Una madre y su hija, detenidas por agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) como sospechosas de planear y ejecutar el crimen de Gerardo Cruz Barquero, debieron ser separadas de ámbito luego de protagonizar un pleito.
Las mujeres de apellidos Fonseca (madre) y Valerín (hija) estaban juntas en el ámbito A3, cuando por una tercera persona se agarraron, al parecer la adulta le pegó en la cara, se empujaron y durante varios minutos se dijeron hasta de lo que iban a morir.
La gresca fue tal que algunas reclusas tuvieron que intervenir, mientras que las oficiales de seguridad lograron separarlas, ya que ninguna quería aflojar, sin embargo la intervención policial puso fin a la pelea, que acabó con el traslado de la hija al módulo A2.
Fuentes confidenciales aseguraron a DIARIO EXTRA que los manazos obedecen a que la joven está recibiendo cariño de una privada de libertad, lo que habría molestado a Fonseca, quien no acepta que el asunto sea tan amistoso.
Pablo Bertozzi, director de la Policía Penitenciaria, manifestó que se mantienen separadas para evitar un problema mayor.
“La hija mantiene una amistad con otra privada y la madre se disgustó, por lo que solicitó que la cambiaran de ámbito y así se hizo”, explicó.
INICIO DEL CALVARIO
Gerardo Cruz encaró a un hombre que supuestamente grababa las piernas de una mujer mientras caminaba por la avenida central en San José y el 7 de octubre 2015 -dos días luego de hacer público el video- recibió una puñalada en el tórax.
El joven fue atendido en la vía pública en San Sebastián y debido a la gravedad de la herida lo trasladaron de emergencia al Hospital Calderón Guardia, donde murió 42 días después.
Al parecer, esta mujer habría pagado ¢4 millones, un vehículo y mantuvo relaciones sexuales con uno de los sicarios a cambio del ataque, versión que investigan las autoridades, por lo que no descartan al menos una detención más.
Los judiciales allanaron cinco viviendas en El Carmen de Goicoechea, donde capturaron a la madre y su hija; en Concepción Abajo de Alajuelita detuvieron al que contactó a los sicarios para que le hundieran un cuchillo a Cruz y en San Francisco se dio con el mediador.
LÍO PASIONAL
Cruz y Fonseca anduvieron juntos cuatro meses luego de que se conocieran en una panadería en San Sebastián. La relación se mantuvo hasta que Fonseca se percató que el ahora fallecido tenía embarazada otra mujer, momento en que al parecer dieron inicio las amenazas de forma recurrente.
La experimentada dama, a quien presuntamente le gustan los hombres más jóvenes que ella, lo amenazó con que si se iba con esa mujer lo mataría.
Trascendió que una de las costumbres tras las rejas es que cuando una pareja cae en adulterio, su rival le raja la mejilla con una navajilla, pese a que este tipo de armas son prohibidas.
