Este martes el debate para esclarecer el crimen de la turista venezolana-estadounidense Carla Stefaniak tuvo la comparecencia de tres testigos presentados por la Fiscalía, donde uno de ellos -un criminólogo- apuntó la relación del análisis de llamadas entre la víctima y el imputado Bismarck Espinoza.
Francisco Bonilla, fue quien hizo la explicación donde se vinculan las conexiones entre ambos.
Manifestó que la víctima efectivamente intercambió conversación con el acusado, pues había llamadas registradas que así lo señalaban.
Incluso las radiobases apuntan actividad cerca de la zona del hotel, pero para el abogado de Bismarck, Guido Núñez, esto no quiere decir que su cliente fue quien cometió el crimen.
“Lamentablemente no está el aspecto que esperábamos en relación a una pericia que hizo el OIJ específicamente el vincular los movimientos y las llamadas que pudiera haber tenido la víctima, o sea lo único que se hizo en relación a esta pericia fue hablar de los empleados del hotel, tanto de doña Carla, como del otro guarda, como de Bismarck, o sea ya eran situaciones que eran conocidas”, sostuvo Núñez.
El litigante le bajó el piso a Bonilla al manifestar que la exposición del perito no le sirvió de nada a la defensa de Bismarck y menos al proceso en sí, incluso se dejaron de dar varias líneas investigativas como conseguir números nacionales que se hayan comunicado con el de la ofendida desde nuestro país.
Añadió que si bien es cierto desconectaron el teléfono, “la pericia la pudieron hacer antes y hubiera arrojado con cuál persona se pudo vincular la víctima y hacer un efectivo estudio victimológico de ella”.
Para Núñez a su cliente simplemente lo ubican en Villas Le Mas, pero eso no es nada nuevo como para extenderlo a la víctima y determinar o señalar responsabilidades.
En cuanto a las maletas que llevaba el hoy imputado, igualmente descalificó que fueran las de Carla, pues eran regalos que iban a Nicaragua y un servicio de Palmares era que debía recogerlas.
Igual situación ocurre con el Uber que va a recoger a la venezolana, ya que si le habían dicho que ella se fue desde la madrugada, para qué se queda esperando 40 minutos.
“Aquí hay varias líneas que se debieron haber explotado, por ejemplo se revisó el apartamento 8 únicamente en la entrada para el luminol y el perro, el resto fueron fotografías en relación a cómo estaba todo ubicado, o sea sabían desde ese momento que había una lata de refresco que se había botado y nadie la buscó”, sentenció el abogado.
UBER LE DIO TOUR
También declaró Manuel Chávez, el chofer Uber que llevó a la ahora occisa a hacer un tour por la capital y quedó en recogerla el 28 de noviembre del 2018 en el hotel Villas Le Mas, lo cual no pudo ser tras el deceso de la mujer.
Bajo la protección de imagen y voz narró cómo el 27 de noviembre recogió a Carla en el Aeropuerto Juan Santamaría, la llevó hasta el hotel y mientras iban de camino le ofreció un tour de dos horas desde Escazú hasta San Pedro de Montes de Oca por $40.
La llevó por Rohrmoser en Pavas para que conociera la embajada americana, luego pasaron a un supermercado que está cerca del lugar donde la joven se compró una cerveza, después la paseó por el boulevard de Rohrmoser, el Estadio Nacional, Paseo Colón, Avenida Segunda, el Teatro Melico Salazar, el Teatro Nacional, hasta la UCR en San Pedro.
Después se devolvieron por la avenida primera hasta llegar a la tercera por el Mercado La Coca Cola, donde la muchacha se bajó a comprar un bolso y un sombrero, y el propio chofer la acompañó.
QUEDÓ EN RECOGERLA
Una vez concluidas las compras la hoy occisa le pidió a Manuel que la llevara de regreso al hotel y que le hiciera el favor de recogerla al día siguiente a las 9:15 a.m. porque regresaba a Estados Unidos.
El hombre confesó que llegó a Villas Le Mas tal como habían acordado, pero “un hombre me dijo que Carla se había ido en la mañana con otro Uber y pensé que tuvo otra diligencia porque el vuelo se había adelantado”.
LO LLAMARON
El tema fue que Manuel la esperó casi 40 minutos, después se fue y a los 5 o 6 días se enteró por medio de la prensa que Carla estaba muerta.
Manuel explicó que el 29 de noviembre un hermano de Carla lo llamó preguntándole por ella porque se encontraba desaparecida, cinco minutos después lo llamaron del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y les dijo todo lo que había hecho.
Lo curioso es que ayer el chofer solicitó protección de imagen, quizás porque tiene causa abierta precisamente en el Juzgado Contravencional de Pavas bajo el expediente 17-001277-0283-PE.
TAXISTA PIRATA
Víctor Jiménez, taxista pirata, fue otro testigo y explicó que le hacía servicios al hotel por medio de un porcentaje que le pagaba a Bismarck Espinoza y a Jorge Medina.
Ambos vigilantes, cada vez que un huésped necesitaba un servicio, llamaban a Jiménez, quien por ejemplo les daba mil colones por un viaje de ¢10 mil.
Una vez le consiguieron un cliente que deseaba ir a la playa y de los ¢300 mil les dio apenas ¢10 mil.
Jiménez expresó que un par de días después del hallazgo del cuerpo de Carla llevó a Bismarck con dos maletas hasta el Mercado La Coca Cola. No supo describir el equipaje, pero señaló que llevaba regalos y el pinolero lo enviaría para su familia en Nicaragua.
Después se enteró de la muerte de Carla. “Pensé qué transporté en mi carro y localicé a las investigadoras del caso quienes me dijeron ‘no se preocupe, usted buscó a las que lo andaban buscando’”. Sostuvo que no quería que lo detuvieran por algo que no había hecho.
Hoy se espera la declaración de Carlos Caicedo, padre de Carla.
PERIODISTA: Alexander Méndez
CRÉDITOS: Fotos: Mauricio Aguilar
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Miércoles 29 Enero, 2020
HORA: 12:00 AM
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