Soy un hombre de 29 años. Voy al gimnasio y la verdad me cuido mucho. Hace tres meses un amigo me consiguió unas inyecciones de testosterona. Me dijo que eran muy buenas. Las usan en caballos. Tal vez parezca tonto, pero yo las usé porque varios conocidos las han usado. El problema es que he venido teniendo fallas para lograr la erección.
Quizá resulte sorprendente, pero con frecuencia recibimos este tipo de preguntas sobre los preparados de uso veterinario que imprudentemente utilizan, con diversos fines, algunos grupos de nuestra población. A veces se cree que, por ser de caballos, toros o animales similares, el fármaco va a provocar efectos muy potentes, sobre todo en el vigor físico o sexual.
En realidad, los productos de uso animal no están diseñados para el ser humano, por lo cual representan un enorme peligro, en especial porque pueden dañar órganos tan importantes como el hígado, el corazón y los riñones. Algunos, como ciertos preparados con testosterona, pueden afectar de manera considerable la función de los testículos y ocasionar problemas sexuales, como pérdida del deseo, problemas de erección y alteraciones en la eyaculación. Es de destacar que el rendimiento sexual no se recupera al suspender el uso del producto. Se requiere de una serie de tratamientos para restablecer la función testicular, así como el buen funcionamiento de los diversos órganos dañados.
