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Sucesos

Parques nacionales son bodegas narco

Guardaparques denuncian riesgos y culpan inacción del Minae

  • Este es el campamento improvisado en Llorona, Corcovado, con paredes de sarán y techo de plástico

  • El oficial Ugalde Carmona, de 29 años, permaneció herido 10 horas antes de ser rescatado y recibir atención médica

  • Estos lugares no cumplen con las condiciones de seguridad mínimas y menos de salud ocupacional

  • En Corcovado los guardaparques lidian con los campamentos ilegales de los coligalleros o extractores de oro

Los guardaparques mediante el Sindicato de Trabajadores del Ministerio de Ambiente y Energía (Sitraminae) pegaron el grito al cielo y buscaron a DIARIO EXTRA para denunciar que están cansados de que atropellen constantemente sus derechos.

Además están molestos porque los tienen en condiciones infrahumanas, no cuentan con las herramientas mínimas para llevar a cabo su trabajo y deben poner de su propio dinero para adquirir las herramientas necesarias para ejecutar sus labores.

Entre las tantas problemáticas que enfrentan está el narcotráfico, que se extiende hasta nuestros parques nacionales y áreas silvestres protegidas, donde la situación se agrava, ya que son enormes extensiones de tierra al resguardo de unos pocos oficiales cuyas condiciones son pésimas. 

 

PARQUES LLENOS DE DROGA

 

Los Parques Nacionales son áreas vulnerables por encontrarse en puntos muy alejados, donde existe muy poca presencia humana, lo que facilita para que las utilicen como lugares de tránsito y bodegaje temporal (escondites) de droga, especialmente cocaína, el estupefaciente más decomisado en los últimos años.

Algunas áreas silvestres también se utilizan para cultivar marihuana, como es el caso de la Reserva Biológica Hitoy Cerere, en la Región Caribe, o bien el Parque Internacional La Amistad, en Coto Brus, donde los tentáculos del narcotráfico llegaron hasta dos guardaparques que fueron detenidos y sentenciados a prisión por tener relación con cultivos de marihuana.

De acuerdo con Dennis Carmona, secretario de Conflictos del Sitraminae, lo anterior obedece en gran parte a los bajos salarios. Por ejemplo, un oficial de seguridad 1 percibe ¢300.000 mensuales.

“Quiero hacer énfasis en que en esta administración nos hemos sentado a negociar las mejoras ecosistémicas de las áreas protegidas y el bienestar de los guardaparques, sin embargo, pese a las diferentes propuestas llevadas a las mesas, no se han materializado. Incluso presentamos un convenio de cooperación ante el ministro Carlos Rodríguez que tampoco se ha materializado”, declaró.

Carmona recordó a las autoridades del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) que hace un año, el 8 de junio de 2018 para ser precisos, el propio ministro Rodríguez en reunión en el Museo Nacional con 200 guardaparques hizo una serie de promesas que aún no cumple.

Las actividades ilícitas potencian los riesgos a que se exponen los guardaparques, pues además de lidiar con la problemática ambiental (cacería, extracción de oro, robo de especies vivas, extracción de maderas, pesca ilegal, entre otros ilícitos ambientales, la mayoría de estas dirigidas al tráfico internacional de especies), ahora se exponen a la detección y el enfrentamiento con personas que se dedican al cultivo o el transporte de productos para el narcotráfico. 

“Hemos tenido casos donde guardaparques se han enfrentado y han tenido que arrestar sospechosos de narcotráfico casi desarmados, a veces solo portando un revólver calibre 38 con cinco proyectiles en recámara. En Costa Rica estamos calificados como autoridad de policía por ley, sin embargo somos una policía bajo la especialidad de policía tipo ambiental.

Estamos facultados para portar armas oficiales, pero en este momento y debido a la escasez de recursos, sobre todo debido a una pésima administración, aplicación y ejecución de presupuestos por parte del ente encargado de velar por los recursos naturales y la tutela de los guardaparques (Sistema Nacional de Áreas de Conservación, Sinac), carecemos de armas en cantidad y calidad y otros insumos.

Es decir, dinero sí hay, pero no se ejecutan presupuestos por la inoperancia institucional que ha existido desde hace 20 años, desde que existe el Sinac”, denunció el dirigente sindical.

 

SIN EQUIPOS Y COMPRAN
CON SU PROPIO DINERO

 

Algunos aspectos mejoraron en los últimos tiempos, pero eso fue básicamente por la presión y muchas propuestas de mejoras de Sitraminae.

Por ejemplo, el Sinac tramitó en los últimos tiempos la compra de una pequeña cantidad de armas de largo calibre, sin embargo con ello no se logró suplir en su totalidad a los oficiales que cada día salen a patrullar, por lo cual muchos en este momento están desarmados y expuestos a ataques y agresiones.

De igual forma carecen de equipo básico de protección como chalecos antibalas y otros implementos como linternas de buena calidad, zapatos, mochilas, machetes de campo, botiquín de primeros auxilios dotados de sueros antiofídicos y alimentación de montaña, entre otros.

De hecho, muchos de los guardaparques para enfrentar estas necesidades tienen que adquirir equipos e insumos de su propio peculio, incluyendo los colchones donde duermen.

Otra situación grave es que muchos puestos operativos se hallan en condiciones precarias e insalubres, mientras que las oficinas regionales gozan de total confort.

Prueba de lo anterior es que algunos dineros se usan para pagar instalaciones que permanecen sin ningún uso ni ocupación por más de un año, como es el caso de un edificio alquilado en Orotina para reubicar la sede del Área de Conservación Pacífico Central.

 

SIN INCENTIVOS

 

Además de estas falencias y a pesar de tener la investidura de autoridad policial que le confiere la ley, los guardaparques carecen de capacitación especializada para actuar en eventos de alto peligro.

En contra de la integridad física y de la seguridad familiar a los oficiales no se les reconocen incentivos salariales como a los demás cuerpos policiales del país.

Por citar un ejemplo, algunos guardaparques para que se les reconociera el incentivo del riesgo policial recurrieron a los Tribunales de Justicia, que ordenaron al Sinac pagar este incentivo en forma retroactiva por todos los años de labor.

Igualmente a este grupo de oficiales de ahora en adelante se le tendrá que reconocer el riesgo policial en la planilla salarial cuando cumplan labores en el campo.

El escollo en este trámite es que ese beneficio aún no se materializa porque el Sinac recurre a diferentes estrategias para atrasar el cumplimiento de dicha orden judicial y hasta la fecha todavía se encuentra en ese litigio legal.

Otra situación que agrava la situación laboral de estos agentes es que actualmente no cuentan con ninguna oficina de asesoría o defensa legal que los acuerpe en caso de enfrentar algún evento laboral que ponga en riesgo su libertad.

“Al respecto hay casos de colaboradores de guardaparques que han sido encarcelados por haber actuado en cumplimiento de su deber, como el caso del compañero Mauricio Steller, ocurrido en el año 2015 en la Zona Sur. Fue condenado a una sentencia desproporcional de 12 años de prisión por haber herido de bala a un infractor que trató de agredirlo con un machete.

Ahora el compañero Steller se encuentra libre gracias a un indulto que solicitó el Sitraminae y fue avalado a finales de la administración Solís Rivera.

De igual forma tenemos casos de oficiales que debieron asumir defensas con sus propios ingresos para no ser encarcelados. De lo contario y por la inconsistencia de nuestro Poder Judicial, que muchas veces favorece y protege la delincuencia, estarían encarcelados”, denunció Carmona.

 

CORCOVADO
ES TIERRA DE NADIE

 

El sector de Llorona, en el Parque Nacional Corcovado, área silvestre protegida y reconocida por agencias ambientalistas internacionales como una de las zonas de mayor densidad biológica del planeta, desde hace varios años es identificado por la Dirección de Seguridad Nacional (DIS) como un lugar utilizado para el trasiego y bodegaje de estupefacientes.

Las autoridades del Sinac reaccionaron y también vieron la necesidad de enviar hombres a vigilar ese sector. El problema es que mandan oficiales sin las armas adecuadas, sin entrenamiento para enfrentar situaciones de alto peligro y sin la infraestructura que reúna condiciones de seguridad y salud ocupacional, solo para justificar la presencia de personal vigilando esa zona.

Inclusive improvisaron un campamento compuesto por una estructura de madera con techo de plástico y paredes de cedazo, lo cual deja a sus ocupantes no solo expuestos a las condiciones de la selva tropical (mosquitos, serpientes, efectos del clima, etc.), sino también vulnerables ante cualquier ataque, ya sea provocado por delincuentes ambientales o por grupos narco.

Consecuencia de estas situaciones fue el accidente ocurrido en mayo, cuando un oficial de apellidos Ugalde Carmona y 29 años, quien apenas tenía ocho meses de laborar, fue herido de bala por unos sujetos vinculados con el hallazgo de un semisumergible, en el cual se decomisaron 2,5 toneladas de cocaína. 

El suceso se produjo en el campamento, cuando después de retirada la droga del lugar y no habiéndose capturado a los sospechosos de transportarla, pues se dieron a la fuga, los agentes se percataron de que en horas de la noche unos sujetos merodeaban por el improvisado establecimiento.

Esta situación hizo reaccionar a los guardaparques, quienes los interceptaron y arrestaron. Previamente se escucharon algunos disparos de advertencia para reducir a la impotencia a los sospechosos, pero en el acto se registró otro fuego cruzado que actualmente se desconoce quién lo inició, lo cual dejó como resultado a Ugalde Carmona herido de bala en el abdomen.

Dicho incidente provocó que el oficial debiera permanecer de las 8:30 p.m. a las 6:20 a.m. sin recibir atención médica, con el agravante de que no pudo ser rescatado debido a la lejanía del lugar y las malas condiciones del clima.

“El compañero logró soportar toda esa noche debido a que la herida no perforó órganos vitales que provocaran un sangrado interno mayor, aunque sí fue una herida grave, ya que provocó laceración de vísceras, lo cual es altamente riesgoso. 

A nuestro criterio la sobrevivencia del compañero la acreditamos a un milagro. El riesgo se hubiera minimizado si estos funcionarios por lo menos hubieran tenido a su disposición un chaleco antibalas y mayor capacitación para manejar este tipo de escenarios”, concluyó Carmona.

PERIODISTA: Alexander Méndez

EMAIL: [email protected]

Lunes 24 Junio, 2019

HORA: 12:00 AM

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