución de ese producto la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) estima una inversión de $100 millones, es decir unos ¢50 mil millones.

 

La estimación de la institución está para que entre en operación en 2018, dos años más tarde de lo que se había anunciado. El proyecto es independiente a la ampliación de la Refinería que se tramita con el respaldo de la República Popular de China.

 

“Recope lo está ejecutando con recursos financieros propios y con su personal. Se hizo una contratación con la firma canadiense SVC-Lavalin para el estudio preliminar de factibilidad, el cual ya fue entregado. Ahora se está en una etapa de elaboración de términos de referencia para la contratación, mediante licitación de la ingeniería básica del proyecto”, informó la Refinadora a DIARIO EXTRA.

 

 

¿IMPORTACIÓN O EXPLORACIÓN?

 

 

Para que el gas natural llegue a un carro tico tendrá que recorrer un largo camino. Según Carlos Montenegro, especialista en temas energéticos, este se importaría en forma líquida para ser transportado en un barco, de ahí pasaría a otra unidad que lo deberá llevar a una planta gasificadora, la cual debe construirse, donde se vuelva a convertir en gas y finalmente llevarlo a los puntos de consumo. 

 

Aunque en el país se podría explotar el gas natural, según explicó René Castro, ministro de Ambiente y Energía, la importación del producto es la solución más alcanzable en un largo plazo, considerando los aspectos económicos e impactos ambientales.

 

“Sabemos que hay gas natural en Costa Rica, pero no existen condiciones de cantidad y calidad que lo hagan comercializable”, acotó Castro.

 

Para el jerarca hay una serie de impedimentos que complicaría el proceso de experimentación en Tiquicia, entre los cuales están el quebrantamiento rocoso que se debe hacer para obtenerlo, la legislación y la inversión.

 

“El quebrantamiento es demasiado violento en términos de ambiente, el daño que causa el quebrar las rocas porosas inyectándole millones de litros de agua es tremendo y el agua que sale de ahí ni siquiera Estados Unidos la trata bien, la vuelven a lanzar a los ríos o acuíferos contaminada. El país no está preparado, es mejor esperar. Estados Unidos cree que en 2 ó 3 años van a poder hacer el proceso sin agua. Luego la legislación costarricense de hidrocarburos es muy vieja y da ventajas excesivas a las empresas, lo que le da es un 15% de regalías al Estado y el impuesto sobre la renta eso es muy bajo para lo que impera hoy en el mercado. El tercer elemento es la inversión, habría que construir los pozos de exploración a los sitios de uso, gasoductos internos o tener cisternas especializados que trabajan con alta presión. Importarlo tiene un impacto mucho menor”, explicó el Ministro al Periódico de Más Venta en Costa Rica.

 

 

MEXICANO O GRINGO 

 

 

Traer gas natural al país no es un juego, eso lo tiene claro Castro, quien ha trabajado para que Costa Rica pase a tener una fuente de energía menos contaminante y más rentable, con miras a la meta de carbono neutralidad en 2020-2021.

 

Si el país decide dar el paso de utilizar gas, se requeriría convertir algunas  de las plantas que ya se utilizan el país, pero el costo de las modificaciones se pagarían en 18 meses, según una estimación de Castro.

 

“Convertir la planta de Moín cuesta $20 millones y la de Garabito otros $20 millones. Ese dinero se pagaría en unos 18 meses”, dijo el jerarca.

 

Sin embargo al ser un producto que debería traerse de otros países, el jerarca considera que lo idóneo sería que venga de México o Estados Unidos, esto con el objetivo de que el costo de transporte no sea tan elevado, rubro que haría al producto rentable para el país.

 

La opción más fuerte es la de los gringos, sin embargo actualmente hay una ley que impide exportar, por lo que Castro dijo que la idea es que Costa Rica sea parte del mercado doméstico estadounidense para poder traerlo. Además para que Estados Unidos sea autosuficiente se tardarían al menos 4 años más.

 

“Le planteamos a Estados Unidos que nos incluya en ese mercado doméstico ampliado, como en el pasado lo hizo. Centroamérica y el Caribe juntos no representan ni un 10% de la demanda del mercado norteamericano, entonces eso no varía los precios domésticos para ellos”, manifestó el ministro de Ambiente.

 

 

¿INDUSTRIA O MONOPOLIO?

 

 

Montenegro, quien también es miembro de la Cámara de Industrias, confesó que el sector industrial está interesado en importar el gas y desarrollar su propia planta gasificadora, esto para no depender de los montos que les fije Recope.

 

“Al sector industrial el gas natural le interesa para procesos industriales donde se consume búnker fundamentalmente. Para vehículos en algunos países lo están utilizando, pero son más comunes en camiones grandes, de basura y ciertos tipos de automotores. Los fabrican o los adaptan para que utilicen gas natural”, explicó Montenegro.

 

Para el experto en temas energéticos si la distribución quedara fuera del monopolio de Recope el sector tendría la capacidad de asumir esa inversión.

 

“Las empresas acá tienen la demanda, hay algunas interesadas en este proyecto porque consumen mucho combustible que podrían sustituir por el gas natural. El tema es que para que salga rentable hay que acumular cierta cantidad de demanda, hacer un trabajo coordinado para acumular un volumen rentable que permita hacer las inversiones. El problema es que mientras haya cierta inseguridad jurídica es difícil que las empresa privadas se interesen en hacer esa inversión”, detalló el representante de la Cámara.

 

Montenegro resaltó que para poder importarlo los gringos deben sacar a Costa Rica de una lista que existe. “Dentro del TLC los gringos tendrían que sacarnos de una lista en la que nos pusieron porque el gobierno aquí reservó el tema de Recope y hay una mala interpretación de que el gas natural es un derivado del petróleo, cuando en realidad es un hidrocarburo, por eso se debe hacer una gestión a través del Ministerio de Comercio Exterior (Comex) para que nos saquen del listado”, agregó.

 

Sin embargo dijo que el Minae no ha hecho estos trámites, pues no quiere que el negocio sea independiente a la Refinadora.

 

Al respecto Recope aseguró que el gas natural es parte del monopolio del Estado de los combustibles, sin embargo destacaron que no son la entidad gubernamental encargada de determinar si los empresarios interesados están o no posibilitados para instalar una planta de gas natural o de dar los permisos respectivos. Serán los entes competentes a los que les corresponderá determinarlo, a solicitud de los empresarios interesados.

 

 

AHORRO

 

 

Impulsado por Recope o por el sector industrial, Montenegro coincide en la necesidad de que se cuente con el gas natural.

 

“Las empresas necesitan alternativas energéticas con precios competitivos y si además eso ayuda a bajar los niveles de contaminación es mucho mejor”, expresó el especialista.

 

Una ejemplificación hecha por René Castro asegura que traer gas natural disminuiría hasta en un 30% los costos de operación.

 

“Podría significar una rebaja de hasta un 30% en los costos de operación de taxis y autobuses, el mismo porcentaje para las plantas de generación del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) y también podría darse una suma sustancial en aquellas empresas grandes y hospitales que usan gas o búnker porque el gas natural no solo es más barato sino también menos contaminante”, aseguró el jerarca.

 

Una estimación del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) indica que el país importa $2.200 millones en combustibles derivados del petróleo, por lo que Castro estima que podría economizarse alrededor de un 30% si se pasa al gas natural, lo cual ayudaría también a los consumidores y al ambiente.

 

Otro de los aspectos fundamentales si el país piensa en traer gas es garantizarse una buena demanda de parte de los consumidores, además de contar con barcos más grandes para transportarlos.

 

“Importar cantidades pequeñas, es decir 40 mil toneladas más o menos, sale exactamente igual al precio del diésel, por lo que no habría ninguna ventaja. Además se requiere que el transporte del producto sea en barcos bien grandes para que el costo baje o un gasoducto que podría venir de México a Centroamérica”, finalizó Castro.

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CRÉDITOS: Infografía: German Meza

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Miércoles 04 Septiembre, 2013

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