Se desfila por patriotismo y no por figurar

Editorial

De los momentos que más enorgullecían a los papás era cuando llegaba el 14 y 15 de setiembre, sus hijos tenían que desfilar en los actos del aniversario de la Independencia, pues quienes salían en esas actividades se caracterizaban por ser los mejores promedios de los centros educativos, jóvenes destacados en la sociedad ya que tenían destrezas musicales y además vivían con fervor el patriotismo.

Desde principio de año muchos se quemaban las pestañas para tener las mejores notas, salir de abanderados o cadetes porque era una enorme satisfacción. Igual pasaba con los niños y adolescentes que querían ser parte de la banda desde que entraban a clases, pero debían ponerle bonito en las calificaciones.

Sin embargo, con el pasar del tiempo las cosas han variado un poco, ahora a muchos hay que rogarles para que desfilen porque todo lo ven como una gran “polada”, en lugar de sentir orgullo de vivir la fiesta patria.

La percepción de los jóvenes ha cambiado tanto que muchos ahora ven estas actividades como la oportunidad para que les den puntos extra, ya sea en Estudios Sociales o Educación Cívica, no porque de verdad sientan amor al representar al centro educativo.

Sin lugar a dudas los desfiles no son lo que eran en años anteriores. Las bandas ya no tocan música relacionada con la patria sino que se preocupan por aprenderse la que está de moda.

No se extrañe si este año no escucha la Patriótica, pero sí “Despacito” de Luis Fonsi o las famosas canciones del polémico Maluma, aunque sus letras no tengan nada de cívico.

O sea, los propios profesores incentivan que los jóvenes no se aprendan las tonadas que nos representan como país, aquellas que tienen 200 años y más de ser parte de nuestra identidad, pues posiblemente estas no jalan, lo que sí hace la música del momento.

Y si hablamos de las vestimentas es otro gran dolor de cabeza. Muchos de los uniformes para desfilar tienen detalles y símbolos de ejércitos, lo cual no tiene mayor sentido ya que en nuestro país ni siquiera contamos con uno, así que no entendemos de dónde sale la idea de copiarlos.

Debemos comprender que no podemos usar algo solo porque se vea bonito si no va con nuestra identidad, no es porque en otros países sí se utiliza, los uniformes deben ir acorde con lo que se acostumbra en Costa Rica.

A esto hay que sumarle que al parecer la tela se pone más cara para esta época: los vestidos y enaguas de las jovencitas cada vez son más pequeños, a pesar de que desde el Ministerio de Educación han dicho que eso no es permitido.

Lo que conlleva este tipo de vestimenta es que algunos hombres les falten el respeto, no es que tengan el derecho, pero a eso se exponen cuando usan ropa donde literalmente se les ven los calzones.

Hay algo que no podemos obviar: la educación y el patriotismo vienen desde los hogares. Antes las casas desde el primer día de setiembre estaban adornadas con sus banderitas en las ventanas o puertas y con guirnaldas en las paredes. En la actualidad, no hay novedad, ya la gente ni se acuerda.

El problema comienza desde el hogar, los niños y jóvenes ven que muchos padres buscan cómo capearse ir a los desfiles, ya sea el de faroles o el de la Independencia; pero eso sí, disfrutan el feriado.

Esperemos que el millón de estudiantes que se preparan para los desfiles lo hagan con todo el fervor para celebrar 196 años de vida independiente, ya casi estamos a punto de festejar el bicentenario, así que cuanto más pase el tiempo debemos sentirnos más orgullosos.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Miércoles 13 Septiembre, 2017

HORA: 12:00 AM