El acercamiento de un extranjero hacia la independencia de Cataluña
Bengt Sjöberg
Mis antecedentes: Soy sueco, tengo 57 años y soy mando intermedio en el área de nuevas tecnologías. Me considero una persona curiosa y gran conocedor de la historia contemporánea. Vine a Cataluña de vacaciones por primera vez en el año 2002. Me pareció extraño que hubiera carteles con dos idiomas. Antes solo había oído hablar del euskera. Me encantó el lugar y la gente y regresé hasta que compré un apartamento en 2009. Ahora paso todo mi tiempo libre allí con mi familia. Estamos por lo menos 7 semanas al año. Me llevó unos años hasta que descubrí el movimiento independentista. Primero pensé que solo tenía que ver con no querer pagar tantos impuestos. Alrededor de 2010 leí más historia y empecé a aprender más. Hacia 2014 cambié del desinterés a ser neutral. Lo que sucedió antes del primer referéndum no oficial y las conversaciones con mi principal amigo catalán cambiaron mi punto de vista a favor de la independencia. En 2016, mi amigo me dijo que España era como Turquía. Yo no estuve de acuerdo, en realidad pensé que era un comentario absurdo, pero tuve que darle la razón en julio de 2017. Cerraron sitios web, hubo razzias y más cosas que le dieron la razón. Ya había cambiado mi opinión sobre la independencia. Mi apartamento está en Sant Carles de la Ràpita, que fue uno de los lugares que se tomaron como ejemplo en el juicio para mostrar la brutalidad policial. Lo vi en la televisión catalana por internet desde Suecia, pues me había ido un día antes del referéndum. Toda mi familia veía la brutalidad policial española como un ataque personal y un insulto hacia nosotros. Solo podemos imaginarnos cómo nos habríamos sentido si eso pasara en nuestro país. Las heridas deben ser mucho más profundas y dolorosas cuando se trata de tu lugar natal y no “solo” de un lugar de vacaciones. Sigo mucho el tema catalán. En Twitter, a menudo discuto con nacionalistas españoles que llaman a los catalanes nazis y otros insultos horribles. Eso no es verdad. Todos los catalanes que he conocido han sido muy amables con nosotros, extranjeros extraños que no hablan catalán, pero que solo hablan un poco de castellano (con muchos errores). Al igual que otras buenas personas, te tratarán con respeto si las respetas. Así que esta es una larga historia, pero solo quería decirles por qué es importante para mí y por qué intento hacer todo lo posible para ayudar al pueblo catalán a conseguir la libertad y la independencia.
