Me regaló un consolador en Navidad
Dr. Mauro Fernández
Soy una mujer casada de 37 años. Estoy con mi esposo desde hace 13 años casados y 3 de novios. Nuestra vida sexual es buena, pero siempre hemos querido experimentar cosas nuevas. Mi esposo y yo leímos en esta columna sobre los dildos o consoladores. Él me compró uno pequeño para la región anal y me lo regaló para Navidad. Yo nunca había utilizado algo así y la verdad, me encantó. ¿Quisiera saber si son peligrosos?
En nuestra sociedad los consoladores también conocidos como dildos o vibradores se han vuelto muy populares, y muchas parejas se sienten más cómodas llamándolos con un nombre inespecífico como el de “juguetes sexuales”. Son usados frecuentemente tanto por hombres como por mujeres que no tienen compañero sexual como en aquellas parejas que desean experimentar estas particulares sensaciones. Los consoladores o dildos anales están diseñados para adaptarse a la cavidad anal de tal forma que genere excitación y gratificación sexual. Están confeccionados de manera muy cuidadosa, para evitar accidentes o percances. Tienen bordes redondeados, fabricados de materiales flexibles y resistentes, no se quiebran ni propician infecciones y la mayoría tienen diseños anatómicos para adaptarse a las características corporales. Hay varios tamaños y en general los más utilizados son los de menores dimensiones. Siempre es recomendable utilizarlos con abundante gel. Por otra parte, el uso frecuente no representa ningún riesgo, y es raro que provoquen lesiones rectales, claro está utilizados correctamente. Desde luego, hay personas que les resultan chocantes y repulsivos mientras que a otras les encanta.
