Apaciguado. Así lució el diputado Otto Guevara durante la precampaña y el día de la convención del Movimiento Libertario no fue la excepción. Con la esperanza de aspirar por quinta vez a la silla presidencial arrancó su jornada emitiendo su voto en la Escuela República de Venezuela. Llegó de la mano de su novia Virginia Ramos y su asesora Esther Méndez.
El político quiso apelar a su experiencia, como uno de los elementos que lo harían convencer a los libertarios de que él es la mejor opción frente a la también legisladora Natalia Díaz.
“Las canas no aparecen de gratis, vienen acompañadas de una gran experiencia”, declaró ante la consulta de la prensa de qué elemento distinto ofrece al electorado.
Con un padrón interno de poco más de 9 mil votantes, auguró la participación de 6 mil. Dividió su agenda en cinco centros de votación, en uno de ellos acompañó a sus tres hijos a votar en la Escuela Andrés Bello, en Santa Ana, donde también se encontró con su hermano Peter Guevara.
Su tranquilidad le permitió incluso comerse un “puntalito”, como lo calificó: un tamal de cerdo.
Pese a su confianza en ganar la contienda, Guevara no se atrevió a señalar de forma contundente si en ese escenario consideraría a Díaz en su fórmula presidencial.
“Natalia indudablemente es de las personas que están asumiendo un liderazgo importante, la veo con un futuro muy halagüeño en nuestra organización política. (…) Si yo gano, ella estará por ahí metiéndome el hombro”, fueron sus palabras.
Durante el recorrido también coincidió con el excandidato a la vicepresidencia de la República, Thelmo Vargas, quien le acompañó en la contienda de 2010.
Guevara fue enfático en que si era derrotado en este primer proceso interno respaldaría a quien sea su contrincante.
“Yo soy un soldado”, concluyó.
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CRÉDITOS: Foto: David Barrantes
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Lunes 17 Julio, 2017
HORA: 12:00 AM
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