CONSULTA: Estimado Profesor Corazón, lo saludo con la esperanza de que esté bien y en espera de uno de sus consejos. Podría escribirle un libro con mi historia, pero como sé que este espacio es reducido voy a tratar de concentrarme para contarle lo principal. Profesor para ir directo al punto quiero decirle que tengo algunos problemas que yo mismo me he buscado por andar jugando de soltero, pero el principal o más grande es el siguiente.
Resulta que por más de diez años trabajé como agente distribuidor en una importante empresa comercializadora de alimentos y bebidas, me mandaban de gira hasta una semana con viáticos, así que no gastaba un cinco. Como mis hijos estaban en la escuela y el colegio mi esposa podía cuidarlos y atender el salón de belleza que puso en la casa, entonces estando afuera yo no me preocupaba porque sabía que ellos no estaban solos.
Eran tiempos en los que el sueldo me quedaba casi libre porque con lo que mi esposa ganaba con el salón había plata para los gastos de la casa. No le conté que estoy casado y soy padre de tres hijos, no tuve más porque me hice la vasectomía después del tercero. Profesor, a pesar de que he tenido mucha suerte por haberme casado con una mujer que es toda una señora, una esposa trabajadora y fiel, así como unos hijos excelentes, yo no he sido un santo.
Aprovechando que me operé para no tener más hijos empecé a andar con una mujer y con otra, más en el trabajo que tenía me salían muchos lances, todos los hacía sin condón porque no corría riesgo de pegar una panza. Un día sacando la cuenta me acosté con entre 25 y 30 mujeres, solo en el tiempo que trabajé de rutero en esa empresa.
Admito que fui un mentiroso, jugaba de casanova, enamoré y engañé a muchas mujeres, las ilusionaba prometiéndoles que dejaría a mi mujer y nos casaríamos, algunas veces hasta hablé con los papás para pedir la entrada, pero eso era de los dientes para afuera, mientras lograba acostarme con ellas cuando menos un par de veces, después las dejaba.
Profesor un día amanecí muy débil y cansado, pensando que era anemia fui a hacerme un examen de sangre y cuando me dieron los resultados me enteré que tenía sida, un castigo por destruir matrimonios y burlarme de los sentimientos ajenos.
Hoy me arrepiento de todo el daño que causé y espero que mi carta sirva para hacer conciencia en todas aquellas personas infieles para que se protejan y si pudieran evitar ponerle los cachos a su pareja, que lo hagan, ya que todo lo malo que uno hace en esta vida lo paga. Profesor lo autorizo a que publique todo excepto mi nombre y mi teléfono, esos datos son solo para usted. Anónimo
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Vida
“Lo hacía sin condón porque no corría riesgo”
Sentimientos en Conflicto
Imagen con fines ilustrativos.
