Un grupo de privadas de libertad de la cárcel El Buen Pastor del módulo B-3 pegaron el grito al cielo luego de que durante una requisa la policía penitenciaria las obligó a quitarse la ropa, lo que la Sala Constitucional considera vulnerada la dignidad e integridad personal de las reclusas.
El informe rendido por la directora de la cárcel únicamente indica que la revisión fue realizada de conformidad con el reglamento, que en su criterio, permite exigir a las reclusas a desprenderse de sus prendas y además informa sobre el resultado de la requisa.
Pese a eso, no da cuenta de que se han cumplido las exigencias constitucionales derivadas de la dignidad humana, en cuanto a la integridad y el pudor de las reas; las intervenciones se tienen por hechas y la omisión de prueba de descargo, por parte del mismo personal de seguridad.
Parte del voto de la Sala reza lo siguiente: “En vista de que se trata de un acto consumado, procede advertir a los recurridos que no pueden incurrir nuevamente en hechos similares a los que motivan la estimatoria de este recurso. Se declara parcialmente con lugar el recurso y se advierte a la directora del Centro de Atención Institucional El Buen Pastor, que deberá adoptar las medidas necesarias para no incurrir en actos similares a los que motivan la estimatoria de este recurso”, dice.
Inclusive se tiene conocimiento que esa práctica no solo se da entre privadas sino con personal de visita, que aseguran son manoseadas por las oficiales penitenciarias, hecho que es prohibido.