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Sucesos

Apuñala rival y da arma a sacerdote

En casa cural le pide ¢10.000 para fugarse, Desamparados

  • Ángel Araya Alfaro (con cubrebocas) escuchó la explicación de los motivos de la condena

  • La defensora del sentenciado mostró fotografías al tribunal del lugar donde se produjo la riña

Atacar a puñaladas a un compañero del centro pastoral de Desamparados llevó a Ángel Araya Alfaro a pasar los próximos 8 años en prisión, así lo determinó el tribunal penal donde se desarrolló el debate por el delito de tentativa de homicidio.

De acuerdo con la acusación del Ministerio Público, el ahora condenado luego de herir a su víctima, identificada como Randall Barrios Porras, se dirigió a la casa cural con la camisa y el brazo ensangrentados, le entregó el puñal al sacerdote Marvin Benavides y le pidió ¢10.000 para fugarse.

El religioso no podía creer lo que el ahora sentenciado le decía, por lo que fue hasta el centro pastoral, donde el encargado le confirmó lo descrito, por lo que llamaron a la policía para que detuviera a quien hacía labores de cocinero. 

La intención de Benavides era cuidar y proteger a los habituales del centro de Desamparados del frío que azotaba el país para la fecha del incidente (10 de diciembre de 2018), sin embargo terminaron defraudando al buen samaritano.

El juez Luis Venegas expuso que el cura de la Parroquia de Desamparados tenía un proyecto que les daba cama y alimentación a personas de la calle, con la condición de que no podían llegar ebrias ni drogadas.

Araya era una de ellas, pero no cumplió las reglas y lo expulsaron del centro, por lo que ese día llegó, pero no podía ingresar, así que de forma agresiva burló la seguridad y se brincó una cerca para llegar hasta donde dormía.

Cuando el sentenciado llegó hasta el dormitorio observó a un indigente que estaba sentado en la parte de abajo de un camarote donde dormía antes y lo apuñaló en al menos cuatro ocasiones en el rostro, brazos y abdomen, causándole cortes que afectaron tendones y le generaron una parálisis. 

Para el tribunal las estocadas fueron sorpresivas, dirigidas con fuerza a zonas vitales del cuerpo. Fue un ataque reiterado e intenso, la víctima Barrios tomó una paca de ropa para defenderse.

Araya agresivo le gritaba a su víctima, quien doblaba ropa, que iba a matarlo y no le importaba ir a La Reforma. Rápidamente tuvo que ponerse a salvo, sin embargo siempre le laceró el pecho tras un filazo.

 

DECIDIÓ HABLAR

 

El agresor no se guardó nada y dijo que cuando vio a su compañero revisando sus pertenencias se enfureció.

“Por orden del cura todos teníamos que buscar trabajo, me tocó cocinar para el grupo de cuatro personas, vendía boletas de parquímetros. Randall entiendo es carnicero, pero empezaron los roces y no estaba de acuerdo en ciertas cosas que se hacían en el centro.

A los tres días regresé, desconocía que no tenía permiso para ingresar, había tomado licor, conseguí mis cosas personales, ropa y bicicleta. Cuando entré Randall estaba revisando mis cosas, inclusive me hacían falta unos desodorantes y unas gorras que había comprado para venderlas, y tenía un cuchillo en las manos”, recordó.

Araya continúa relatando, según él, lo sucedido en el centro pastoral.

“No había obstáculo para querer matarlo y no lo hice porque no era mi intención, siempre lo corté. Me vine con el cuchillo donde el padre porque sentí que el compañero me seguía.

Eso pasó como a las 3 de la tarde, nos tratamos muy mal, trató de sacarme del cuarto, no me interesó la orden que dieron de no dejarme ingresar. No creo que sea tentativa de homicidio, las heridas son superficiales”, añadió. 

 

2 LITROS POR DÍA

 

Durante el debate Araya confesó que tomaba licor desde los 15 años y el día de la gresca ingirió 2 litros de vodka. “Compré más, pero regalé a amigos de la calle y andaba picado”, narró.

El tribunal no le creyó esta versión y más bien le dijeron que se fue a herir al ofendido y que luego se va del sitio donde estaba el cuarto y cocina. 

El juez indicó que el agresor le cortó los dedos a Barrios. Además Araya declaró que la víctima fue quien lo atacó primero con un machete y es ilógico porque no sufrió ni una lesión.

La versión que el sentenciado dio al tribunal, según la cual el ofendido lo atacaba con el machete mientras se defendía con las dos manos con la paca de ropa, no resultó creíble durante la etapa final del debate.

Durante las conclusiones la defensora de Araya pidió que se le absolviera por duda o bien que le recalificaran el delito y pasara de tentativa de homicidio a lesiones gravísimas, pretensión que los jueces no acogieron.

Tras escuchar la condena el hombre se puso agresivo y exigió a los jueces que lo sacaran de la sala de juicios, a pesar de que el presidente del tribunal explicaba los motivos de la condena, y le ampliaron 6 meses la prisión preventiva.

PERIODISTA:

CRÉDITOS: Fotos: Isaac Villalta y Herbert Arley

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Miércoles 26 Febrero, 2020

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