El voto castiga

En 10 días los costarricenses estaremos eligiendo a las personas que llevarán las riendas de cada uno de los 82 cantones del país por un nuevo periodo de cuatro años.

Conforme se acerca la fecha, la incertidumbre se adueña poco a poco del electorado, los nervios brotan y no es para menos, son emociones claras en tiempos decisivos y más cuando el pueblo cree que las últimas administraciones no han cumplido a cabalidad con sus expectativas y urgen de un timonel que venga a enderezar el barco.

El Tribunal Supremo de Elecciones trabaja fuerte para que el engranaje de este proceso electoral avance a paso seguro, el resto les corresponde a las agrupaciones políticas y de forma primordial a los votantes.

La posibilidad de elegir a los más altos jerarcas de la administración pública cantonal es digna de respeto. No son todas las naciones del orbe que gozan de tan transparente privilegio.

Costa Rica entra a una etapa definitiva. Los ciudadanos empadronados y dispuestos a ejercer el derecho al voto deben analizar por quién votarán como un acto de responsabilidad para con la patria y las futuras generaciones.

La potestad de elección popular que la ley confiere no puede ser opacada por la ignorancia o el descuido.

No cometamos los costarricenses un error de omisión, salgamos a cumplir con el derecho y la libertad que solo algunas democracias otorgan y nos permite participar activamente del camino que toma la nación y con mucha más razón desde nuestras comunidades.

Si bien el país atraviesa por una etapa de tensión, el año apenas y comienza y los candidatos hacen su mejor esfuerzo por ganar adeptos, el proceso electoral merece reflexionar, cavilar, sopesar opciones, evaluar pros y contras, no se puede dejar en manos de terceros tan importante decisión.

Es en circunstancias así, de analizar y repensar la democracia, cuando debemos obrar con más responsabilidad por nuestro propio bienestar y el de las futuras generaciones.

Pero además es la oportunidad de demostrarles a los candidatos que el pueblo tiene la última palabra y merece respeto.

El voto no debería ser despreciado, dichosos nosotros los que podemos quitar y poner a los líderes políticos del país; la imposición y el dominio son nefastos, promovidos muchas veces en otras latitudes por sociedades inquietas que prefirieron un ejercicio incompleto del sufragio y echaron a un lado sus obligaciones.

Las urnas electorales son el foro perfecto para demostrarles a las clases políticas cuan disconformes estamos con su manera de gobernar, con la sordera y la inacción, con el silencio y la falta de rumbo, con la terquedad que distingue algunos que se han perpetuado en el poder sin tener buenos resultados.

Es hora de ejercer con plenitud de voluntad y conocimiento el voto, que es universal y secreto, pero es hora también que tanta queja y descontento, que tanta mofa y chiste acaben a manos de un electorado sesudo, decidido al cambio, pero ante todo respetuoso de que la vía democrática es la mejor opción para decir basta a la inoperancia, a negligencia y la corrupción.

No lo olvide, el 2 de febrero su opinión vale, su decisión marcará el rumbo de Costa Rica, no es un juego de ganar o perder, es un asunto de progreso nacional y bienestar personal.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

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Viernes 24 Enero, 2020

HORA: 12:00 AM