La Policía Penitenciaria debe estar ojo al Cristo con los ingresos de cuanta cosa les llevan a los privados de libertad, pues los grupos criminales son muy ingeniosos para meter objetos ilícitos a las prisiones, así quedó demostrado en dos decomisos que hicieron los oficiales para cerrar esta semana.
Los uniformados frenaron el ingreso de celulares y cocaína a dos centros penales luego de hacer revisiones en los puestos de control para el ingreso a visitas de privados de libertad.
El primer caso ocurrió en la cárcel de Pérez Zeledón, rebautizada como CAI Antonio Bastida de Paz, donde se incautó un teléfono marca Samsung y dos chips ocultos en el doble forro de un bolso térmico utilizado para trasladar alimentos.
El pequeño maletín pertenecía a nada menos que una policía asignada a laborar en ese centro penal, según el Ministerio de Justicia y Paz, ella es de apellido Delgado.
La funcionaria fue remitida al Departamento Disciplinario Legal donde se le abrió un expediente interno por medio del cual será a sometida a investigación, para determinar por qué ella ocultó esos objetos y cuál era su fin.
CAMUFLADOS EN TV
El segundo caso ocurrió en Máxima Seguridad de La Reforma, llamada ahora Centro Nacional de Atención Específica del CAI Jorge Arturo Montero.
Allí los oficiales detectaron algo extraño dentro de un televisor de 32 pulgadas que enviaron a un privado de libertad de apellido Fernández.
Al ser pasado por los sistemas de escáner notaron que dentro del tele había unos aparatos electrónicos, por lo que procedieron a abrirlo y encontraron cuatro celulares, 4 cables USB, un manos libres y tres clavijas (herramientas para abrir el compartimento de las tarjetas SD). El ministerio informó que fue un hombre de apellido Jiménez quien llevó la caja con el tele nuevo, por lo que se abrirá una investigación para tener claridad sobre el tráfico de esos ilícitos.
FIDEOS DROGADOS
El último de los decomisos se ejecutó en el mismo CAI Jorge Arturo Montero, donde aplicaron una de las viejas técnicas para introducir droga a prisión, que es usando comida.
En este caso, algún traficante de droga se dio a la tarea de cocinar fideos en salsa de tomate, y empacarlos en una taza plástica similar a la que usan en los restaurantes chinos para llevar un entero de cantonés.
La comida iba ser recibida por un convicto de apellido Espinoza, sin embargo, no llegó a su destino, pues el chequeo del empaque, los policías notaron algo extraño al abrirlo, por lo que se pusieron a revisarlo minuciosamente.
Tras varios segundos notaron unas pequeñas pelotas blancas entre los macarrones similares a queso, sin embargo, se dieron cuenta que se trataba de cocaína por medio de pruebas que se realizaron.
Fue un sujeto de apellido Zúñiga, quien pretendía meter la comida drogada, tras pesarla se determinó que contenía 24 gramos de pasta de coca.
PERIODISTA: Carlos Castro Gamboa
CRÉDITOS: Fotos: Ministerio de Justicia
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Sábado 18 Enero, 2020
HORA: 12:00 AM
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