El cáncer en los glóbulos blancos (linfocitos), conocido también como linfoma, es un tumor que afecta a 580 mil personas en el mundo, según datos de la Coalición Mundial y Red de Grupos de Pacientes con Linfoma.
En Costa Rica, por año fallecen 338 personas a causa de esta enfermedad y se detectan 478 nuevas incidencias.
Alejandra López, gerente médica de Hematología de Roche Centroamérica y Caribe (CAC), indica que este padecimiento se clasifica en los linfomas no Hodgkin (LNH), los cuales se agrupan de acuerdo con el tipo de célula que afectan (T o B).
Alrededor del 80% corresponden a linfomas de células B, incluidos los linfomas difusos de células grandes B y los linfomas foliculares; siendo estos dos los más prevalentes.
Estadísticas del Observatorio Mundial del Cáncer, que pertenece a la Organización Mundial de la Salud (OMS), subrayan que, de los 478 casos de linfomas que se diagnostican en el país, 295 corresponde a hombres, mientras que 183 a mujeres.
“El LNH se puede diagnosticar a distintas edades, sin embargo, su incidencia se triplica a partir de los 60 años de edad. El otro tipo corresponde al linfoma de Hodgkin, el cual se suele diagnosticar a edades más tempranas (entre 20 y 40 años de edad)”, destacó la doctora López.
Añadió que los linfomas foliculares son más comunes en el género masculino, tienden a resultar crónicos, se caracterizan por presentar recaídas y remisiones (disminución o desaparición de síntomas) y, a pesar de ser indolente, para la mayoría de los pacientes se torna incurable.
“Este tipo de cáncer es común que sea diagnosticado en edades superiores a los 60 años de edad”, aseveró.
DIAGNÓSTICO TEMPRANO
Las pruebas más comunes para detectar a tiempo la enfermedad comprenden un examen físico completo del paciente para examinar las posibles áreas con ganglios inflamados o nódulos.
También se hacen pruebas de sangre, biopsia, estudios por imágenes como la tomografía axial computarizada o el PET Scan y, también se analiza el historial médico del paciente.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
En la actualidad, hay diversas opciones de tratamientos para atacar los linfomas como la quimioterapia, la radioterapia y las terapias dirigidas, las cuales están compuestas por anticuerpos monoclonales, elaborados a partir de organismos vivos, que se dirigen a las células malignas y bloquean su crecimiento y diseminación, aunado a ello, limitan el daño de las células sanas.
Es importante tener claro que, para el Linfoma no Hodgkin, se depende de varios factores como el tipo, estadio, además de tomar en cuenta las preferencias del paciente y el estado general de su salud.
“Los avances en la biología molecular y la medicina personalizada nos permiten brindar nuevos tratamientos a los pacientes que sufren de distintos tipos de linfomas, apoyándoles de manera integral y evitando efectos colaterales, a favor de una mejor calidad de vida”, apuntó López.
Recientemente, la Administración de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) aprobó una terapia innovadora para tratar el linfoma difuso en recaída o pacientes refractarios, una enfermedad agresiva que tenía necesidad médica insatisfecha. Gracias a la efectividad de esta nueva terapia, los pacientes logran alcanzar en promedio 12,4 meses de sobrevida versus 4,7 meses del tratamiento estándar, entre otros beneficios, que mejoran la calidad de vida de estas personas.
Para el caso del linfoma folicular, las nuevas opciones terapéuticas han demostrado reducir el riesgo de una recaída en un 46%, en los primeros dos años -después de recibir el diagnóstico-. En este tipo de linfoma, los pacientes presentan períodos de remisión y recaídas, a lo largo de su enfermedad.
Síntomas
-Pérdida de peso.
-Ganglios inflamados.
-Fatiga.
-Prurito o picazón en la piel.
-Sudoración nocturna.
-Fiebre sin causa aparente.
Fuente de información: Coalición Mundial y Red de Grupos de Pacientes con Linfoma, 2019.
PERIODISTA: Sergio Jiménez
CRÉDITOS: Fotos: Archivo
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Lunes 21 Octubre, 2019
HORA: 12:00 AM
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