Propiedades embargadas y posibles soluciones
Lic. Gerardo Morales
CONSULTA: Soy consciente de mis deudas, no las niego y me da vergüenza admitir en las que me he metido, pero aquí hay algo que no entiendo. Tengo una propiedad con 2 embargos. De uno tengo conocimiento pues por mala cabeza me enjarané con una tarjeta y luego no pude pagar. Hace 5 años me quedé sin trabajo durante varios meses y no tenía capacidad de pago. Hice un arreglo de pago luego de ese tiempo, pues conseguí trabajo. Estuve pagando pero nuevamente quedé desempleada hace ya casi 2 años. Para sostenerme tengo una pensión voluntaria de ₡100 mil con la cual me la juego para pagar recibos y comprar comida para mis hijos. Le limpio la casa a mi papá cada quince días y cuando puedo y tengo, hago empanadas para vender. Pero no logro sacar el dinero suficiente para hacer frente a esa deuda.
Estoy desesperada porque no tengo dinero para un abogado que me ayude y no quisiera que se pierda esa propiedad, porque sería la muerte para mi papá. Él aún no sabe de esto.
Le solicito me asesore qué puedo hacer, pues por ahora se me hace imposible pagar, pues no tengo solvencia para hacerlo.
RESPUESTA: Le agradezco, no solo la consulta que hace, sino el detalle de haberme enviado los documentos registrales.
En primer lugar, veo que usted adquirió por donación. En este tipo de traspasos gratuitos, se acostumbra interponer una cláusula de inembargabilidad o indisponibilidad por muchos años, para proteger lo que le ocurre, por ejemplo a un torero tenga una mala tarde, y usted como dueña, ponga en peligro la propiedad. Hay que ver si esta cláusula se cumplió con la escritura de donación, aunque parece que no se hizo.
Lo segundo, es que se traspasó solo un tercio, y esa proporción desmotiva cualquier adquisición por remate, además de que es más fácil para usted, recuperar un tercio, que recuperar la totalidad.
Por último, veo que los juicios son viejos, uno del 2010 y otro del 2012. Calladita, a pasito lento y sin hablar con nadie, obtenga copias de los expedientes, porque podrían los títulos estar prescritos o los trámites abandonados o desiertos. Por amor a Dios, no es el fin del mundo.
