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Espectáculos

La memoria empieza a perderse a los 45

¡Atención!

En las personas que les gusta la lectura o escribir la pérdida de memoria asociada a la edad se retrasa

Llegar a la adultez con claridad y rapidez mental para exponer o comprender las cosas es algo que requiere dedicación, debe formar parte de la rutina de los mayores para evitar que la memoria y otras funciones cognitivas del cerebro, como razonar o comprender comiencen a deteriorarse. Por años este cuidado ha sido prioridad para garantizar calidad de vida en las personas de edad avanzada.

 

Sin embargo, resulta que según los últimos estudios realizados al respecto, todos esos temidos males relacionados hasta no hace mucho prácticamente solo con los adultos mayores hoy en día podrían empezar a aparecer antes de lo que se pensaba, ¡a los 45 años de edad! 

 

En opinión de los autores del estudio, es fundamental conocer cómo afecta el envejecimiento a los procesos cognitivos para intervenir precozmente cuando comienza a producirse el deterioro de las funciones cerebrales, y conseguir así un mejor pronóstico de estos trastornos a largo plazo, ya que el incremento de la esperanza de vida provocará que aumente también el número de personas que desarrollen algún tipo de demencia a largo plazo.

 

El estudio comenzó en 1997, y contó con la participación de 5.198 varones y 2.192 mujeres de entre 45 y 70 años, todos ellos funcionarios, que fueron evaluados en tres ocasiones, a lo largo de 10 años, por el grupo de científicos. Los investigadores analizaron la capacidad de comprensión, el vocabulario y la memoria de los participantes, teniendo en cuenta su nivel de educación personal, y comprobaron que las funciones cognitivas disminuyeron en todos los aspectos, con excepción del vocabulario. En concreto, la capacidad para razonar se redujo en un 3,6 por ciento en los varones entre 45 y 49 años, y llegó al 9,6 por ciento en los que tenían entre 65 y 70 años de edad. En el caso de las mujeres, los descensos en estas mismas franjas de edad fueron de 3,6 y 7,4 por ciento respectivamente.

 

Los autores del estudio consideran que el hecho de que el deterioro cognitivo comience antes de los 60 años muestra lo importante que es impulsar la adopción de un estilo de vida saludable y prestar especial atención a la prevención de enfermedades cardiovasculares, ya que estudios al respecto demuestran que la salud del corazón está directamente relacionada con la salud del cerebro. Y es que las medidas encaminadas a evitar o controlar ciertas afecciones que aumentan la posibilidad de sufrir trastornos cardiovasculares, como la hipertensión, la obesidad, o la hipercolesterolemia, también podrían proteger contra el desarrollo de demencia.

 

En la mayoría de los casos de demencia neurodegenerativa, la causa es una mezcla de la acción e interacción de diversos factores genéticos (60%) y ambientales (40%), que actúan como precipitantes, tales como la actividad física. Cuanto antes se adopten hábitos saludables, más protegido estará el cerebro.

 

 

HAGA EJERCICIO. Numerosas investigaciones han demostrado cómo el ejercicio es un gran aliado para la memoria y su mantenimiento. Resaltan la activación de una molécula conocida como el factor neurotrófico derivado del cerebro que pertenece a las neurotrofinas, una familia de proteínas que favorecen la supervivencia de las neuronas, incluso a edades avanzadas. Es decir, nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio y prevenir el declive de los años. Además, ayudará a mantener a raya el peso y el perímetro de la cintura, que no sólo multiplica el riesgo de problemas coronarios o accidentes cerebrovasculares, también se ha asociado a la demencia. 

 

Según los expertos, la actividad física, sobre todo el ejercicio aeróbico, aumenta la neuroplasticidad y el número de neuronas. Como mínimo debería realizarse tres veces por semana.

 

CONTROLANDO EL AZÚCAR Y LA TENSIÓN.  Las personas que tienen diabetes, hipertensión arterial y altos niveles de colesterol LDL ('el malo') entre los 40 y los 64 años son más propensas a perder células cerebrales y sufrir así problemas de memoria y habilidades cognitivas.

 

EVITE EL ESTRÉS. Episodios como un divorcio, la muerte de un familiar o problemas laborales, por ejemplo, podrían causar una cascada de reacciones fisiológicas en el sistema nervioso central, el sistema endocrino, el sistema inmune y el cardiovascular que, de forma conjunta, afectarían al funcionamiento del cerebro y, en consecuencia, aumentarían las posibilidades de desarrollar demencia.

 

ALÉJESE DE LA DEPRESIÓN. Se ha visto que la inflamación del tejido cerebral que se produce con esta enfermedad mental puede contribuir al desarrollo de demencia. También ciertas proteínas del cerebro que se elevan si se sufre depresión y algunos hábitos vinculados a una depresión de larga duración, como la dieta, la cantidad de ejercicio que se realiza o el menor tiempo que se dedica a interactuar con otras personas, también influye en la pérdida cognitiva patológica. "Un cerebro optimista ayuda a ser más feliz y retrasa la oxidación cerebral y el riesgo de sufrir un ictus o Alzheimer", sentencian los neuropsicólogos.

 

DUERMA Y DESCANSE. El sueño no sólo tiene efecto inmediato en las funciones intelectuales y el estado de ánimo, sino que a largo plazo crea nuevas conexiones neuronales que protegen al cerebro de enfermedades neurodegenerativas.

 

DEJE DE FUMAR. Además de sus efectos perjudiciales en cuanto a accidentes cerebro vasculares y enfermedades coronarias, aumenta en un 60% el riesgo de demencia. 

 

NO BEBA. Un elevado consumo aumenta el riesgo de demencia y atrae enfermedades cardiovasculares, que son favorecedoras de las lesiones neurodegenerativas.

 

DIETA MEDITERRÁNEA. Este patrón alimenticio regado con aceite de oliva virgen extra o frutos secos no sólo protege al corazón, también al cerebro. Según la literatura científica, mejora significativamente la capacidad cognitiva de las personas mayores. Se recomienda, además, evitar la sal, los conservantes y los colorantes, que contribuyen a la inflamación del cerebro.

 

ACTIVE SU CEREBRO. La curiosidad y las nuevas experiencias también protegen de estos trastornos. Una persona muy cultivada, a lo largo de su vida, logra un cúmulo de conexiones sinápticas tan importante que su cerebro puede llegar a pesar 100 gramos más. En aquellas personas a las que les gusta la lectura, escribir, debatir o escuchar música, la pérdida de memoria asociada a la edad se retrasa. "Desaconsejamos las actividades pasivas como ver la televisión. Es preferible que huyan de la rutina, hagan cosas nuevas, se apunten a clases de baile, se aficionen a juegos recreativos, hacer crucigramas, acertijos, rompecabezas, puzzles, tetris, aprendan un nuevo idioma, hagan voluntariado... Huir de lo que se hace habitualmente requiere formación de sinapsis que ayudarán a combatir el envejecimiento. Es importante tomar decisiones", resumen los neurólogos.

 

RELACIÓNESE Y DÉJESE QUERER. Junto con el ejercicio físico, la socialización ayuda a generar neurotransmisores, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir la inflamación del cerebro, que interviene en el desarrollo de Alzheimer.

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Lunes 13 Abril, 2015

HORA: 12:00 AM

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