Por mucho tiempo, la humanidad creyó que la sexualidad era todo sentimiento y que cualquier otra visión era vulgar, chabacana y equívoca. Hoy hemos aprendido la lección y sabemos que los factores físicos y corporales juegan un papel estelar.
Para tener una vida sexual plena, necesitamos amar, sentir, querer, apreciar y también contar con la integridad de nuestro cuerpo. Múltiples enfermedades pueden dar al traste con el desempeño sexual y esto es particularmente cierto con los procesos infecciosos femeninos.
Son muchas las mujeres que tienen que lidiar con síntomas intensos, molestos, y repetitivos a nivel vaginal, producto de infecciones que son tan ambiguas que muchas veces se vuelven difíciles de diagnosticar y de tratar.
En la actualidad cada vez más mujeres experimentan cuadros de ardor, picazón, enrojecimiento, grietas y fisuras, acompañadas de secreciones anómalas de olor desagradable, así como molestias urinarias tipo “chistate” o cistitis. Estos síntomas son muy molestos y tienen la particularidad de que se desencadenan predominantemente con el acto sexual, con el agravante de que, aun cuando pueden ser pasajeras, con frecuencia se prolongan por varios días.
Es frecuente que, como las molestias son desencadenadas con cada acto sexual, la mujer comience a perder el gusto por el sexo. El deseo sexual se va a apagando, no porque ella no disfrute los encuentros sexuales, sino porque sabe que cada relación sexual la enfrenta a una cascada de molestias. Por eso, a veces de manera deliberada, propicia que el varón “termine rápido” para abreviar el malestar.
Aun cuando el hombre sea muy comprensivo, conforme pasa el tiempo, le resulta cada vez más difícil entender tantas negativas sexuales. Él experimenta fuertes sentimientos de rechazo, se siente excluido y le cuesta manejar esos largos periodos de abstinencia sexual. Además, le incomoda sobremanera ser el causante de tantas molestias.
El panorama se complica cuando, a nivel ginecológico, no se logra documentar la causa del problema. A pesar de que la paciente consulta de manera reiterada, se le practican exámenes y recibe diversos tratamientos, estos solo consiguen alivios parciales y transitorios y no logran resolver en definitiva el problema.
Durante años, se creyó que estas molestias eran causadas por alergias al preservativo o por hongos, pero los síntomas continúan aun cuando no se use el condón y se usen fármacos antihongos.
Y es justo ahí donde surgen las nuevas noticias. Recientes investigaciones señalan que buena parte de estos cuadros infecciosos son provocados por gérmenes que no se detectan con los exámenes tradicionales. Es común además que sean infecciones mixtas, es decir, infecciones causadas por dos, tres o más agentes infecciosos.
Se requieren entonces ciertos exámenes especiales, más profundos y específicos para determinar el agente causal. Con esa información se instaura una estrategia de tratamiento, que suele ser bastante efectiva en la mayoría de los casos y alivia en buena medida estas molestias recidivantes. Sirva esta columna para motivar a las pacientes a consultar.
PERIODISTA:
CRÉDITOS: Dr. Mauro Fernández
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Lunes 13 Mayo, 2019
HORA: 12:00 AM
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