El proyecto para que entre el padre y la madre se decida cuál apellido irá primero y cuál segundo camina en la Asamblea Legislativa.
Este miércoles se dictaminó la iniciativa que reforma varios artículos del Código Civil y el Código de Familia.
Se trata del expediente 20.304, Ley de Igualdad en la Inscripción de los Apellidos, la cual presentó en 2017 Patricia Mora, excongresista del Frente Amplio.
Según explicaron en el caso de que no exista un acuerdo entre ambos padres, se ordenarán los apellidos priorizando el de la madre. Además, para facilitar la identificación del grupo familiar, el plan establece que el orden escogido para el hijo o hija mayor se mantendrá para sus hermanos.
En cuanto a hijos adoptados aplicarán las mismas reglas. Además, si el retoño solo es reconocido por uno de los padres, este adoptará sus apellidos, tal como sucede en la actualidad.
“Con esta propuesta buscamos mayor igualdad entre hombres y mujeres en la asignación de los apellidos para combatir una práctica históricamente discriminatoria contra las mujeres”, manifestó el diputado José María Villalta.
Este proyecto se había consultado con la Procuraduría General de la República, órgano que lo avaló.
En específico, la institución emitió un criterio favorable señalando que la imposición de mantener el apellido del padre antes que el de la madre “resulta discriminatorio hacia la mujer (artículo 33 constitucional) y contrario al principio de igualdad de los cónyuges (artículo 52 constitucional)”.
En dicha consulta también se afirma que “la imposibilidad de variar el orden de los apellidos no solo atenta contra la libertad de elección de los padres (…) sino también del mismo titular del nombre, como parte de su identidad personal, a la hora de establecer con el suficiente juicio con cuál de sus progenitores guarda un vínculo emotivo y afectivo más fuerte.”
Cabe destacar que al texto se le agregó una norma para garantizar el respeto a la identidad cultural y lenguas de las poblaciones indígenas, además se modificó su entrada en vigencia para que las instituciones pertinentes tengan dos años para ajustarse al cambio.
Las variantes en cuanto a la forma de acomodar los apellidos empezarían a regir una vez que sea aprobada la reforma, que no es retroactiva.
PERIODISTA: Marco Antonio González
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Jueves 21 Noviembre, 2019
HORA: 12:00 AM
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