Diario Extra - 'Los hombres quieren ser como las mujeres'

CONSULTA: Muy buenas tardes, estimado Profesor Corazón, es mi deseo que se encuentre muy bien de salud en unión de sus seres queridos. Yo no le escribo para contarle de conflictos sentimentales porque no los tengo, gracias a mi Señor vivo en paz conmigo misma y con el mundo, sino que le escribo para decirle que entristece ver cómo muchas personas han perdido la vergüenza, la moral, los principios y lo principal: el temor a Dios.

Cuando uno sale a la calle ve cada cuadro que se le para la peluca, mujeres de la mano de otras mujeres, hombres abrazados y besándose con otros hombres, es una confusión total.

Yo veo que hoy en día los hombres quieren ser como las mujeres, se sacan las cejas y se dejan solo una rayita fina que ni una mujer, usan el pelo largo, se ponen base en la cara y andan un montón de aretes.

No sé quién los habrá engañado diciéndoles que así se ven lindos, si supieran lo ridículos y lo horribles que se ven no anduvieran de esa forma sino vestidos como verdaderos hombres, con su camisita y su pantaloncito bien planchados, su faja y sus zapatos bien lustrosos, y su pelo bien cortadito.

Pero eso no es todo, me ha pasado que cuando he ido a hacer alguna vuelta en una institución me han atendido empleados que andan en unas fachas que da tristeza, uno se pregunta si de veras serán empleados...

Tal vez es que estoy vieja, pero yo me pregunto cómo en el gobierno permiten eso, que para mí es una falta de respeto para el usuario. ¿Qué será, que no tienen un jefe que les llame la atención? He visto que lo mismo pasa en empresas privadas, los varones andan el pelo largo y aretes como una mujer.

¡Qué injusticias de la vida! Mientras estos andan así, mi sobrino, que tiene 26 años y es un muchacho de buena apariencia, honrado, decente y estudioso, la ha pulsea para buscar un empleo y nada que le dan una oportunidad.

¿Será que tiene que vestir como estos firuliches para que se fijen en él y lo llamen de alguna empresa? Hoy en día da miedo montarse en un taxi porque la mayoría de los taxistas no parece que fueran taxistas, más bien parecen asaltantes, pues andan el pelo largo, aretes y los brazos todos tatuados.

A mí no me inspiran confianza, por eso aunque a veces llegue tarde prefiero tomar el bus o llamar un Uber, que sí brindan un servicio de calidad y a un pecio razonable, no son garroteros, porque me ha pasado que algunos taxistas me han cobrado más de la cuenta por la misma carrera. Ni vergüenza les da, lo que saben decir: “Eso es lo que marcó la maría, señora”.

Mejor le dijeran a uno: “Esto es un asalto a mano desarmada. Deme la plata y bájese”. Volviendo al tema, también se ven matrimonios donde uno se sabe quién es el hombre y quién la mujer porque ella anda zapatos de hombre, el pelo corto y cero maquillaje, mientras él hace gala de una melena larga y sedosa.

Profesor, a estos hombres lo único que les falta es llevar un lápiz labial en la bolsa para andar un estuche de belleza para andar retocándose. Al paso que vamos ya poco falta para ver eso.

Otra cosa, estamos viviendo tiempos difíciles y el ser humano no tiene temor de Dios porque si lo tuviera no anduviera adueñándose de lo ajeno, pero muchas personas no quieren trabajar, quieren dinero fácil, andar asaltando, vendiendo drogas, metiéndose a robar en casas y escuelas.

¡Cómo es posible! Hombres con semejante cuerpo, tamaños mamulones… En lugar de andar asaltando deberían estar trabajando en una construcción o en el campo, como los hombres, y no viviendo del esfuerzo ajeno.

Apenas para cortarles las manos por sinvergüenzas. Ojalá que estas personas se arrepientan de sus actos porque el Señor perdona al pecador que se arrepiente de corazón. Bueno, Profesor, esto es lo que hace días quería contarle. Gracias por escucharme y que tenga un bonito día. Atentamente, Lidia López M.

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