Un hombre de 34 años, identificado como Jorge Alberto Morales Molina, murió en Hatillo 8 producto de recibir al menos cinco impactos por arma de fuego en distintas partes del cuerpo.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que el homicidio se dio en la alameda 23B de Hatillo 8, hasta donde llegaron dos sujetos a pie.
Los judiciales indicaron que se escucharon varias detonaciones y ubicaron el cuerpo sin vida en la acera, aunque los vecinos no tenían mayores datos sobre el hecho de sangre.
En la escena los agentes de Recolección de Indicios hallaron 15 elementos balísticos de calibre 9 milímetros.
Tal y como informó DIARIO EXTRA, la víctima estaba abriendo el portón de la casa cuando los dos sujetos llegaron corriendo y la emprendieron a tiros en su contra.
La víctima, oriunda de Guápiles, estuvo varios minutos afuera de su casa con actitud impaciente, como si estuviera esperando a alguien.
Ante esta versión, las autoridades investigan si fueron los gatilleros quienes pactaron un engañoso encuentro para acabar con la vida de Morales.
Tras dispararle al padre de cinco hijos y dejarlo ensangrentado en la acera, los dos sujetos huyeron corriendo entre las alamedas para fugarse y evitar que los vecinos los identificaran y los policías los atraparan.
En una calle cercana los esperaba un vehículo, en el cual huyeron sin que se conozca mayor detalle sobre sus identidades, aunque no se descarta que tengan relación con una de las bandas criminales más temidas de los Barrios del Sur, conocida como Los Lara.
“Él iba transitando en esa alameda cuando fue acechado por dos sujetos en apariencia quienes le dispararon en reiteradas ocasiones, falleciendo en el lugar. Presentaba al menos cinco impactos, dos en la cara, uno en la cabeza y en el antebrazo izquierdo dos orificios”, confirmó David Corrales, jefe de la sección de Homicidios del OIJ.
Morales Molina tenía orden de captura por agresión, así como antecedentes por varios delitos según los registros policiales, por ello, no descartan que el motivo del crimen fuera una venganza por drogas.
“Con respecto a las primeras pesquisas del caso se ha establecido que podría tratarse de un asunto de venganza por cobros de drogas sin embargo aún estamos realizando diligencias de la investigación que nos permitan establecer el móvil”, añadió Corrales.
La víctima había trabajado como conductor de buses y cobrador en empresas de transporte hacia Puriscal, Escazú y Desamparados, aunque reportaba que actualmente trabajaba en lo propio.
PERIODISTA: Sharon Cascante Lizano
CRÉDITOS: Fotos: Johanfred Bonilla
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Jueves 21 Noviembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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