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Vida

Lo que daña nuestro hígado

pesar de que no siempre las cosas que realizamos o consumimos las hacemos con plena conciencia de lo dañinas que pueden ser para nuestro organismo, existen algunas que nos perjudican y deberíamos evitar, por lo que es bueno conocer de ellas.

El cuerpo es una máquina a todo dar, donde algunos de los órganos son vitales y deben cuidarse al máximo para que su buen funcionamiento sea el adecuado. Por ejemplo el hígado, el cual es el encargado de filtrar toxinas, producir la bilis, transformar carbohidratos, proteínas, minerales y vitaminas… 

Resulta un órgano imprescindible porque dichas funciones son esenciales para la salud y en ocasiones, un pequeño fallo nos puede producir consecuencias que notaremos de inmediato. 

Además, en caso de padecer alguna enfermedad hepática, es básico conocer qué tipo de alimentación o costumbres nos permitirá poder repararlo o liberarlo de una posible acumulación de toxinas o grasas que casi siempre lo enferman. 

Colesterol elevado: Este es un tipo de grasa que el hígado sintetiza, y que nuestro organismo suele utilizar como energía para muchas de nuestras células. Se trata de un elemento en principio básico para muchos componentes de nuestro cuerpo, pero que debe estar equilibrado. Porque el colesterol que no se utiliza, debe eliminarse, y el hígado es el que recibe estos excesos que acabarán generando determinadas enfermedades hepáticas, como por ejemplo el conocido hígado graso, una de las enfermedades más comunes entre la población según la OMS (Organización Mundial de la Salud)

Evite las carnes rojas, los alimentos con excesivas grasas, azúcares, la yema de huevo, los alimentos muy sazonados… sustitúyelos por verduras, fibra, vegetales, granos integrales…

Dormirse y despertarse tarde: De pequeños nuestros padres siempre nos decían que debíamos acostarnos pronto, una costumbre que a medida que vamos creciendo vamos dejando de lado bien por gusto, o por obligaciones. La realidad es que nuestro cuerpo está diseñado para que en ciertas horas de la noche, se lleven a cabo determinados procesos de desintoxicación. Nuestro sistema linfático, por ejemplo, efectúa su desintoxicación en primer lugar. Sobre las doce y las dos de la madrugada, el hígado efectúa la suya. Son procesos que se llevan a cabo de modo adecuado solo cuando estamos profundamente dormidos. Si rompemos estos ciclos naturales de nuestro organismo de modo habitual, lo acabaremos sintiendo. Intenta en la medida que puedas seguir un horario y, ante todo conseguir un descanso reparador.

No orinar por la mañana: Puede que a más de uno le sorprenda, pero hay personas que se levantan con mucha prisa y salen de casa con la idea de desayunar o tomar un café en el trabajo y entonces allí, buscar un baño para evacuar con tranquilidad. Es una costumbre peligrosa. Aguantar las ganas de orinar no solo puede dañar nuestro hígado, también nuestros riñones. ¡No lo hagas nunca!

No desayunar: Cuando nos levantamos, nuestras reservas energéticas de glucosa están muy bajas. Es un estado que afecta a nuestro hígado, que le impide obtener energía para cumplir sus funciones esenciales. Son también muchas las personas que, o bien ayunan para bajar de peso (gran error), o porque tienen prisa, descuidan el importante momento del desayuno. No lo pases por alto,  no olvides esta parte indispensable de tu nutrición, tu organismo, tu hígado y tu cerebro, necesitan este aporte de energía esencial para empezar el día. 

Mala alimentación: A veces por falta de tiempo, debido a nuestro trabajo u obligaciones, resulta más fácil recurrir a la comida rápida o industrial porque nos satisface y porque ahorra tiempo. Pero a largo plazo, nuestra salud se va resintiendo, hasta que un buen día, surge lo inevitable. La enfermedad. El hígado es muy sensible a la mala alimentación, la combinación de sodio, calorías, azúcares, sal… va desembocando en un aumento de la presión arterial, del colesterol, de la incidencia del llamado hígado graso. Las disfunciones hepáticas son la mayoría de las veces consecuencia de una nutrición inadecuada y alta en grasas, alta en elementos nocivos que lo enferman y que nos pasan factura. Téngalo en cuenta.

Las bebidas alcohólicas: No hay elemento más nocivo para nuestro hígado que el alcohol y es hartamente conocido que le cuesta procesarlo, le impide cumplir sus funciones básicas, rompiendo así su equilibrio químico, destruyendo sus células hepáticas, y generando desde hígado graso, hepatitis o cirrosis pero la mayoría lo pasa por alto y no solo eso, sino que se exceden con el consabido problema que puede generar. 

Si aplicas estas recomendaciones para mejorar tu estilo de vida tu salud lo va a agradecer. 

 

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Miércoles 28 Junio, 2017

HORA: 12:00 AM

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