El malestar que aqueja a los taxistas a nivel nacional parece no tener fin, o al menos eso sostienen los mismos debido a lo que han catalogado como una “falta de acción” por parte del Poder Ejecutivo.
Esto debido a que en apariencia el presidente de la República, Luis Guillermo Solís, no ha cumplido con varios términos a los que llegaron para buscar la manera de que su situación económica mejore.
La entrada de Uber al país causó que no puedan dar abasto con sus obligaciones económicas e incluso que muchos hayan perdido sus concesiones y hasta sus casas, por lo que buscaron la intervención del proyecto.
Gilberth Ureña, representante del Foro Nacional de Taxistas, aseguró que para evitar que más hechos como estos se presentaran fue que el Jefe de Estado se involucró y les hizo promesas que no les ha cumplido.
“Tenemos una gran insatisfacción pues estábamos contentos por la reunión, directrices y resoluciones emanadas por el señor Presidente, el mismo que ordenó una reunión mensual con sus representantes de Gobierno, pero eso no pasó”, dijo.
“El primer mes no sucedió nada, para el segundo mes nos dieron una reunión, pero no estaban todos los representantes del Estado, solo el Ministro de Transporte estaba en las reuniones y no recibimos los informes prometidos”, continuó.
Ureña sostiene que el mismo Solís les dijo que al tercer mes tendrán una reunión con él para hacer una evaluación de todos los informes que otros ministerios debían haber elaborado.
“No tenemos informes del Ministerio de Comercio Exterior sobre las oficinas de Uber en la Zona Franca, no tenemos informes de Hacienda de los dineros que entran y salen del país o de los impuestos que se deben pagar”, insistió.
El representante de la “fuerza roja” asegura que el incumplimiento ha llegado a un punto tal que los ánimos se sienten tensos pues conforme pasan los días ven su trabajo cada vez más amenazado.
NOS TRATAN COMO TERRORISTAS
Algo que causa malestar a los taxistas es la imagen que mantienen las autoridades de ellos. Ureña insiste en que aunque sea un grupo pequeño de choferes los que hacen reclamos pacíficos les mandan policías a vigilarlos.
El último incidente se presentó la semana anterior, cuando fueron a la Asamblea Legislativa a entregar una propuesta para un proyecto de ley y se toparon con antimotines y el cierre del bulevar que pasa por el Parlamento.
“Nos tratan como terroristas, venimos de manera tranquila, un grupo pequeño y la Fuerza Pública y los guardias de seguridad de la Asamblea no permitían que los compañeros pasaran a donde estábamos que es vía pública”, insistió.
Uber opera en el país desde el 21 de agosto del 2015 y aunque se ha dado la detención y decomiso de algunos de sus vehículos, estos siguen operando, algo que aseguran los taxistas ha afectado sus ingresos, disminuyéndolos hasta en 60%.
A raíz de su llegada y la lucha suscitada se han dado agresiones físicas contra ciudadanos y daños a la propiedad privada en ambos bandos, además del arresto de choferes de taxi durante las marchas y protestas.
A pesar de esto, Ureña espera que en se logre llegar a una solución viable para su gremio y que las autoridades respeten la normativa nacional así como las promesas que en algún momento les hicieron.
