Cuando pintamos en nuestra propia casa, posiblemente tenemos que desechar las brochas y rodillos tras utilizarlos solamente una vez, no obstante, con algunos cuidados básicos puede devolverles la vida y de paso ahorrarse algunos miles de colones.
A continuación, pasos básicos para que logre ese cometido siguiendo algunos consejos:
Recortar los bordes de los rodillos: Esos bordes irregulares y las diminutas partículas de pintura seca en su rodillo pueden dejar huellas en su pared. La solución está en cortarlos, dejando un borde ligeramente cónico.
Retire la pelusa con rodillo de pelusa autoadhesivo: Los rodillos de pintura baratos son opciones poco recomendables porque se derraman sobre la pintura mientras se enrollan, pero resultan buenos porque son desechables. Antes de usar uno, límpielo con un rodillo de pelusa autoadhesivo para quitar todos los hilos sueltos.
No deje que las cerdas toquen el fondo de la jarra: Es recomendable remojar las brochas con un aceite solvente de limpieza sin doblar las cerdas. Use clips de tamaño medio o grande alrededor del mango de la brocha y enganche en el borde del recipiente para que las cerdas de cepillo no toquen el fondo.
Cuelgue los cepillos en una varilla o alambre: Colgar las brochas resulta una solución de almacenamiento práctica mediante la instalación de un par de ganchos en dos vigas paralelas y con una tira de fierro coloca las brochas.
