La discriminación de espacios exclusivos para la pesca artesanal, dejando áreas protegidas para que puedan reproducirse, une a cientos de pescadores que defienden este proyecto como la única opción para su supervivencia económica en la zona costera.
Respaldados por la Defensoría de los Habitantes, se ilusionan ante la idea de recuperar la productividad del mar, la única actividad económica que han conocido por generaciones para el sustento de sus familias, la cual está en riesgo ante la sobreexplotación industrial.
Dicha medida consiste en designar espacios en los que no se pesque por un tiempo para que se reproduzcan los recursos, como los peces y camarones, de manera que se puedan extraer más tarde, mientras la otra área se recupera.
La designación de las Áreas Marinas Protegidas beneficiarán a 15 mil pescadores de las costas, sin embargo está claro que las políticas que se dictan nos son suficientes si las personas de la comunidad no se integran a ellas; en este caso defienden la idea conscientes del daño causado a los ecosistemas al no discriminar los espacios.
“Cuando las autoridades designadas para ello nos ayuden las áreas protegidas se van a fortalecer y nosotros tendremos algo que dejarles a nuestras familias”, dijo Felipe Torres, pescador de 66 años que se ha dedicado a esa actividad desde los 11 en Isla Caballo.
Ofelia Taitelbaum, defensora de los Habitantes, comentó que la necesaria visión ecosistémica y participativa de las comunidades costeras es fundamental para lograr los objetivos de protección del medio ambiente marino en equilibrio con el desarrollo socioeconómico de estas vulnerables comunidades, las cuales demandan apoyo estatal.
“Creemos que estas áreas nos van a servir a todos, pero necesitamos de todas las organizaciones del gobierno y las ONG's van a ser mucha ayuda”, afirmó Janeth Naranjo, una de las 583 mujeres que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos registra como pescadoras en el país.
Los lugares designados como área de pesca responsable dependen, además de las comunidades, de las políticas gubernamentales y las organizaciones encargadas de hacerlas cumplir, como el Incopesca, el Ministerio de Seguridad y las no gubernamentales.
“Nosotros trabajamos sobre todo en fortalecimiento organizacional, en la comunidad, en las organizaciones de pescadores y tratamos de ayudarles a fortalecerlos porque al final las Áreas Marinas de Pesca Responsable dependen fundamentalmente de que las comunidades se comprometan con la iniciativa y hagan cambios en sus prácticas de pesca al tiempo que determinan la importancia de esos recursos”, explicó Viviana Gutiérrez, gerente regional de Incidencia Política de Mar Viva.
Los habitantes las costas enfrentan una grave situación debido a que ya no hay zonas con peces para la actividad.
“Nosotros dependemos de los recursos, la pesca está baja y no podemos subsistir, ¿cómo vamos a mantener a nuestros hijos?, si de ahí solo nos queda volvernos más pobres”, reclamó Leonardo Fonseca, un joven pescador de playa Lagarto.
El proyecto desarrollado por Mar Viva implica desarrollar esquemas de monitoreo pesquero para medir y determinar si efectivamente el área se está recuperando, la iniciativa se ejecuta desde hace aproximadamente dos años y se mantendrá por uno más.
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CRÉDITOS: Foto: David Barrantes
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Miércoles 02 Julio, 2014
HORA: 12:00 AM
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