Detrás de cada docente hay una historia por la retención de los salarios. La situación es tan grave en sus bolsillos, así como el de conserjes y guardas, que se han visto obligados a pedir dinero prestado para comer, pagar recibos, impuestos y alquileres.
Tal es el caso de una profesora del Liceo Técnico de Cartago, quien es madre de dos niños con discapacidad y al no depositarle el sueldo, la despensa de su hogar quedó vacía, por esa razón la trabajadora se encuentra en un estado de depresión, no sabe qué hacer, ni a quién acudir; en su billetera no hay un solo colón, ni para comprar una lata de atún, menos una caja de leche.
Aunque la educadora es cartaginesa, no fue obstáculo para que sus colegas alajuelenses iniciaran una campaña de recolección de víveres. Es así que hicieron una brigada de maestros y profesores y comenzaron casa por casa de Canoas de Alajuela a tocar las puertas, para solicitar a los vecinos cooperación con alimentos no perecederos para llevárselos a la familia golpeada por la falta de pago.
Las personas que se pusieron la mano en el corazón, respondieron al llamado de los educadores haciendo donaciones de arroz, frijoles, azúcar, pastas, alimentos enlatados u otros productos.
