Jordan Steven López Segura, de 21 años, y Esteban Andrés García Hidalgo, de 23, quienes fueron retenidos, torturados y asesinados de varios disparos después de un cónclave narco, contaban con expediente policial.
Tal como lo informó DIARIO EXTRA en su edición de este viernes, a ambos los hallaron maniatados con cables telefónicos, balazos en la cabeza y múltiples golpes en diferentes partes del cuerpo, propinados con un objeto contuso, y dejados sobre el puente del río Tiribí, carretera a Alajuelita.
Según informó la Policía Municipal de Escazú, López y García fueron detenidos el 5 de julio de 2019 en el centro comercial Trejos Montealegre porque su actitud sospechosa llamó la atención de los oficiales de seguridad privada, quienes se comunicaron con los municipales.
Los ahora fallecidos en ese entonces viajaban en el vehículo BYD blanco de placas BQT860, de donde fueron sacados para ejecutarlos la madrugada de este jueves, en lo que para las autoridades judiciales se trata de un ajuste de cuentas. Ahora el auto es negro.
La Policía Municipal de Escazú les decomisó ese 5 de julio varias dosis de drogas, un arma de fuego y el carro que está registrado a nombre de García. Tiempo después lo recuperó tras cancelar la multa de ¢130.000 por no portar licencia ni placas.
Ambas víctimas mortales están ligadas con posibles fraudes bancarios a terceros mediante tarjetas de crédito, ya que ese día portaban una decena de tarjetas de diferentes entidades bancarias.
Fuentes cercanas a la investigación indicaron que los ejecutaron con dos armas de fuego, sin embargo uno de ellos en su desesperación por vivir intentó escapar cuando lo bajaron del auto, pero fue alcanzado por las balas.
Ambos cadáveres fueron sometidos a los análisis forenses que determinarán la causa de muerte, mientras que los proyectiles encontrados en la escena del crimen estaban deformados y los enviaron a Balística.