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Sucesos

“Me encierran por una llamada de 21 segundos”

Acusado de secuestrar y desaparecer empresario gringo, San Sebastián

  • El acusado del secuestro extorsivo de un estadounidense habló con DIARIO EXTRA en la cárcel.

  • El multimillonario gringo desapareció sin dejar rastro y su caso ha sido un misterio.

El secuestro y desaparición del estadounidense William Sean Creighton Kopko, conocido como Tony, tiene más de un año de ser noticia y a la fecha muchas son las interrogantes que siguen vigentes sobre qué ocurrió y cómo se perpetró el delito.
El estadounidense fue privado de su libertad el 24 de setiembre de 2018 cuando iba para la casa y por su rescate se pidió una millonada. Meses después las autoridades detuvieron a un grupo de sospechosos del crimen.
Actualmente el Ministerio Público tiene acusada a lo que califica como una organización criminal, en la que incluyen como imputados a Jorduan Steven Vega Morales, María Aguirre Leal, Angie Sanabria Abarca, Édgar Sánchez Gamboa, Josué Medrano Vargas, Kenny Ford Dowman, Alejandro Vega Aguirre, Paulo Jirón López, Reinaldo Rivera Masís y Carlos Mauricio Martínez Chacón.
DIARIO EXTRA conversó con Martínez Chacón, quien se encuentra preso en la cárcel de San Sebastián, lugar donde cumplió un año de estar encerrado el fin de semana, luego de ser detenido por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en Santo Domingo de Heredia.
Martínez laboraba como oficial de seguridad en la Universidad de Costa Rica hasta el día de su arresto y asegura tener prueba suficiente para demostrar su inocencia.
“La fiscalía me acusa de ser parte de la organización que secuestró al norteamericano, supuestamente yo soy la persona que manejó el vehículo que hizo el supuesto “levante”, digo así porque no hay videos ni testigos, no hay nada.
Mi relación con el caso es por una llamada de un supuesto número que se utilizó para hacer la extorsión. La investigación es muy mala, se lo achacan a la persona que me contrata a mí para que le maneje un carro”, explicó.

DUDAS CON LLAMADAS

Martínez Chacón agregó que el analista criminal del OIJ transcribió la información que recibió del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) sin detallar la veracidad de la misma.
“No sé de dónde sacó esa información, empieza a duplicar y triplicar llamadas entre el número extorsivo y mi persona, dicen que tengo una alta frecuencia de llamadas que me vinculan con ellos.
Tengo un compañero de trabajo que se llama Alejandro (Vega Aguirre -imputado-), el cual me contacta con un señor Yordy (Jorduan Steve Morales Vega -imputado-) porque quiere que les maneje un auto y me dijo que me pagaba a ¢5 mil la hora por varios días. Esto lo hacen debido a que trabajo para la Universidad de Costa Rica (UCR) y no podía disponer del horario que pretendía”, recalcó.
El imputado dice que solo hizo labores de chofer para Morales Vega, sin tener vínculo en el delito que lo tiene en prisión.
“En enero 2018 me llamó (Jorduan) para ciertos viajes, se perdió por un tiempo, tengo entendido que es una persona que viaja mucho, cuando regresó me contactó como en julio. Era una o dos veces al mes que le trabajaba, no sé si contrataba a alguien más, me bajaba del carro y me iba para la casa.
Lo más tarde que le trabajé fue a las 9 p.m. El viaje fue todo normal, nunca vi a esa persona que dicen que secuestraron, no sabía que en ese edificio había un call center”, detalló.
Sobre el día específico en que desapareció el norteamericano, contó que hizo el mismo trabajo de siempre para Morales y que efectivamente condujo varias horas para acompañarlo en sus diligencias.
“Esa persona (Jorduan Morales Vega) tenía que llamarme y ponerse de acuerdo conmigo para ver si podía, a ese acuerdo habíamos llegado, pero ese día (lunes 24 de setiembre de 2018) me llama a las 12:30 p.m. para que le maneje el carro por unas horas, lo hice de 3:30 p.m. a 8:30 p.m.” afirma.
El privado de libertad asegura efectivamente condujo un pickup el día del secuestro, pero que no hay forma de demostrar que estuvo envuelto en el ilícito.
“Manejé un Toyota Hilux, nunca se ve el número de placa, ni quién lo maneja, no me ven en el seguimiento. Ellos hacen la relación por la llamada de la tarde y unas radiobases que me localizan en el Alto de La Trinidad de Moravia.
Para mi mala suerte pierdo el celular, cuando llegué a la casa estaba sin comunicación. En el análisis sale otra persona cuando la línea es mía, saqué un certificado del ICE y extrañamente la llamada que ellos dicen en la noche no existe, no hay registro”, aseguró.  
También dijo que Yordy (Jorduan Morales) le explicó que iba a hacer pagos y a reuniones, que se dedicaba a bienes raíces, es decir, él en todo momento condujo para esos trabajos y nunca para participar en un delito.
Según cuenta, la batería le jugó una mala pasada y es por eso que están metiendo su teléfono para señalarlo como parte del clan criminal.
“El teléfono se descargó, lo pasaba conectando en el cargador del carro, en el transcurso del viaje me bajé y también pude dejarlo pegado en el carro, (Jorduan) me lo quitaba para poner el de él. Me bajé rápido y me fui, pero cuando iba en el bus me di cuenta que estaba sin teléfono.
A veces me bajaba del carro cuando le manejaba 4 horas, ese día me bajé un tiempo por el lado de San Pedro para estirarme un poco, eran las 5 p.m., no creo que me lo robara. Días después traté de ubicarlo (Jorduan), pero Alejandro me dijo que se había ido a Cuba (donde huyó tras la extorsión para cambiar dinero, según la Fiscalía), el carro no lo tenía, tenía que esperar que regresara”, recalcó.
El acusado dice que no reportó la desaparición del celular al OIJ y reitera que lo que le interesaba era recuperar el chip.   

LO ENREDARON CON MARIHUANA

Pese a que su ligamen actualmente con el caso bajo investigación es por supuestamente participar como un miembro más del grupo, en un inicio intentaron incriminarlo con un cultivo de plantaciones ligadas a la venta droga en su casa.
“Lo contradictorio es que la investigación habla de un supuesto secuestro y dice que soy parte de una red criminal dedicada al cultivo de marihuana hidropónica, que tengo el área controlada con campanas que me avisan cuando llega la policía, que vivo en una zona conflictiva, de difícil acceso para la policía y de alto riesgo”, manifestó.
Pese a esas aseveraciones de los agentes, indica que nunca tuvieron indicios para hacer el allanamiento en su casa, el cual asegura que fue ilegal, pues fue en horas no autorizadas.
“No hay seguimientos, ni videos. ¿Dónde están las campanas? Volaron un dron encima de mi propiedad unos días antes de entrar a mi casa y los grabé, eran agentes judiciales, uno de ellos fue el que me allanó a las 2 a.m.
Como yo los denuncié por eso, dos días antes del allanamiento los oficiales del OIJ llegaron a la casa a corroborar la información de la denuncia. Se sentaron en la sala, entrevistaron a mi esposa en el cuarto, jugaron con mis hijas, anduvieron por todo el patio y obvio que se dieron cuenta que no había nada de marihuana hidropónica”, acotó.

NO CONOCE A SOCIOS

El chofer reitera que hasta el día que le intervinieron su propiedad se enteró del caso por el que lo estaban deteniendo.
“Me tiraron al suelo, la jueza no me explicó nada, al único que conocía es a Alejandro (Vega Aguirre) que lo volví a ver en celdas, después empecé a pedir el expediente para ver qué estaba pasando.
Se aprovechan que estaba desorientado y cuando me di cuenta estaba metido. Ahora a ver quién me saca, ha sido muy duro en el aspecto familiar, soy el encargado de la manutención de la casa, los proyectos familiares se vieron truncados, y que a todo esto se suma que está por perder una propiedad del papá que había hipotecado.
“Mis hijas pasan necesidades, mi esposa no trabaja y le ha costado mucho encontrar trabajo, viene saliendo de una lesión en una pierna. Paso estresado”, narró.
Me dieron 6 meses más de prisión, después de un año la jueza dice que todo sigue igual y debo quedarme más tiempo, les di una lista de llamadas para que verifican que están equivocados, me tienen aquí por una llamada y de 21 segundos”, recalcó.

NO SABE EN QUÉ PAíS

“Tengo fe en salir libre, soy inocente, es increíble que quieran involucrarme, por una radiobase, no es posible. ¿Dónde estamos? ¿En Venezuela, Nicaragua o en Costa Rica?. Tengo derechos y se me tienen que respetar, me botaron la puerta de la casa a las 2 a.m. por una mentira”, aseguró.
Ahora en la cárcel, Martínez es el encargado de la refrigeradora, sacar los alimentos de los compañeros, calentarles la comida, sacar copias, alquilar videos y películas.
“Trato de buscar trabajo con algún ingreso, no depender de lo que mis papás quieran darme o algunos amigos y poder comprarme un fresco.
El fiscal ha mentido, no tiene cómo comprobar ciertas cosas, le pido por escrito que me dé el registro de llamadas, pero no está, se hace el loco y no quiere contestar”.
Sin embargo lo que más lo indigna, es que de la lista de encartados, solo conoce a dos por asuntos laborales y aún así lo tienen fichado como miembro de una banda de delincuentes.
“En la cárcel de San Sebas hay dos, a uno no lo conozco, el otro me dice que todo es un montaje. El que está aquí es familia del gringo, los otros no sé, es una hermana de él, están en El Buen Pastor y La Leticia”, dijo.
Sobre la salida del país de algunos sospechosos dijo no saber nada y más bien acotó que “el pasaporte que tenía estaba vencido en 2015, nunca he salido del país ni lo voy hacer, porque no tengo la economía para irme de viaje, con costo tengo para el pase del bus, no voy a tener para un pase de avión”.

CON LA FE INTACTA

El reo dice que ve la maldad del Ministerio Público y los deseos de perjudicarlo.
“Han hecho análisis, escarbaron el lugar del cautiverio, no salió nada que diga que esa persona estuvo ahí, no sabía que existía ese lugar, al carro le hicieron pericias y no arrojó nada que dijera que lo manejé, a mi esposa le decomisaron el carro con el que hacía Uber, no sé por qué.
El fiscal me llevó hablado que faltaban cosas por hacer. En marzo 2019 revisaron los carros, en mayo se dio la apertura de evidencia de lo que secuestraron de las casas, en octubre apertura de lo que estaba en España y se reitera que devuelvan el carro y no quieren devolverlo, fue adquirido mucho antes de los hechos, era un Hyundai 2015”, acotó.
El hombre dice que en el tiempo que le dan para llamadas habla con su esposa, quien le ayuda para tratar de buscar justicia a como dé lugar.
“Seguimos peleando, el sistema está encochinado, se habla de que hay intereses de por medio por parte de la familia del gringo para cobrar un seguro que es muy alto. También tengo entendido que la persona que secuestraron no era una santa paloma, que en Estados Unidos era buscado por estafas.
Se habla de cantidades de dólares exorbitantes, han pedido quitarme del sector bancario y estoy en categoría 3 de la Superintendencia de Entidades Financieras (Sugef). ¿Dónde está el dinero?, estoy tranquilo porque no he hecho nada, quiero que esto se aclare”, recalcó.
El privado de libertad niega que la persona para la manejaba le contara todo lo que pasaba en su vida, y que nunca notó nada extraño.
“Me decía lléveme aquí, vamos por allá, me compraba un fresco y listo, luego de dijo que se dedicaba a bienes raíces, me mantengo informado de lo que saca la prensa sobre el caso.
Han salido pruebas que no son, dicen que 7 piezas dentales no coinciden, que está vivo, de todo han dicho y el fiscal dice que por el alto grado de probabilidad es él, la jueza dijo que era el muerto que llevaron”, finalizó.

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Fotos: Herbert Arley

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Martes 14 Enero, 2020

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